Fault

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"Muchas veces somos el daño colaterar de la lucha interna de alguien más."
—Laura Eden

"Los universos alternativos son divertidos. Más bien, pensar en ellos. ¿Cómo sería todo si llevase gafas? Probablemente podría hacer la broma de "Mis ojos son tan bonitos que llevan vitrina". Robert se la hacía constantemente a Cody cuando le pusieron las lentes. Creo que es una de las principales razones por las que empezó a llevar lentillas. Y porque en los partidos no puede llevarlas a menos que quiera romperlos.

También es inquietante pensar que en otro mundo algo sería diferente. O sea, a mi me gusta mi vida parcialmente. Obviamente viviría mejor si tal vez conociese a mi padre, o mi madre no hubiese fallecido, o si no le hubiese hecho esas cosas horribles a Hannah, tal vez si consiguiese a alguien que me comprendiese... Siempre se puede ser un poco más feliz, es por eso por lo que no hay que conformarse con una pequeña cantidad de felicidad.

Pero sigue siendo diferente. Y lo diferente no siempre es bueno. Si puedes cambiar es porque puedes mejorar. Pero igual que das un paso hacia delante puedes dar uno hacia atrás. Tal vez en un mundo alternativo yo no estaría divagando en clase de álgebra y estaría atendiendo. O tal vez estaría en química. Hay muchas posibilidades. ¿Por eso existe el multiverso, no? Porque siempre hay múltiples posibilidades, no te puedes reducir a una."

La campana sacó a Nikki de sus pensamientos por completo. Cerró su diario a una rapidez increíble y lo metió en el interior de su mochila para asegurarse de no perderlo. Avery muchas veces la llamaba infantil por seguir escribiendo un diario. Pero lo que ella no sabía era que Nikki no escribía sus cosas ahí. Avery pensaba que hablaba de chicos, pero Nikki no les prestaba atención a los chicos. ¿Quién elegiría a un chico entre un libro o uno chico? Avery tenía demasiadas hormonas revoloteadas.

Salió de clase y se dirigió a su taquilla. La gente en el pasillo creaba una marea enorme de persona que le impedía ver. Casi creía que la aplastarían. ¿Cómo llegaría a su taquilla y después a la cafetería sin que la pisasen? Eso era una misión que ni en cien años cumpliría.

O eso pensaba.

La gente parecía comenzar a apartarse a medida que parecía pasar y Nikki se preguntó qué persona popular estaba pasando y por qué no le estaba gritando que se apartase a ella también. Se dirigió a la derecha y miró hacia atrás. Para su sorpresa, Weasly Miller era quién caminaba a su lado. Nikki se detuvo para dejarlo pasar pero él se paró con ella y la miró con una ceja elevada. ¿Compartían algebra? Tal vez Nikki comenzase a poner más atención en esa clase si ese era el caso.

Nikki asintió, ya de por si un poco intimidada, y continuó caminando. Habían pasado dos días desde que le había curado. Jamás había caminado a su lado y daba un poco de miedo. Weasly era un poco más alta que ella pero cien mil veces más intimidante. Nikki no era débil, una vez también la miraban a ella con respeto. Pero ahora ella trataba de ser lo más invisible posible. Ya se dejó influenciar una vez, no volvería a hacerlo.

Paró frente a su taquilla y Weasly se recostó en esta, esperándola. Nikki lo miró extrañada. Pensó en preguntar hasta que Weasly habló. Al parecer, un chico de octavo se les había quedado viendo. Weasly frunció levemente el ceño y miró a los ojos directamente al chico.

–Haz una foto, te durará más. –Se burló Weasly, o al menos Nikki esperaba que eso fuese una burla. El tono de voz había sido tan grave que Nikki dio un pequeño saltito. Menos mal que no había tirado los libros, habría sido muy ridículo.

Toda la valentía de Nikki de preguntarle sobre qué demonios hacía ahí se desvaneció. Pero, ¿por qué debía tenerle miedo? El miércoles le agarró una muñeca y seguía con vida. Además, ¿qué era lo peor que podía hacerle? ¿Responderle borde? No sería la primera persona que la trataría mal. ¿Decirle algo mezquino? Nikki le diría algo peor.