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Doyoung no sabe lo que es la libertad.

Tiene doce años y los barrotes de las celdas en donde los tienen es lo que único que conoce realmente, su madre fue concubina y él no conoce a su padre, aunque supone debe ser un hombre adinerado e importante, siempre se encarga de enviar dinero para que no le falte comida y comodidad, es irónico porque no hay manera de que él éste cómodo siendo un simple sirviente en el Palacio Real. De cualquier manera, él no puede exigir mucho.

Su madre falleció hace no más de dos años y la soledad es extrema, no hay nadie más a quién recurrir, ella al igual que él también había nacido en cautiverio. Ellos eran como los colobríes criados en jaulas, bellos y pintorescos, delicados y aplicados pero estaban encerrados.

Dentro de poco cumplirá trece años y es lo que más teme, la comodidad con la que alguna vez vivió finalizará porque cuando uno lo siente, es porque es cierto, las corazonadas nunca mienten y Doyoung sabe que él no es un beta ni mucho menos un alfa, su desarrollo le ha estado mostrando que definitivamente él será un omega.

Su vida como concubino seguirá al igual que la de su madre, así que él ya puede ver su futuro fácilmente.

¿se puede cambiar el camino que el destino ya tiene trazado ó  no es acaso ese supuesto destino que cambiamos el verdadero camino?

Doyoung asegúrate de que las sábanas estén bien limpias antes de tenderlas —murmura la dama superior y el niño asiente, son a penas las siete de la mañana pero los hacen despertar a veces incluso desde las cinco, no importa mucho porque la mayoría de las veces también los envían a dormir temprano.

A Doyoung no le gusta cuando le toca lavar las sábanas de las habitaciones, son las cosas más sucias que pueden existir en el universo pero hay algo que él ha estado planeando desde hace semanas y sólo puede hacerse realidad en el patio trasero donde se cuelgan las ropas mojadas.

Hay un cráter en la tierra, esta cubierto de pasto que Doyoung arrancó y metió allí para disimular. Él es delgado así que las grandes paredes de cemento no le intimidan porque el cráter es suficiente grande para que él puede escapar.

Dudoso mira hacia atrás a la dama superior, esta concentrada cosiendo algo.

— oh ¿qué es eso?— preguntó sorprendido y la dama lo miro curiosa

—¿de qué hablas?

— dama superiora creo que están llamándola.—murmuró Doyoung pensativo y la mujer rápidamente se levantó de su asiento

—¿crees que el asistente Lee ya haya llegado?

— no lo sé —encogió los hombros Doyoung y la superior frunció las cejas

—¡Doyoung no hagas ese gesto tan vulgar! Ay dios ¿cómo haré para que seas más educado?— negó con la cabeza molesta— termina con eso y entra a desayunar, iré a ver si es el asistente Lee.

Asintió fingiendo concentración en las prendas que terminaba de colgar, del rabillo cuando verifico que la mujer ya había pasado por la puerta, de inmediato dejo las sábanas en el canasto y corrió al escondite

Sólo un día para su cumpleaños y ese mismo día sería cuando hagan la verificación y los anuncien.

Esta con el tiempo más que justo así que con mucho esfuerzo debe intentar huir lo más lejos.

Con sus delicadas y pálidas manos comienza a quitar los restos de pastos y tierra en el camino manchándose hasta que logra sacar todo, vuelve a mirar alrededor con precaución y empieza a escabullirse por el pequeño espacio, se  le dificulta al principio y su cabello esta llenándose de tierra y los pequeños rastros de esta le hacen picar,  sus ropas están ensuciándose como nunca antes pero tiene que soportarlo incluso si él ha sido criado como alguien demasiado limpio y cuidadoso, este no es tiempo de dudar por pequeñas cosas que podrían arruinar su vida. Cuando finalmente logra pasar hacia el otro lado todo el cuerpo le tiemblan y las lágrimas simplemente brotan, mira asustado alrededor, es mejor que empiece a correr lejos.

Camino de rosas. JohnDoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora