Capítulo Uno.

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Mi celular sonaba incesantemente, eran las 5:45 de la mañana y yo aún dormía plácidamente. Es decir, ¿quién carajos no está durmiendo a esa hora de la madrugada?

Me levanté –fastidiosa, obviamente  – y atendí el celular de muy mala manera.

–  ¿Hola? – Pregunté aún bostezando.
–  ______ por fin atiendes. – Dijo Kevin del otro lado.
–  ¿Qué quieres? Son las casi la seis de la mañana. – respondí molesta.

Es obvio que alguien que no ha dormido bien y se ve interrumpido en un sueño realmente agradable se moleste, pero imagínenme a mí, que no duermo bien desde hace tres días y que mi humor normalmente en un día normal ya es terrible.
– El jefe tiene una misión para ti y quiere que vengas rápido. – Tenía un tono severo.
–  Está bien, voy enseguida – aflojo.
–  Dile a James que venga, él también está involucrado.
–  Ok, en quince estamos allí. – Colgué.

Me estiré un poco y fui hasta la habitación de James.

–  James, levántate. – Dije corriendo las cortinas de su habitación. Los primero rayos de sol se asomaban por encima de las casas y edificios.
Él se estiró a ver su reloj de mesa –  Son las  seis de la mañana ______, no molestes. – Dijo tapándose con la frazada otra vez.
–  El jefe quiere que vayamos a la oficina. – Dije destapándolo. – Rápido levántate, nos están esperando.
–  ¿No te dijeron para que nos necesitan? – Preguntó sentándose en la cama.
- No James. No. – Dije molesta.
- Ok, pero no te alteres. – Dijo yendo hacia el baño– ya comienzas con tu humor de mierda.

Volví hasta mi cuarto y revolví mi armario buscando mi ropa, no había mucho que buscar, no era fanática de comprar ropa. Tampoco tenía tiempo como para decir que llenaría mi armario. Sólo saqué una remera lisa de color negro, mis jeans, unas converse viejas y un chaqueta porque la mañana estaba fresca.
Cuando James salió del baño aproveché para entrar, lavarme la cara y cepillarme los dientes.

Vi mi reflejo en el espejo, estaba hecha un trapo. Mi rostro pálido y con ojeras. Se me venía a la cabeza la imagen de un oso panda. En fin, recogí mi pelo en un moño casi arreglado y salí.

Sí, tampoco era como que me peinaba mucho para salir a la calle. Típico en un adolescente que es agente secreta.

James estaba tomando una taza de café en la cocina.

Serví un poco de café amargo en una taza. Luego de terminar nuestro “Desayuno Express” salimos. No recordaba la última vez que desayunamos bien. No recuerdo la última vez que comimos algo que no fuera un pan con dos fetas de queso en medio.  Desde que Mamá y Papá ya no están, nuestra vida ha sido difícil… Muy difícil.

Nuestro apartamento no estaba lejos de la agencia, y la gran ventaja de todo era que James era un loco conduciendo por las calles, así que en menos de diez minutos habíamos llegado al edificio.

En realidad todo está camuflado. Parece un edificio empresarial como cualquier otro, sólo que del piso 7, hacia arriba era una de las reparticiones del FBI más importantes en todo el país.
- Por fin llegan… - Dijo levantando los brazos en señal de alivio.
- ¿Para qué nos llamaste? Espero que valga la pena, no me levanté las seis de la mañana por cualquier estupidez. – me crucé de brazos.
- Se levantó de mal humor… - Murmuró James, yo sólo lo masacré con los ojos.
- El jefe tiene una misión para ustedes. – apuntó con su dedo pulgar a una de las puertas detrás de su espalda – Los está esperando en su oficina.

Me dirigí hacia su oficina y golpeé tres veces la puerta. Del otro lado se escucho un “adelante”. Allí estaba él, un hombre de unos 50 o 60 años apróximadamente, cabello un poco blanco , piel avejentada por el paso del tiempo y un bigote del mismo color que su cabello. Si no supiera que este hombre es un policía, pensaría que es un dulce abuelito que lleva al parque a sus nietos.

- Buenos días Jefe. – Dije mientras James y yo entrábamos.
- Buenos días chicos. – Dijo desde su escritorio. – ¿Desean tomar algo?
- No, gracias. – Dijimos al mismo tiempo.
- Bueno, supongo que Kevin ya les dijo que tengo una misión para ustedes…
Asentimos.
- Muy bien. – Me entregó un sobre. – Este es Jeffrey Henderson. El jefe de la banda que trafica Marihuana, Cocaína, LSD y otra serie de alusinógenos  a la zona oeste del país. – El hombre se me hacía muy familiar, bueno, era uno de los hombres más buscados de la FBI porque su expediente mostraba mucha información, así que supongo que debía conocerlo. - Tiene un hijo… Su nombre es Logan… Logan Henderson. Nuestras fuentes más confiables nos dieron la información de que su padre está muy enfermo, y como su hijo, él será el sucesor del “Negocio familiar”. Para más seguridad su padre lo cambió de establecimiento educativo y también le cambió el nombre…
- ¿Qué es lo que quiere que haga? – Dije antes de que continuara.
- Tu misión es matar a Logan Henderson, luego de que el heredero del Negocio este muerto, vas a matar su Padre. -Señor, disculpe que lo interrumpa, pero… Nosotros, no somos sicarios. Es decir, nos encargamos de que estén en una prisión de máxima seguridad.

El jefe ríe y luego se recuesta en su silla.— Hijo, la cosa es tan grave, que lo que se pide es que se los capture vivos o muertos. Son plagas, matarlos no es una cosa tan grave. Se dice que en un tiroteo una bala impacto en su cráneo y murió. ¿Sabes a cuánta gente se asesinó? Claro que no podemos decir eso, porque hay un Estado con derechos humanos y toda esa mierda. — hace un desdén con su mano izquierda.— Pero está gente si ha matado, violado, torturado o secuestrado a miles de personas, lo más fácil es matarlos y limpiar este mundo tanto como se pueda.

La idea de matar es un poco inquietante, pero no es algo que me de miedo hacer. De todos modos él es mi jefe, tengo que tomar órdenes.
- ¿Lo único que tendría que hacer es matar al Padre y al hijo?
- Al hijo y al Padre ______. Primero por el hijo, tenemos que asegurarnos bien de que no haya sucesor. – Dijo uniendo sus dedos y apoyando los codos en el escritorio.
- Cómo estaremos seguros de que no elegirá otro… - Añadió James.
- Ya investigamos. Parece que Henderson no le dejaría a nadie su fortuna y su preciado negocio, sólo a su amado hijo. El más confiable…- Calló unos segundos. – James te acompañara… Es una misión demasiada peligrosa para ti sola. Necesitas que alguien te cubra la espalda y qué mejor guardaespaldas que tu hermano.
- ¿Pero por qué me elegiste a mí? – Pregunté sin entender.
- Porque creemos que pasaras mejor desapercibida, ¿quién podría pensar que una niña de 16 años va a dispararle a alguien?
- Entiendo. – Pausé. – Ahora, cambiando de tema… ¿Cuánto vendría a ser nuestra recompensa? Tenga en cuenta que nosotros no nos ensuciamos las manos, menos por una ganga.
- Mucho _______ , ¿te parecería bien 25 millones por la cabeza de los Henderson? – James me miró con los ojos bien abiertos. Y me pateó por debajo de la mesa.
Era una suma bastante grande.
- Me parece correcto. – Añadí seria.
- ¿Cuando empezaríamos esta misión? – Preguntó James.
- Lo más antes posible hijo… - Respondió - Confío en ustedes…
- No se preocupe Señor. No lo decepcionaremos. – Me levanté de la silla.
- Otra cosa que quería mencionarte…
- ¿Qué? – Dije.
- Tendrás que ir a esta dirección, una de mis agentes te estará esperando. – Me entregó el papel.
- Entendido.

James y yo salimos de su oficina. Él iba examinado la foto que el Jefe nos había dado. Una vez que entramos al auto…

-________...
- ¿Qué ocurre? – pregunté al ver su rostro. Tenía una expresión de asombrado mezclado con tristeza. Sus ojos estaban cristalizándose. – James , ¿Qué te ocurre? – Dije preocupada mientras lo movía del hombro.

AMOR ENCUBIERTO. (Logan Henderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora