Canción 11

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You can play brand new to

All the other chicks out here

But I know what you are

What you are, baby


—Buenas noches, Córdoba. Bienvenido a Stereo Hearts, yo soy Darcy y esta noche volveré a acompañarlos...

—Ese locutor sí que tiene una voz sexy —comentó Blanca guiñándome un ojo mientras recogía sus cosas.

La voz modulada de Casiano sonó a través de los altavoces de mi celular mientras una cortina musical de Ed Sheeran impregnaba de romanticismo la fría sala del hospital.

Esta sería mi última noche aquí y Blanca me dejaría a cuidado de Manu, quien estaba demasiado concentrado ayudando a Olivia a superar un nivel en un videojuego en su celular como para prestar atención a la tonta insinuación de mi melliza. Alec las estaba esperando en la puerta y parecía estar molesto, con los brazos cruzado y mirándome con el ceño fruncido.

—¿Qué pasa? —le pregunté cuando ya no aguanté la tensión en su mirada.

—¿El chico ese vendrá de nuevo a visitarte? —preguntó intentando parecer despreocupado, pero yo sabía que sí lo estaba.

—¿El chico ese? ¿Te referís a Elliott? —dije llamando a Jesse por su apellido como prefería que lo hicieran y Alec asintió—. No... ¿Por qué lo preguntabas?

—Por nada —respondió de manera cortante y luego cambió de tema—. ¿Ya estás lista, Blanca?

—Sí —contestó mi hermana dándome una mirada extrañada. Ella también había notado la rara actitud de Alec, pero no dijo nada—. El doctor dijo que mañana a las nueve te darán el alta, así que no te duermas tarde. Vendré temprano para ayudarte a ponerte decente.

—Aquí tenés tu cena, nena —dijo la amable enfermera depositando la insípida comida de hospital en la mesita junto a mi cama. Ella era una chica joven, a penas mayor que yo, pero igual me llamaba "nena" de manera cariñosa. Aunque, antes de irse, sus ojos se fueron hacia Manuel, quien le respondía con una sonrisa coqueta detrás de sus apuntes de la facultad.

—Gracias —contesté, intentando ignorar a mi hermano y concentrarme en la bonita canción que sonaba en la radio.

—Y ese fue Michael Bublé. Y manteniéndonos en el hermoso Canadá, sigue Justin Bieber, con una canción pedida por una oyente —dijo Casiano del otro lado del pequeño parlante de mi celular. Casi no se le notaba lo mucho que odiaba tener que transmitir una canción de Justin Bieber... Casi.

—¿Ese es el famoso programa de la tal Celestina? —preguntó Manuel, prestando atención por primera vez a la radio—. ¿Pero no está ella?

—Creo que estaba de vacaciones o enferma o algo así —comenté—. No sé bien, no hablo de la radio con los chicos y ellos no dan mucha información tampoco.

—Qué misterioso... me agrada —dijo mi hermano con una sonrisa pícara y yo tuve que tragarme mis nauseas.

—¡Manuel! —lo regañé. Y él estaba a punto de contestarme cuando llegó un llamado al programa.

—¿Hola? Estás saliendo al aire. Soy Darcy de Stereo Hearts, a sus servicios. —Casiano realmente sonaba como un caballero cuando quería, pensé y, por alguna razón eso me hizo sentir molesta.

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