Ghost ☾ j.b. & you ~ Spanish version ~ Terminada.

Capítulo 26 : Marcie

-___ P.O.V.-

-Eso huele bien.- dice Justin mientras se envuelve en mi cintura y me besa en la parte superior de la cabeza. -¿Qué estás cocinando?

-Huevos, tocino y tostadas. El típico desayuno.-Sonreí.

-Wow, no sabía que podías cocinar.

-Bueno,- me volteé para mirarle.- nunca me diste la oportunidad.

-Lo siento por querer mimarte hasta la muerte. - Él se burló de una manera en broma.

-No dije que no me gustara, pero me gustaría no usar un tenedor para bebés por una vez.- Solté una risita.

-Necesitaba ganar tu confianza. No quería que mi dulce bebé se lastimara.- Pellizcó mis mejillas, haciéndome alejar de sus brazos. Él se rió de mis acciones.

Terminé de preparar el desayuno y lo serví a Justin y a mí. No puedo mentir, realmente estaba disfrutando su compañía. No sé lo que me pasó, pero me enamoré de Justin. Algunos dicen que podría ser el síndrome de Estocolmo, otros pueden llamarlo una ilusión, o personas como yo lo llamamos amor. Amor enfermo y retorcido.

-Maldita sea, bebé. Eres una buena cocinera. Justin me felicitó mientras tomaba otro bocado de su comida. Sonreí.

-Gracias.

Tomó un sorbo de jugo de naranja antes de suspirar.

-Tengo malas noticias, cariño.- Él admitió.

Fruncí el ceño.

-Tengo que volver a trabajar pronto. Debo dejar de tomar largos descansos de la oficina. Se pone demasiado agitado sin mi presencia.

-P-Pero te necesito.- Gimoteé.

Sé que ahora sueno como una niña, pero honestamente necesito a Justin. Me gusta tenerlo cerca. Me encanta. Soy su principal prioridad. No es un trabajo estúpido.

-Lo sé, nena. Pero tengo un trabajo que hacer.

-¡No me importa!- Yo protesto.

Justin me dio una mirada de advertencia.

-Deja esa actitud, cariño.

Tomé una respiración profunda y me calmé. No estaba de humor para recibir una paliza hoy. Ya he manipulado la paciencia de Justin lo suficiente. No necesito hacerlo más.

-Volveré a partir de mañana y te comportarás. He sido generoso en lo que respecta a tus privilegios de libertad, pero a fin de cuentas soy el que manda. Eres la sumisa. Harás lo que digo y sin poner un pero. ¿Entendido?

Asenti.

-Dilo, __.

-Sí, señor.- Yo murmuré.

Justin sonrió.

-Buena niña.

Terminamos de comer en silencio. Todo el progreso que habíamos logrado se irá por el desagüe. Justin todavía tenía el control, pero al menos me daba un poco de libertad. Estábamos empezando a ser normales.

Después del desayuno, pongo los platos sucios en el fregadero. Justin se puso detrás de mí y me dio un beso en la cabeza.

-Sé que no estás contenta con esto.- Él murmura en mi pelo.

-Como sea.- Digo despreocupadamente.

Él suspiró. Subí las escaleras y entré a nuestra habitación. Necesitaba tiempo para procesar todo esto. Estábamos empezando a ser normales. Ahora todo se ha ido. Finalmente damos un paso adelante para retroceder dos pasos.