Ya era hora de que vaya a buscarla. Abandoné la agencia y fui hasta la cafeteria, en el camino veía a gente que miraban curiosos hacia...No.
Pensé apresurando el paso, se trataba de la cafetería.
Entré y vi a un hombro con el brazo sacado de lugar sentado en una silla y dos a su lado, uno tratando de ayudarlo y otro marcando a emergencias.
-¿Qué sucedió aquí?-me acerqué al que atendía al hombre.
-Un hombre se llevó a una compañera nuestra, él trato de detenerlo pero lo atacó y hirió gravemente.
No puede ser que sea ella.
-¿Dónde está Helena?
-A ella se llevaron-respondió volviendo los ojos hacia mi.
Sentí un golpe en el pecho bastante fuerte.Debo encontrarla pronto.
Pensé desesperado, antes de que hablara uno de los que estaba allí ya había salido y me dirigía hacia la agencia de Dante.
Fui lo más rápido posible, y al llegar lo vi parado tomando el tubo del teléfono cerca de su oido con expresión seria.
-¿Dónde la tienes?-preguntó.
Me acerqué y lo observé, sabía que era ese maldito, tomé el teléfono y lo acerqué a mi.
-No te atrevas a ponerle una mano encima, maldito-advertí entre dientes.
-Vergil, justo con el que quería hablar-oí-tienes una hora para venir hasta la fábrica de autos abandonada de la ciudad o ella muere.
Al parecer la había tomado y oí un quejido de su parte.
-¿Tú que opinas?-preguntó hacia ella.
-Maldito hijo de perra-maldijo, era su voz, se oyó un golpe y un grito ahogado.
-¡Dejala en paz!-alcé la voz furioso.
-Una hora o la mujer muere, tú decides-y colgó.
Colgué el teléfono con brusquedad.
-Maldición-maldije con la respiración agitada.
-Hey, tranquilo-se acercó Dante.
-¿Tranquilizarme? Acabarán con su vida si no voy en una hora y aquella maldita fábrica queda casi fuera de la ciudad-respondí viéndolo fijamente.
-Iré contigo en el auto, tomaremos un atajo para llegar más rápido-dijo mostrándome las llaves de su auto.
-Entonces vamos.
Salimos de la agencia y subimos al auto, ese maldito la iba a apagar.
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꧁𝓜𝓲 𝓶𝓪𝓵𝓭𝓲𝓽𝓪 𝓪𝓶𝓪𝓭𝓪.꧂
Fanfic𝓛𝓪𝓼 𝓹𝓮𝓻𝓼𝓸𝓷𝓪𝓼 𝓯𝓻í𝓪𝓼, 𝓺𝓾𝓮 𝓹𝓪𝓻𝓮𝓬𝓮 𝓺𝓾𝓮 𝓷𝓸 𝓵𝓮𝓼 𝓲𝓶𝓹𝓸𝓻𝓽𝓪 𝓷𝓪𝓭𝓪, 𝓮𝓼𝓪𝓼 𝓼𝓸𝓷 𝓵𝓪𝓼 𝓺𝓾𝓮 𝓰𝓾𝓪𝓻𝓭𝓪𝓷 𝓶𝓾𝓷𝓭𝓸𝓼 𝓭𝓮 𝓼𝓮𝓷𝓽𝓲𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸𝓼. Vergil Sparda semidemonio consumido por la oscuridad ¿Podrá a...