Estadía en la granja

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Era tal vez las 2 de la tarde y decidió salir un momento con la bicicleta a pasear a los sembradíos de manzanas de la familia Apple. Pues era en esas fechas cuando la hija del señor Smith, Candy Apple con quien había ido a la escuela desde jardín de niños; recolectaba manzanas y hacia increíbles postres con ellas; además quizá estando con su amiga olvidaría toda esa incomodidad de casa.

Capítulo 3: Estadía de la granja

Al llegar, vio a la Señora Smith en la entrada junto a su hija recogiendo las manzanas, le saludaron y así entraron a casa. Candy y Luna se sentaron a placar en la sala mientras pelaban algunas manzanas y preparaban masa para hornear pastelillos: -Entonces el secreto es un poco de bicarbonato- Candy decía a Luna con dulzura como era de costumbre; sin embargo también notaba algo extraño en su amiga; al meter la charola con los moldes, se sentó y miró a su amiga –Luna ¿Estas bien?- buscaba la mirada de su amiga y trataba de confortarla dándole palmaditas en el hombro –Sabes que puedes confiar en mí, somos M.A.P.S ¿Recuerdas?-

-Lo sé, pero...- Luna evitaba que Candy le viera flaquear, entonces solo tomó un trozo de manzana y lo colocó en su boca –Pero no puedo evitar ser el monstruo come manzanas- dijo mientras tenía la boca llena y reía

-Ay Luna- decía risueña mientras veía a su amiga comer –Ese comportamiento- reía mientras ella también ponía una manzana en su boca –no es digno de una dama- hablaba gracioso mientras tenía la boca llena, ambas reían y bromeaban como dos chiquillas simplonas.

Las horas pasaron como agua, ambas reían mientras preparaban muchos pastelillos y postres; al atardecer, Luna regresaría muy pronto a casa, sin embargo había llegado Celestia a la granja en el automóvil y con un ceño molesto y preocupado, entró a la casa y caminó directamente a la cocina donde fue por Luna –Tenemos que irnos- tomó del brazo a Luna y le jalaba con algo de fuerza

-¡Tia, me lastimas!-Luna intentaba zafarse de Celestia que en verdad le estaba lastimando, los padres de Candy intervinieron y las separaron

-Celestia, usted no es así-exclamó el padre de Candy -¿Qué es lo que ocurre?-

-No es nada, solo debemos irnos- trato de verse diplomática pero en su voz se hallaba enojo

-Celestia por favor cálmese- decía la señora Smith, pero Celestia se reincorporó y luego solo respiró un poco hasta que comenzó a actuar normal

-Miren, Luna y yo debemos irnos- pero al término de estas palabras Luna reaccionó y dijo molesta

-¿Por qué? ¿Por qué ahora no puedo ni estar con mi amiga? Haz estado evitándome y actuado extraño ¿Qué es lo que sucede que ahora no pueda venir a la casa de mi amiga?- Los padres de Candy observaban la confrontación de las hermanas, lo que hizo que Celestia solo se quedaba estática ante la acción de Luna, luego solo se dio la vuelta

-Bien, si tanto quieres quedarte, hazlo- ella caminó a la puerta, subió al auto y arranco para ir a casa. La señora Smith se había quedado preocupada, pero preparó la cama de Luna justo al lado de la de Candy.

La noche fue larga; Candy sentía deseos de saber sobre la situación de su amiga en casa, al igual que sus padres. Pero se limitaron a hablar quizá hasta la mañana.

Corazón de obsidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora