Make it last forever
Come on baby won't you hold on to me,
hold on to me
You and I together
—¡Buenas noches, mis amores! ¿Cómo están? ¿Qué andan haciendo? Somos curiosos, así que háganos saber cómo están pasando esta hermosa noche de verano mandándonos un mensajito. Vamos, no sean tímidos.
Al cabo que dije eso, una publicidad comenzó a sonar, anunciando nuestro número telefónico, y así un programa comenzó como cualquier otro.
Desde los controles, Casiano trabajaba con su habitual antipatía, aunque en los últimos días se lo notaba un poquito más animado. Quizás por la constante recuperación de Cassidy o porque pronto le quitarían su yeso a Pato y la banda podría volver a tocar junta.
Los chicos en verdad estaban ansiosos por volver a los escenarios y continuar su proyecto de grabar su primer disco con canciones propias.
Realmente me hubiera gustado compartir su entusiasmo, pero últimamente mi cabeza daba tantas vueltas, y no era solo por los finales. Desde San Valentín y nuestro encuentro con Melissa, había algo que me inquietaba. Y aunque Jesse pretendía que no, sabía que él pensaba en lo mismo.
♥ ♥ ♥
—Debo admitir que aún me sorprende que hayas aceptado mi invitación a un café —le dije antes de darle un sorbo a mi capuchino. No era tan rico como el de Brooklyn, pero sabía que ir a ese café sería imposible mientras Jesse estuviera trabajando allí.
—Hoy no teníamos presentación y no me pareció tan mala la idea de salir con alguien que no sea parte del elenco. Mis compañeras a veces pueden enloquecerme. Además, a él también le gusta salir a otros lugares —respondió Melissa... o, mejor dicho, Mey mirando a su pequeño hijo que devoraba alegremente una porción de torta.
Aún vestida con ropa casual, ella se veía despampánate con su moreno rostro cuidadosamente maquillado y figura de modelo de Victoria Secret. Pero a diferencia de la primera vez que nos vimos, su oscuro cabello se mantenía oculto debajo de su hijab que combinaba con su ropa.
—¿Y qué les parece Argentina? —pregunté, tomando un sorbo de mi malteada de chocolate.
—Es un bonito país —dijo mirando por la ventana con una ligera sonrisa—. Por lo que pude ver, aquí son realmente afectuosos. Siempre ves a personas abrazándose y se saludan con besos. Nos recibieron con tanta calidez.
—Creo que tenés razón —respondí devolviéndole una sonrisa, y luego me dirigí al pequeño en francés—. ¿Te gusta este lugar, Eren?
—Me gusta el dulce de leche y Messi —declaró él en efusividad, sacándonos una pequeña risa.
—Es todo un fanático del fútbol —aclaró Mey—. Ni siquiera sé de dónde sacó ese lado deportista.
Me quedé mirando a Eren por un momento. Él era pequeño para su edad y tenía el cabello ondulado y tan negro como el de su madre. También tenía sus rasgos fuertes y ese bonito tono oliváceo de piel, lo que resaltaba sus brillantes ojos verdes, tan parecidos a los de...
—¿Su padre también es actor? —pregunté por curiosidad e inmediatamente me arrepentí, al ver cómo el rostro de Melissa se ensombrecía.
—No. Él... Bueno, realmente no estoy segura que será de él en este momento —respondió intentando componerse—. Soy madre soltera.
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Las canciones de Celestina
Lãng mạnCada medianoche, en una radio independiente, comienza el programa de La Celestina. Una misteriosa locutora de la que nadie conoce su identidad, pero todos confían en sus infalibles consejos. Desamor, miedo, alegría, arrepentimiento, duda, valor... L...