Atropellado comienzo

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Derramé café en la camisa azul perfectamente planchada. Sentí chispas, cosquillas en mis dedos cuando lo toqué, pero su mirada fue algo que me desarmó. Tuve una visión, un beso. Un beso que era tan vívido.

Mi jefe me trajo de nuevo a la realidad cuando nos llamó a ambos a su oficina.

―Veo que ya se conocen. De todas formas necesito hablar con ambos. Detective Murielle, y detective ¿Hart, cierto? Los quiero ver en mi oficina para hacer la presentación formal.

El sujeto que estaba frente a mí asintió, mientras trataba de quitar el café de su camisa, claramente sin suerte. Era café y esas manchas costaban trabajo sacarlas.

―Lo lamento, venía distraída y yo...

―Sí, bueno creo que prefiero este tipo de novatada, a algo más.

―Soy la detective Murielle. Murielle Cazalla.

―Bueno detective Cazalla, el jefe espera.

Iba a decirle que no me gustaba que me llamaran por mi apellido, prefería solo mi nombre. Pero aquel sujeto se fue directo a la oficina del jefe, dejándome prácticamente hablando sola.

Ese sujeto alto, de pelo oscuro y una barba que le iba tan bien estaba ya frente al escritorio. Sólo faltaba yo, que entré después y cerré la puerta tras de mí.

―Veo que ya se conocieron, pero es necesario esta formalidad. El detective Ethan Hart ha sido transferido a este departamento, al menos por un tiempo, y ya que usted es la mejor en el departamento, lleva un récord perfecto para ser precisos y no tiene un compañero, la hemos designado como la nueva compañera para el detective.

―Pero...

―No hay excusas detective Murielle, usted trabajara con el detective Hart. Es un caso importante, ha habido una serie de homicidios y todo parece indicar que es un asesino en serie, es por eso que ha venido el detective Hart, él ha seguido el caso desde un principio y es uno de los mejores en el departamento de homicidios. Así que trabajaras con él, eres la mejor y los de arriba quieren a la mejor.

―Entiendo.

―Bien, ahora pueden irse a trabajar. ― Dijo el jefe Morell mientras se sentaba en su silla, y ambos salíamos de la oficina.

―Al parecer somos compañeros, y bueno debo de darte todos los detalles del caso.

―Sí.

Parecía que mis palabras solo estaban reducidas a monosílabos. Trataba de pensar en una forma de zafarme de este lío, no podía tener un compañero, no podía correr el riesgo de que se descubriera mi secreto. Por más que daba vueltas no veía la forma de escapar de mi nuevo compañero. Y tampoco estaba segura de querer hacerlo, era atractivo, no podía negarlo. Era alto y tenía unos ojos bellos. Eso sin mencionar las chispas cuando nos tocamos.

―Mira es claro que no estas cómoda con esta situación, yo tampoco imaginé que la chica que arruinó mi camisa nueva para el primer día de trabajo, iba a ser mi compañera. Pero dado que eres la mejor, entonces sólo demuéstralo. Resolvamos este caso y te podrás deshacer de mí.

Era cierto lo que estaba diciendo, si resolvíamos el caso, él podría irse de mi vida.

―Es que nunca he tenido un compañero. Primero nadie quería tener a una chica cerca, y después sólo lo evité, así que tener un compañero es algo nuevo. Perdona si he sido poco amable.

―Te perdono si me dices dónde hay un buen sitio para comer. Muero de hambre y quiero comida de verdad, no he comido más que la comida para astronauta del avión.

―Está bien yo conozco un lugar, yo tampoco desayuné algo así que, necesito comer algo.

―De acuerdo, pasaré por mi nueva placa, y las llaves del auto.

― ¡Ah no! Yo conduzco.

―Por favor, ahora estoy aquí, no es necesario que hagas todo sola, además quiero familiarizarme con la zona y mientras puedes ir leyendo los detalles del caso.

―Sí, acerca de eso... ¿Qué asesino serial?

―Ha habido varios asesinatos extraños en el último año, y la última pista me trajo aquí. Este caso se ha llevado prácticamente en secreto, no quieren que la prensa se entere, los asesinatos son demasiado brutales, se sospechaba de un grupo, pero en cada escena sólo hay pistas de un solo asesino.

―De acuerdo, entonces es una investigación de alto nivel, no eres cualquier detective.

―No, no lo soy.

―Bien detective Hart, lo estaré esperando en mi escritorio. Avíseme cuando nos podamos ir.

―Sí, Detective...

Lo interrumpí antes de que me llamara por mi apellido.

―Murielle, por favor. Nadie me llama por mi apellido siempre me ha parecido algo extraño.

―Ethan.

Dijo aquel hombre con una sonrisa hermosa. Ese pensamiento hizo que me diera cuenta que estaría en problemas, él me iba a traer problemas. Pocos hombres llamaban mi atención pero Ethan tenía algo, y eso que no tenía ni un día de conocerlo.

Mi día sería largo, pero también lo serían los días que Ethan se quedara cerca de mí. No quería tampoco que me creyera una loca. ¿Qué podía decirle? Tengo algo de ayuda mágica, por eso resuelvo mis casos.

Mi estómago gruñía y estaba impaciente por comer algo de verdad. Era tentador tener un desayuno decente. Cerré mis ojos y perdí la noción del tiempo, no supe cuánto tiempo había pasado.

― ¡Es hora de irnos! Murielle. ― Escuché su voz grave, y al abrir mis ojos, ahí estaban los suyos.

No solía escuchar las órdenes de nadie, me molestaba hacerlo, aunque sin darme cuenta lo hice, obedecí. Y eso me sacó aún más de balance.

¿Qué era lo que tenía ese hombre?

Ahora también estaba despertando mi curiosidad, su presencia me hacía sentir extraña, e iba a descubrir que había en él.

Era un hombre atractivo sin duda, y si era mí león, si él era león de las cartas iba a estar en problemas. Ya que el león no sólo significaba fuerza y valor. Sino también la tentación.

Y ese hombre era realmente una tentación, debía de admitir que el portar una placa le iba bien.

Y si lo era mis problemas sólo aumentarían, ya que los poderes de una bruja enamorada son más inestables. Ocultarlos sería más difícil.

¿Qué podía salir mal?

Un asesino en serie, magia, una bruja y un secreto que podía salir a la luz.

No se necesitaba tener poderes para saber que no era una buena combinación. Todo esto podía ser desastroso. Y no nos habíamos conocido de la mejor forma, chocando y arruinando su camisa. Definitivamente debía de interpretar eso como un mal augurio.

MURIELLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora