Capitulo 1

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  Si alguna vez pensaste que ser hija del director del colegio te otorga algún privilegio especial, ya mismo te sacaré la idea de la cabeza. Tomemos, por ejemplo, ese asunto del curso de Literatura Superior de la señora McCracken. La señora McCracken es una de las profesoras menos populares del Colegio Secundario Knox, y casi todos los que reúnen las condiciones para entrar en sus clases se las arreglan de alguna manera para salir de ellas lo antes posible. Pero no yo, la hija del director. Es que mi padre está muy orgulloso de su programa de cursos superiores, y se sentiría muy ofendido si su propia hija no aceptara el honor de ser admitida.

   Bueno, lo que es yo, no me sentía muy honrada en ese hermoso viernes del veranito de San Juan de Michigan, el cuarto día de mi último año escolar, sentada en la clase de la señora McCracken con otros cuatro pobres tontos (que por sus propias razones privadas tampoco podrían salir de allí).

 Algunos detalles con respecto a la señora McCracken. Tiene más o menos setenta años, es grandota, pechugona, con pelo de algodón, ojos de águila, lengua viperina y, por lo general puntiaguda como una tachuela. Si una quiere explicarle porque de ninguna, pero ninguna manera le puede entregar su monografía a tiempo, te clava los ojos con su mirada de acero y responde: "Es evidente que te equivocaste si pensabas que me importaría". Además antepone un "señor" al nombre de todos los autores que leemos. Por ejemplo, dice "el señor Shakespeare" o "el señor Jonson". Como si no fueran de veras famosos escritores, sino personas comunes corrientes que trabajan en un banco o algo por el estilo. Excepto cuando se trata de Charles Dickens, a quien llama "el querido señor Dickens". Se le humedecen un poco los ojos cada vez que habla de él, lo cual sucede a menudo. Hace tres años que estudio literatura con la señora McCracken y nunca hemos leído nada escrito con posterioridad a 1900, porque cada vez que nos encontramos con historia de dos ciudades o David Copperfield, o cualquiera de sus obras, la señora McCracken exclama: "Oh chicos, el señor Dickens tenía tanto talento que todavía no puedo decidirme a seguir adelante". ¿Que les parece si leemos Gandres ilusiones?; y así hasta las vacaciones de verano.

- Muy bien, alumnos: por favor, abran el texto del señor Homero en el renglón 137- ordenó la señora McCracken, a la vez que daba agudos golpecitos con su lápiz sobre el escritorio-. ¿Quién quiere empezar a leer?

  Suspire. No se porque tenía la sensación de que mi último año iba a ser un gran engorro. No sólo por las clases de literatura y su inmutable lista de lecturas. Se trataba de mí, TN___ TA___ y de mi inmutable vida social. En el rating de popularidad, supongo que estoy justo en el medio. Eso significa que siempre me las arreglo y encuentro un acompañante para las fiestas de promoción, pero nunca para el Gran Baile de Otoño. Las chicas realmente populares tienen invitaciones para todas las fiestas. Katie Crimson, por ejemplo, mi mejor amiga fue a más o menos quinientos bailes desde que tenía, doce años. Debo admitir que ser la mejor amiga de alguien tan popular me ha dado cierto grado de respetabilidad. 

   Soy respetable, sí, pero no es porque brille en alguna forma especial. Quiero decir no tengo un novio y no pertenezco a ningún grupo determinado. La mayor parte de la gente me tiene como la hija del director... un artefacto escolar tan permanente e inevitable como el lavatorio de los baños, pero no mucho más atractivo. En realidad, aunque no soy una alumna de promedio diez, ni una soplona, ni una persona obediente, de alguna manera la reputación de ser... ¡"tan buena, pobre"!. A veces pienso que todo eso viene incluido en el hecho de ser la hija del director, básicamente, tendría que haber ido por ahí sembrando bombas y copiándome en los exámenes para que la gente se de cuenta que no soy tan buenita.

   Con todo, no podía menos que soñar que este año sería distinto. Tal vez dejare de ser TN___ TA____, la hija del director, y empezare a ser popular o hermosa o sociable. Tal vez...

Adorable Rebelde (Adaptada) Kellin Quinn y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora