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Querida Anónima

Sentí como me moría al verte hacerte pedazos en mis brazos. Ya no sentía nada más que dolor. Me enamore de la persona más frágil y fuerte del mundo.

Todos deben pensar que no tenías valor para seguir con tu vida pero para mí aunque lo hayas hecho tuviste el valor de enfrentar la muerte. Me gustaría decir que venciste tus miedos pero no es así mí vida.

Soy muy malo para escribir cartas y aún más cuando ya no hay palabras, solo puros sentimientos rotos.

Fuiste y serás el amor de mí vida. Jamas nadie podrá superar esos sentimientos que estaban en mí al ver tus cartas en mí casillero. Esa emoción. La alegría brotaba de mí pecho. Me sentía como un niño cuando lo llevan al parque.

Melanie fue mí amiga en primaria, en ese entonces era el chico nuevo y ella me había ayudado a integrarme. Me acuerdo que me gustaba muchísimo.

Era tímida. Callada y tranquila.
Agarraba las hojas de sus libros con delicadeza. Para marcar donde dejaba su lectura ponía un papel cortado hasta que un día en el que estábamos los dos bajo un árbol y yo jugaba con una hoja seca ella me la arrebato y de la quedo. En el sobre estaba esa hoja.
Cuando estaba nerviosa mordisqueaba su labio inferior.
Cuando sonreía se le formaba un oyuelo en la mejilla derecha.
Tenía un lunar debajo del ojo, en su mejilla. La hacia aún más tierna
Hasta su último día tenía un anillo que ele había regalado para su cumpleaños, es de plata y tiene una línea negra en el medio, este también estaba en el sobre.

Creo que esta carta es más para los lectores, para que conozcan a mí Mel. No quiero que la juzguen, ella tuvo una vida extraordinaria pero llena de problemas.

Ella era la chica que si necesitabas algo te lo iba a dar. Si tenías que hablar te iba a escuchar sin juzgarte. Daba los mejores abrazos, esos reconfortantes. Sabía cómo sacar un tema de conversación. Sabía cómo hacerte reír.
Ella era la mujer que uno siempre sueña, podía ser tranquila pero también sabía divertirse.

Mel jamás voy a olvidarte, siempre estarás en mí mente.

Mel voy a cumplir tu sueño, todos sabrán quien eres.
Sabrán sobre tu último día, que terminaste siendo una luchadora ya que me esperaste esas dos semanas peleando con la muerte. Si Mel, tu madre me contó que luchaste con tus últimas fuerzas.

¿Y saben? Gracias a la muerte de Mel una niña se salvó de morir, nadie me dijo que hiciste ya que su madre no quiso volver a verme.

Entre por tu ventana y dormí esa noche ahí. Saque tus auriculares y tu iPod, desde entonces no deje de escuchar tu música.

Para finalizar, quiero decir que Mel fue la persona más feliz sus últimos momentos en mis brazos, ambos anelamos esos instantes desde hace muchas cartas.

Gracias Mel.

Atte: tu querido Joan


Sigue un último capítulo...

La chica anonimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora