|1|: Busco a alguien.

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Harry caminó por la ciudad hasta encontrar el lugar perfecto para tomar un café frío, bajo en calorías, azucares y cualquier cosa que pudiera hacerle engordar. Zayn, su mejor amigo, iba a su lado haciéndole compañía. Mirando los rascacielos y tomando una que otra fotografía del lugar.

—Entonces, ¿Cómo vas con la terapia?— preguntó Zayn.

Él rizado detuvo su andar. Zayn le imitó y le tomó una fotografía a su amigo. Sus ojos verdes resaltaban ante la piel pálida de su rostro; su cara parecía haber sido tallada por los dioses del Olimpo en porcelana.

—Va bien, supongo—pausó— ¿Qué hay de ti? ¿Qué tal te fue en España?

Zayn había sido nominado para ganar uno de los premios más importantes de fotografía en el mundo. Este se daba en España. Zayn había intentado entrar al concurso desde hace 2 años, no lo había logrado hasta esta vez.

—España y sus hombres. Nunca pude haber pedido más.

—¿Segundo lugar, entonces?

—Así es. Tenía el primer lugar ganado, pero el chico ruso ganó con su fotografía de trazos de luz y objetos estáticos. Realmente era una foto bellísima a comparación de la mía, pero tengo un reconocimiento a nivel mundial y 5,000 libras en mi bolsa.

—Supongo que el reconocimiento es lo más importante. Principalmente siendo un fotógrafo como tú— Harry murmuró entrando a Black coffee junto a Zayn.

—Supones bien. Todo lo que se hace en la vida requiere de reconocimiento. Tú que bailas, el mayor reconocimiento que podrías tener y que siempre has anhelado, es llegar a Broadway— Zayn tomó asiento frente a él en una mesa cercana a la ventana.

—Supongo que Broadway esta muy lejos de mi alcance.

—No lo está— pausó—. Los bailarines de tu talla nunca se valoran a sí mismos, siempre creen que no son lo suficientemente buenos, ¿Acaso traen integrado un chip que les desata el complejo de inferioridad?

—Basta— Harry rió.

—¿Les tomó su orden?—la chica que se había acercado a tomar su orden era bonita. Tenia ojos azules, su cabello era rubio y lo tenía atado en una coleta casi perfecta. Su uniforme era algo parecido a el de Sam en la película de "La nueva cenicienta", sólo que ella no tenia patines.

—Un frappé para mi— Harry habló mientras se daba cuenta de como Zayn miraba a la chica.

—Para mi un té helado, por favor— dijo y le regalo una amigable sonrisa que la chica correspondió.

—¿El té será de frambuesa o de limón?

—El que prefieras— murmuró encantadoramente y consiguió que la desconocida se sonrojara.

—Está bien.

Harry miraba atento la escena, tenía una sonrisa divertida en los labios e intentaba no reírse del coqueteo tan malo —y funcional— de su amigo.

Cuando la chica se retiro por las ordenes, Zayn la siguió mirando embobado.

—Zayn, amigo. Me estabas hablando de los hombres de España.

—Sabes que soy bisexual, y esa chica rubia esta monisima— Zayn dijo con emoción.

Era extraño para Harry ver a Zayn tan feliz por haber "conocido" a alguien. Desde Niall eso no pasaba, ni siquiera se había dado la oportunidad de ver a alguien en plan de ligue. Bendita sea la chica, por que Zayn no había sonreído de esa forma por al menos  en 2 años.

—En serio te ha gustado, ¿no?

—Sí, tiene unos ojos preciosos...

—Oye, yo era el de los ojos preciosos...

—Sí, eras. Te ha quitado el lugar ella.

—Estoy indignado— Harry se subió a su nube de ego y si Zayn creyó que la faceta de diva la habían dejado atrás, se equivocó por completo.

—Harry... Deja de ignorarme.

Harry no respondió, ni siquiera lo miró. Su vista estaba en la calle, donde no había absolutamente nada que mirar.

—Su orden está lista— la rubia llego a su mesa con una charola que traía la orden de ambos y un papelito para Zayn.

—Gracias— dijeron los dos al mismo tiempo y enseguida la chica se retiró.

—Zayn, en serió, deja de poner esa cara cada que la vez.

—Es hermosa— sonrió mirando a Harry y este se burló.

—No la conoces.

—La voy a conocer.

—Ni siquiera le preguntaste su nombre.

Zayn tomó el papelito y dijo: —Se llama Perrie y su número es 5678427943.

—¿Qué mierda? Nadie le da su número a un desconocido.

—Ella sí.

—Que tal si eres un violador o un asesino serial.

—Harry, no seas estúpido.

Ambos se rieron y comenzaron a tomar de sus bebidas. Hoy era un buen día.

(...)

—No, Louis. No voy a fingir ser tu novia— declaró Ashley mirándolo a los ojos.

Ashley y Louis habían sido mejores amigos desde la infancia. El tiempo había pasado, ambos estaban en la misma Universidad pero en diferente carreras. Ashley se dio cuenta de que Louis era homosexual cuando los dos estaban en secundaria, justo cuando Ashley había sido remplazada por Jason, el casi novio de Louis.

—Ashley... lo necesito, mi madre tiene una cena con un hombre está noche. Vendrá a la casa. 

—¿Y? ¿Yo no tengo vela en ese entierro?

—Mi madre le ha dicho que estará su hijo y su encantadora novia.

—Pero si tu madre me detesta...

—Hoy no, Ashley. Por favor, te necesito— Louis colocó sus manos en forma de súplica y se hincó frente a ella. La gente del parque que pasaba a un lado de ellos se detenían a mirar la situación.

—¡Louis! Párate, por favor.

—No hasta que aceptes ser mi novia—  sonrió y esperó que su chantaje funcionará a la perfección.

La gente que los había rodeado soltó un suspiro. Enternecidos por el momento, animaban a Ashley para que le diera el 'Sí'. 

Odiaba a Louis, lo odiaba más que nunca. 

Rodó los ojos y con un movimiento de cabeza le acepto su propuesta. La gente comenzó a aplaudir y Louis se levanto del piso, escuchando los gritos que aclamaban lo que sería el primer beso de los "novios".  

—Bésame, idiota— dijo Ashley en un ligero murmullo. Ella estaba aterrorizada de ver a toda la gente que los rodeaba, pero lo que le generaba pánico era lo que pasaría.

—Mierda—  Louis susurró antes de juntar sus labios en un beso lento que todos aplaudieron. 

Su mejor amiga le iba a romper las pelotas en la noche, eso ya estaba previsto. Suspiró cuando vio a toda la gente dispersarse y no se sorprendió cuando Ashley comenzó a caminar sin él.

—¡Hey! Ash, no te vayas.

—Te veo a las 9:00 en tu casa.

—La cena es a las 8:00.

—Como sea.

Ashley caminó entre los pabellones del parque hasta llegar a la parada del bus. Se recargo en el poste y respiró pesadamente. 

No podía estar pasando. 

Ella ya lo había superado. 

Ella ya no quería a Louis de esa manera. 

Ella aún lo amaba.   

Luciérnagas azules |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora