Prefacio

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Siempre han existido mujeres sabias, mujeres que rompen las reglas y estereotipos.

Aquellas mujeres rebeldes que escuchan a la naturaleza, que se rebelan y ponen el latir de su corazón como guía entre la oscuridad, para navegar entre el egoísmo y la ignorancia de aquellos que cierran los ojos, el corazón para encadenar su espíritu a cosas más terrenales. Han sido llamadas curanderas, chamanas, brujas, hechiceras o sacerdotisas.

Mujeres con formas diferentes autodenominarse, creen en cosas diferentes, pero tienen algo en común. Conectar, aprender, vivir en paz y en amor. Cada una con sus reglas y a su manera, pero siempre respetando a los demás. Regla de tres, todo lo que haces y piensas se te regresa tres veces es una regla esencias muchas veces o tal vez te desearan que todo se te multiplique siete veces.

Sin embargo siempre ha habido personas, hombres que deseaban su conocimiento, su libertad, aquellas que envidiaban la magia que poseen, sus conocimientos. Libres al fin, sabias por escuchar a la naturaleza, por saber interpretar los astros y las estrellas. Pero sobre todo se ayudaban entre ellas a sanar, mujeres que descubrieron en la unidad la fuerza. Y eso también los asustó a pesar de que eran a ellas que acudían en busca de algún elixir, jarabe o té que pudiera sanarlos cuando la medicina apenas empezaba a tomarse como ciencia.

Así que decidieron desaparecerlas, sino se entiende algo, si se le teme o si se le envidia se tiende a desaparecer aquello que nos incomoda. En vez de aprender de ellas, se les vió como una amenaza. Muchas mujeres murieron por ello, fueron ejecutadas, quemadas, torturadas. Llamadas brujas y estigmatizadas.

Creyeron que ese linaje, ese conocimiento jamás resurgiría. Pero siempre surgen aquellas mujeres rebeldes cuando se les necesita, cuando el mundo, la tierra, los espíritus necesitan de ellas, mucho más los humanos aunque ni ellos sepan que necesitan de un equilibrio, de alguien que les muestre el camino.

Así en los tiempos de mayor oscuridad surgen las brujas, aquellas mujeres valientes que pueden cambiarlo todo. Son enviadas para inclinar la balanza de nuevo.

Son enviadas para sanar y ayudar. Claro que este conocimiento como todo en la vida es libre, y la magia, el conocimiento no es algo negativo, pero si las intenciones y el uso que se le dé.

Pero las brujas, o al menos aquellas mujeres a las que solemos llamar así se tiene por una ley solamente, la magia más poderosa es un acto de amor puro.

MURIELLEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora