Décimo noveno pétalo

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«Te dije: "soy demasiado cobarde, por eso lo pensé. La primera vez si lo intenté, y en ese mismo instante me arrepentí. Esta última vez sólo lo pensé... fui cobarde por haber pensado en la "salida fácil", pero no haberlo hecho".

Me corregiste: "fuiste cobarde en haberlo pensado, pero muy valiente el no haberlo hecho".

Me dolió mucho el que no quisieras verme a los ojos en ese momento, me volteaste la cara; por otra parte, lo comprendí, entendí tu dolor y el que no quisieras verme. No te dejé irte porque te necesitaba.
Si tan sólo supieras que te necesito a cada momento de mi vida.

Tú eres quien me impulsa a seguir adelante. No lo dije en broma, en serio me detuve por ti. Detuve mis estúpidos pensamientos porque aunque hayan tantas cosas malas sucediendo a mi al rededor, hay una cosa buena, y esa cosa buena es la que me impulsa a seguir adelante.
Es aquello que me hace pensar en lo estúpida e idiota que he sido todo este tiempo, porque en algún momento fui egoísta y creí que estaba haciendo "lo mejor para mí", cuando en realidad estaba dañando más de lo que creía a los demás.

Lo hice pensando en que ya no sería un estorbo para nadie, pero mira que no fue así.

Abriste mis ojos desde un principio, pero yo sola volví a cerrarlos. Ahora, eres una barrera que los mantiene abiertos, y eso me encanta.

Te amo demasiado. No puedo creer el daño que te hice... perdóname.

Nunca dejaré de disculparme por lo estúpida que he sido, en serio espero que algún día me perdones, porque yo misma, no creo hacerlo. No puedo perdonármelo.»  

Mil y un pétalosWhere stories live. Discover now