Capítulo quince.

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Dos centímetros, sólo dos centímetros faltaban para unir nuestros labios. Yo me estaba volviendo loca.

Jamás había sentido tantas ganas de besar a alguien.

- Eres muy linda ¿sabes? – susurró. Sin más espera, sus labios chocaron contra los míos en un dulce beso.

En mi interior sabía que estaba muy mal. ¿Mal? Estaba pésimo y también sabía que si James se enteraba era capaz de venir el mismo y matarlo con sus propias manos.

Pero no tenía porque enterarse... ¿o no?

Me colgué de su cuello y dejé que ocurriera lo que fuese. Rossi tenía razón, tenía que relajarme un poco.

Él aprovechó eso para tomar mi cintura y comenzar a acariciarme por debajo de la remera. Me cabeza explotó. La situación comenzó a subir de nivel cuando sentí sus manos ya por mi espalda baja.

Poco a poco nos fuimos recostando en su cama. No pude detectar el momento en que mi remera desapareció y quedé en brasier.

Malditas hormonas que no puedo controlar.

Comenzó a besarme el cuello y bajar hasta mis pechos. Era una sensación indescriptible e insaciable. Cada vez que sus labios hacían contacto en mi piel, era como corriente eléctrica que recorría mi cuerpo.

Bendita la hora en que choqué con ese poste.

Luego volvió a subir a mis labios ya introduciendo su lengua para hacerlo más apasionado. Sentí sus manos recorrer mis piernas y llegar has mis nalgas. Luego fueron directo a desabrochar mi corpiño, pero lo detuve.

Esta bien que todo esté bien rico, pero no vine a eso.

- Jake, no. – Dije apartándome con la voz agitada.

- ¿Que paso? – dijo igual de agitado. – ¿no te gusta?

- No, es que no me guste, sino que... No creo que sea el momento, ¿sabes?

- Tienes razón, lo lamento, me dejé  llevar – Sonrió.

Alcé mi remera del piso y me la puse. Acomodé un poco mi cabello y le dije a Logan que debía irme.

Bajamos las escaleras y en la sala estaba su padre. Una corriente helado paso por todo mi cuerpo. La impotencia de saber  que el asesino de mis padres estaba ahí y yo sin poder hacer nada.

- Oh, papá estabas aquí. – Dijo Logan sorprendido.

- Si me levanté por un vaso de agua. – Me miró. Su expresión era seria. – ¿Quién es esta señorita?

- Ah... Ella es una amiga. _____ él es mi padre. Papá ella es ______.

- Un gusto. – Extendió su mano.

-La tomé sólo forzando a mostrar una sonrisa. Un escalofrió se apoderó de mi cuerpo.

El gusto será mío, cuando logre matarlo.

- Bueno, volveré a la cama. – tomó su vaso con agua y se fue.

Logan y yo salimos.

- Ah... bueno, nos vemos. – Dije una vez en la puerta.

- Claro. – Dijo. – Me preguntaba si quieres ir a tomar un helado, esta tarde.

- Por su puesto. Te veo luego. – hablé apresuradamente.

- Adiós. – Dijo él un poco inseguro.

Volví a casa lo más rápido posible. Quería patearme.

Besar a Henderson, ¿en qué cabeza entra que algo así puede ocurrir entre nosotros?

No sé lo que me pasa cuando estoy con él, me contradigo a cada segundo, lo veo y mi mente piensa otra cosa que no es mi misión.

Y por otro lado. Ver a Jeffrey Henderson, me dio un golpe seco en la cara y me hizo entender que estoy aquí sólo por una cosa.

Cuando entré a casa Rossi y James estaban abrazados viendo una película, cuando me vieron entrar inmediatamente se separaron.

- Hola llegaste temprano. – habló James para disimular la escena de hace unos instantes.

- Perdona si no te di tiempo de besar a Rossi– me juré riendo. Los dos se pusieron rojos como un tomate, lo cuál me causó más risa aún.

- ¿Qué te pasó en la frente? – Preguntó Rossi levantándose del sofá.

- ¿Esto? - Toqué mi cabeza al recordar lo que había pasado. – Nada solo no miré por donde iba y choqué con un poste de luz. – James carcajeó.

- ¿De que te ríes? No es gracioso. – Fruncí el seño.

- Lo siento, pero te imaginé chocando con el poste.

- Mejor cállate, si no quieres que te haga pasar vergüenza. – subí una ceja.

- ¿Y que sabes tú? – Me desafió.

- Rossi... ¿Sabes que James tomó Biberón hasta los doce  años? – Solté conteniendo la risa. James abrió sus ojos grandes y Rossi comenzó a reírse a carcajadas.

- Ok ok ok. – se levantó del sofá molesto – Eso no fue gracioso.

Subí a mi cuarto y miré mi celular allí había un Mensaje de Henderson.

¿Cómo carajos había conseguido mi número?

- Ashley. – dije suponiendo quien se lo había dado.

AMOR ENCUBIERTO. (Logan Henderson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora