—No es la terapia lo que va a ayudarme. Esto ni siquiera es un problema, madre— Louis exclamó en la sala de espera de aquella clínica psicológica. Estaba cansado, la verdad es que no creyó que salir del closet sería algo tan complicado.
—Para ti no lo es, para mi sí... mi hijo no es un maricón y punto final, Louis.
—Ok, perfecto. Creo que-
—Cállate, Louis. No voy a dejar que arruines tu vida.
—Tú me la estás arruinando.
La puerta del consultorio fue abierta por un chico de estatura alta, sus ojos eran verdes y no parecían opacarse por las ojeras debajo de ellos. Louis lo miró fijamente. No había ser más precioso y destruido al mismo tiempo. Era delgado, demasiado. Sus pómulos se marcaban exageradamente al igual que sus pálidos labios. Cuando terminó de inspeccionar sus facciones, reparó en sus piernas, nunca vio a ser más alto, delgado y con una gran cabellera de rizos.
—Nos vemos pronto, Harry. No olvides tomar tus vitaminas y tus alimentos— la recepcionista interrumpió la inspección de Louis. Lo miraba encantadoramente con una sonrisa coqueta
—Hasta luego, Angie— respondió Harry.
Harry dio una pequeña mirada a Louis y a su madre. Principalmente a Louis. No pudo reparar en otra cosa que no fueran esas luciérnagas azules que el chico tenía como ojos.
Sin una sonrisa o un saludo el joven salió.
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Luciérnagas azules |L.S|
Fiksi PenggemarLouis esta cansado de vivir ocultando su vida amorosa a su madre, principalmente cuando el ha estado enamorado de su vecino y mejor amigo David, con el cual comenzó a salir hace un mes. ¿Qué pasa cuando sale del closet? Su madre no se lo toma de la...
