Lágrimas del corazón

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Luna observaba como Celestia cargaba a la niña, la cual identificaba como su sobrina; la historia es que su hermana más grande, Amore Cadenza, ya se había ido ya hace seis años casada con un músico; ellos se fueron de los suburbios a la ciudad vecina y en ese mismo periodo habían tenido una hija pequeña a la cual llamaron igual que su mamá. Eran una familia pequeña pero llena de mucho amor; lo cual al verla en ese estado hacia que un miedo le invadiera en su corazón ¿Qué ocurría? ¿Por qué Cadence está aquí sin su hermana? ¿Por qué sus padres no llegan? Este no era el verano perfecto y soñado que ella debía tener...

Capitulo Dos: Lágrimas del corazón


Ya era tarde, Celestia firmó los papeles y regresó a casa con los ojos vacíos de alegría, con Cadence en sus brazos.

-Hermana...- Luna se acercaba a Celestia

-Luna, prepara la Habitación de Cadence, ella... se quedará aquí un largo tiempo- Celestia tenía ese tono serio, algo muy malo estaba ocurriendo en la familia; pero ciertamente lo peor de todo el asunto era que debía mantenerse al margen de seguir preguntando; pues conocía a Celestia, cuando habla así, lo mejor es dejarla que ella ordene sus ideas y luego hablarían. Obediente como siempre, Luna preparó la alcoba de Cadence; colocó muchos juguetes y peluches, sacaba las cobijas limpias y con dibujos alegres sobre la cama, esponjaba las almohadas así como colocaba el mosquitero para proteger a su pequeña sobrina.

Al término, Luna avisó a su hermana que la habitación estaba lista, encontró que Celestia estaba bañando a Cadence, pero era como si pudiera ver el aura de ambas que estaban en una escena trágica y decadente: -Hermana, yo... terminé de limpiar la habitación- se abrió un silencio que la congelaba en el corazón -¿deseas que haga algo más?- pero el silencio seguía ahí, no importaba cuanto intentara disuadirlo. Le entristecía más el hecho que no podía remediar esta situación tan fácilmente, pero le desesperaba que solo existía ese silencio y no conocer el porqué.

Se dio la vuelta, caminó a su habitación y justo poco antes de recostarse pedía que sus padres volvieran y que todo fuese como ayer: una familia unida, feliz, enérgica y llena de muchos sueños por cumplir.

El sol entró por la ventana, el aroma a panquecas dulces le había despertado, el ruido del noticiero de deportes; todo indicaba que sus padres habían quizá regresado más tarde, se levantó con ánimo, se arregló el cabello un poco y sonreía; "quizá debo pedir disculpas por haberme dormido antes de que ellos llegaran" pensó y luego bajó las escaleras casi corriendo a la cocina, abrió la puerta –¡Buenos días!- dijo con un gesto sonriente y lleno de esperanza que ellos estuvieran ahí...

Pero la realidad, es que Celestia era quien había preparado los panquecas que tanto sabía le gustaban a Luna, prendió el televisor como de costumbre cada mañana –Buenos días Luna- en un tono apagado, Celestia colocaba los platos de las tres, Cadence ya estaba en la mesa, en su asiento especial que la hacía quedar a la altura de la mesa, pero aún tenía ese rostro triste.

Intentando mitigar la situación, observó la televisión –Mira Tia, los Bulls parece que ganarán esta temporada...- Celestia no se inmutaba en lo más mínimo, seguía colocando más panquecas en la sartén –bien...- Luna se acercó a la mesa para hablar con su sobrina –Y qué tal si... mejor vemos las caricaturas ¿Eso te gustaría Cadence?- tomó el control remoto y cambió el canal hasta encontrar algo divertido para la niña – ¡Hey mira! ¡Es Numeritos cantarines!- intentaba que Cadence se animara viendo la televisión; sin embargo ella solo se daba la vuelta evitando ver los dibujos y luego soltándose a llorar

-Luna ¡Basta! Déjala en paz...- Celestia reaccionó molesta, apagó la estufa y cargo a Cadence

-¿Pero qué fue lo que hice? ¡No le hice nada!- Luna estaba confundida

-¡Ya basta! ¡Ve a tu habitación!- tomó un plato con panquecas y se retiró de la cocina, dirigiéndose a la habitación de Cadence y cerrando la puerta. Luna se hallaba molesta, ella de verdad no había hecho algo como para que Celestia se comportara de esa manera con ella, además, Celestia no ha dicho nada sobre lo que está pasando y porqué estos cambios tan abruptos.

¿Sera acaso que será así todo el verano?

Ya estaba la mitad del verano y Celestia seguíapasando tiempo con Cadence, era normal pues era una niña pequeña y debía serprotegida; sin embargo aunque obedecía a su hermana, ella evitaba a toda costade hablar de sus padres o de Amore y su esposo; y la duda estaba quemandole enel interior.

Corazón de obsidianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora