Mi luz (Goku y tú).

Sorpresa.

Al día siguiente de aquel desagradable suceso, Goku dedicó todo su tiempo a un arduo entrenamiento. Aquello le hacía olvidar todo el dolor que sentía por la pérdida de sus grandes amigos.

Cada patada, cada puñetazo, cada gota de sudor que derramaba estaban impregnadas de rabia y dolor.

Sin embargo, debía ser fuerte, debía superarlo.

Había una persona que confiaba en él, y no podía defraudarla. Quería hacer algo bien en su vida.

Tras horas de duro entrenamiento en el bosque, el pelos alborotados decidió que lo mejor sería regresar a casa de __ . Lo que menos quería es que ahora ella se preocupara.

Goku paró en frente de la puerta que pertenecía a la casa de la joven. Inspiró un par de veces para tranquilizarse, pues no quería que le notara desanimado, ya que hoy era uno de aquellos días en los que no estaba de muy buen humor.

— ¡__! ¡Ya regresé! .— cerró la puerta tras de sí.

Qué extraño.

No había obtenido respuesta alguna, como siempre hacía ella cada vez que regresaba.

Goku alzó una ceja al ver toda la casa emergida en un silencio sepulcral.

"Quizá haya salido a algún recado" .— aquello fué lo que pasó por su mente. Y era lo más lógico.

Dió un suspiro bastante grande, y decidió no darle más importancia.

Demonios.

Su estómago estaba crujiendo.

Tenía hambre.

Llevó sus manos al mismo para acariciarlo con la intención de que aquel dolor por el hambre pasara. Aun así, decidió adentrarse en la cocina, para picar algo mientras que __ llegaba.

Antes de entrar, se apoyó en el marco de la puerta para proceder a encender la luz. Alzó su mirada para caminar hacia la nevera, cuando un escalofrío recorrió su cuerpo.

No podía creer lo que estaba viendo.

Enfrente de la mesa, se encontraba __ con una gran sonrisa mientras sostenía en sus manos una pequeña tarta .— Feliz cumpleaños, Goku.