Parte 4

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  De  nuevo  hizo  rodar  al  otro  lobo,  pero  esta  vez,  se  puso encima  antes  de  que  el  otro  pudiera  levantarse.  Le  mostró  los  colmillos  letales  en obvia advertencia.

Muestra  la garganta  o  muere.

El  otro  lobo  mostró  la  garganta.

Ella  pudo  oler  la  conmoción  en  los  lobos  que  la rodeaban.  Por  lo  visto  el  Chrechte  que  acababa  de  mostrar  la  garganta  no  era conocido  por  rendirse. 

Magnus  retrocedió  y  permitió  que  el  otro  lobo  se  levantara. No lo  ayudó, sino que  esperó  respetuosamente a que se levantara.

Los  dos  grandes  lobos  asintieron  para  luego  encarar  a  los  que  rodeaban  a  la  mujer lobo. 

Todos  gruñeron  en  desafío  y  ella  notó  que  el  lobo  vencido  les  advertía  a  los demás  que  si  bien  había  mostrado  la  garganta,  estaba  preparado  para  luchar  con cada uno de ellos. Miedo  y  resignación perfumó el aire.

Los  otros  lobos  retrocedieron, renunciando  al desafío. Su  lobo  rascó  el  suelo  frente  al  lobo  con  quien  había  luchado. 

Ambos  se  inclinaron en reconocimiento  y  el otro  lobo se dio  vuelta  y  corrió. Los demás  le siguieron.

Su  lobo  giró  hacia  ella.

Él  esperó.  Susannah  sabía  lo  que  él  deseaba.  ¿Si  se  negara, lucharía  contra  ella  por  la  oportunidad  de  emparejarse?  Nunca  lo  sabría  porque  todo dentro  de ella le exigía doblar  las  patas, echarse de espalda y  mostrar  el vientre.

Magnus  emitió  un  ruido  sordo  llenó  de  placer  y  pasó  la  lengua  a  lo  largo  de  su vientre  expuesto.

Luego  aulló  una  vez  y  trotó  lejos.  Ella  se  levantó  y  lo  siguió  a  un pequeño  lago.

Él  se  zambulló  en  el  agua  y  después  de  un  momento  de  vacilación  también  lo  hizo ella.

Susannah  le  ayudó  a  limpiar  sus  heridas  y  a  apartar  de  su  piel  el  olor  de  la batalla.

Ella  no  supo  en  qué  punto  el  baño  se  volvió  un  divertido  y  alegre  juego,  pero cuando  dejaron el agua, se sentía cómoda con su  proximidad y sus  caricias.

Se  secaron  el  uno  al  otro  y  esto  fue  muy  diferente  a  cualquier  otra  experiencia  que hubiera  compartido  con  otro  lobo. 

Nunca  había  conocido  las  sensaciones  que embargaron su  cuerpo junto  con su  devota lengua. Cuando la besó,  ella le devolvió  la caricia  y  se  adentró  en  su  pasión  con  una  pequeña  pizca  de  temor  de  que  él  se desvaneciera  repentinamente  junto  con  sus  suaves  caricias  y  cuidadoso  trato  al cuerpo de su  lobo.

Cuando  se  hicieron  uno,  su  mujer  lobo  y  su  mujer  interior  se  regocijaron  por  la unión.

                                 *  *  *

Ella  despertó  unas  horas  más  tarde  al  girar  su  cuerpo,  sus  pieles  impregnadas entre sí  con la  fragancia de su  emparejamiento.

La luna casi  se había  ocultado y  podía sentir  el  Cambio  aproximándose. 

¿Sería  capaz  de  controlarlo  inmediatamente  o  esto no se produciría hasta  la siguiente luna llena?  ¿O  mucho después de  esta? El  control  del  Cambio  no  era  igual  para  cada  lobo  y  ella  no  se  imaginaba  cómo sería el suyo.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2018 ⏰

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Corriendo con la luna - Los hijos de la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora