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"No te quedes en un lugar que no puedas florecer, aunque te guste." –M. Sierra

Nikki siempre les dijo a sus amigos y familiares que si la veían correr corriesen ellos también porque probablemente su vida correría peligro. Así que mientras iba corriendo hacia su taquilla y la abría para sacar la pulsera que le había comprado a Weasly tuvo que ir dando explicaciones.

–Weasly tiene ahora las pruebas para entrar en el equipo de fútbol americano. Voy a ir a verlo pero las pruebas empezaron hace media hora así que voy al final. Nos vemos esta tarde si queréis. –Explicó Nikki mientras agarraba todos los libros. Ese martes no iría a la enfermería para su última hora libre, muy a su pesar. Cuando se giró para encontrarse con las miradas de sus amigas, ellas asintieron.

–¿Y podemos al menos saber por qué vienes a la taquilla si vas tarde? –Preguntó Hannah mientras apoyaba uno de sus hombros contra las taquillas y Avery se quedaba a la derecha de esta mirando a una acelerada Nikki.

–Porque le he comprado una pulsera con una frase para que le de suerte si entra en el equipo. Y si no entra como simple regalo. –Explicó mientras buscaba la bolsita de tela negra que había buscado por todas partes para poder guardar la joya. Cuando al fin la alcanzó, la agitó frente a sus ojos de manera victoriosa.

–¿Y por qué ese regalo? –Quiso saber Avery mientras Nikki cerraba su taquilla.

–Sabes que pagar por sexo es muy triste, Minaj.

Nikki miró a Hannah con la boca abierta mientras que Avery se comenzaba a reír con fuerza. Nikki le frunció el ceño y la miró con desaprobación. Revisó su reloj y se asustó.

–Tengo que irme pero después me haré un collar con tus muelas, Styles. –Comentó Nikki. Se inclinó y le dio un beso en la mejilla a cada una de sus amigas. Se ajustó su mochila y salió corriendo de nuevo.

Recorrió varios pasillos antes de llegar a la escalera y bajar lo más rápido que sus piernas se lo permitieron. Se olvidó casi de respirar mientras veía a las manchas borrosas que eran los estudiantes pasar a su alrededor mientras ella corría como si su vida dependiese de ello.

Nikki había pasado desde el jueves emocionada por ver a Weasly jugar. Les había hablado de eso a sus amigas y a sus padres. Es más, la idea de la pulsera había sido idea de Henry. Ella sabía que sus padres se conocían desde jóvenes, pero no esperaba que Roger jugase en el equipo y Henry le hubiese regalado una en esa época. Aunque el grabado en latín sí que había sido idea de ella. Roger la había ayudado a buscar la frase perfecta.

Salió al fin de esa cárcel y fue directamente a las gradas. Se estaba jugando un partido con chicos con el uniforme y petos. Nikki subió a las gradas para sentarse junto a las escaleras y se concentró en buscar a Weasly. Pero no lo encontraba. ¿Dónde estaba? Nikki pasó de sentarse y se adelantó para asomarse a la baranda.

¡Ahí estaba! Weasly se encontraba junto a un chico de cabello negro que trataba de hablarle constantemente. Aunque Weasly no le hacía nada de caso, en realidad. Él solo tenía los brazos cruzados sobre el pecho y miraba al frente con el ceño fruncido. Aun había varios chicos ahí. ¿Por qué no entraban a jugar? No parecían sudados, por lo que no se debería de haber perdido nada.

–¿Cómo tú por aquí? –La voz de William Miller sorprendió tanto a Nikki que ella creyó que iba a caerse por la baranda. Weasly parecía no haberlo escuchado porque no se giró.

Nikki se giró para mirarlo. Will llevaba un abrigo marrón con lana en el interior, un jersey justo rojo y vaqueros holgados. Además de un libro en las manos y sus típicas gafas de aviador graduadas. Will podría ser un modelo fácilmente. Nikki realmente no sabía por qué ambos hermanos no lo eran. Sobre todo por su forma de vestir.

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