Escena del crimen

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Iba manejando más en automático que consciente del momento en el que estaba. Mientras Ethan me decía cómo llegar al lugar mediante el mapa en su móvil.

Venía pensando en muchas cosas y en nada. En la forma en la que tendría que involucrar a mi tía, y cubrir mis pasos con uno de los mejores detectives iba a ser sencillo. Además las imágenes de esas mujeres me aterraba, mi corazón se apretujaba. Quizá no era tan apegada a las celebraciones de mi tía, pero había una razón para ello. La magia era una parte de mi vida difícil de aceptar, no me trata bonitos recuerdos, más bien me recordaba la perdida de mis padres. Mi tía casi no hablaba de eso, había veces en las que recordaba imágenes de ellos. Aunque su desaparición había sido un misterio.

Llegamos al lugar, pude saberlo pues una ambulancia pequeña de color azul oscuro con un enorme letrero de rescate animal nos indicaba que era el lugar. La torreta estaba encendida. Mientras la puerta trasera estaba abierta, ahí estaba aquel paramédico guapo con ojos color miel. Estaba acariciadlo a unos cachorrillos blancos, mientras que tenía otro en una jaula, este parecía tener unas manchas de sangre.

Debía aceptar algo, desde la primera vez que lo vi rescatando perritos era inevitable no sentir cierta atracción. Y cada vez que lo veía no podía evitar ponerme aunque sea un poquito nerviosa. 

Me acerqué a él, mientras algunas ambulancias se oían lejanas. Era seguro que estaban a punto de llegar.

—Bien, creo que esa pizza tendrá que esperar.

Escuché decir a Ethan.

—Si bueno, no creo que después de ver esta escena me queden ganas de comer.

—Lo sé. Quisiera pensar que no tiene que ver con nuestro asesino pero vine a esta ciudad siguiendo su rastro así que...

—Bueno algo me dice que si bien encontramos otra pieza de este caso, no servirá de mucho. Mientras tanto hay mujeres muriendo.

Hermanas pensé para mí misma, todas las mujeres estamos conectadas si es que tuviera que explicarlo de alguna forma, entre brujas la hermandad se da por sentado sin siquiera conocernos. Es como una complicidad, un lazo entre almas si quisiéramos explicarlo, no importaba si lo eras o no, éramos hermanas todas. Así que la muerte de una era una perdida para todas.

—Hola Murielle. No sabía a quién llamar, a veces los policías nos ponen las cosas difíciles. Además...

Ethan no dejó que terminara la frase cuando se acercó y aquel paramédico quedó sorprendido que ahora tuviera un compañero. Sabía que trabajaba sola.

—Nil, él es el detective Ethan.

—Ethan, el compañero de Murielle.

Aquella frase sonó extraña, no estaba para nada acostumbrada a ello. 

—Creemos que la mujer que encontraste tiene que ver con un caso qué investigo. El cachorro tiene sangre.

Dijo Ethan mientras señalaba una jaula al lado de Nil.

—Si, por eso lo encerré en esa jaula aunque no quisiera, tal vez sea evidencia o algo así, no quería que saliera lastimado por eso lo dejé lejos de los demás cachorros.

—Hiciste bien. Murielle y yo debemos entrar antes de que contaminen las escena. Mandé mensaje a nuestro jefe para que no interfieran tanto, saben que ya estamos aquí.

—Claro entremos.

Mi corazón se estrujó, no sabía que era lo que vería y no había estado en una de las escenas del crimen. Eso iba a hacer totalmente diferente que solo ver las fotos. Si tan solo a través de las fotos se veía impresionante, pisar la escena del crimen sería muy diferente.

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⏰ Última actualización: Jul 11, 2024 ⏰

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