CAPÍTULO 5; "LACROSSE.."

3 3 0
                                    

MARATÓN 1/3

La clase pasó sin percances, la mayoría del tiempo me la pasé cogiendo apuntes de lo que el maestro iba explicando. Y cuando solo se dedicaba a corregir a los demás, empezaba a mirar por la ventana. Esté viernes tendría que estar toda la tarde trabajando, salía a las 9, pero no descansaba a las 6. Lo bueno era que se iba antes de el cierre. A si que tendría que esperar hasta el sábado para ir al orfanato, y el domingo tendría que limpiar y estudiar.

Al tocar el timbre volví a salir disparado hacia el pasillo, pero esta vez en vez de ir a la cafetería fui directamente al patio. Ya que hacia buen día, y no me apetecía aguantar las miradas curiosas de mis pocos disimulados compañeros. Me senté debajo de un árbol solitario, saqué una manzana de la mochila y comencé a releer "Buscando a Alaska" de John Green. De lejos se podía ver que era mi libro favorito, además de ser el único que tenía. Fue un regalo de Em por mi 14 cumpleaños.

Una sombra me tapó, mientras leía como "Gordo" conocía a Alaska.

—Uhmm.— dije notando como la sombra de una persona no se movía, quedando todo el rato frente a mí.- ¿QUÉ?

—Ahm... ¿Lo siento?.— Dijo una voz. Kilian. A saber que mierda quería, si era pedir perdón, valiente idiotez. Como si no tuviera algo mejor que hacer que pensar en la pelea que habíamos tenido.

—Si, claro.— dije en tono cansado. Lo que menos me apetecía era tener esta ¿charla? Con el estúpido de Kilian. Vamos a ver, tiene todas las horas del instituto para hablarme. Total siempre estoy solo, no interrumpiría nada, pero no. El tiene que interrumpir mi momento de lectura.

Miro hacia arriba, ya cansado de tanta idiotez. Y el sigue ahí, de pié, frente a mí, mirándome. No dice nada, solo me mira con ¿pena? y algo más que no se descifrar. A ver, joder que solo a sido una peleilla, tampoco es para que ponga cara de perrillo abandonado.

—Esta bien tío, en serio.— le digo viendo ya como estaba apunto de echarse a llorar. Joder, que tío más bipolar. Me levanto dejando a un lado el libro y la manzana que tenía entre manos. Y me acerco para abrazarle, no me cae bien, pero tampoco es para que se e eche a llorar. El me correspondió al abrazo con mucha ansia, colocó su rostro sobre mi hombro y comenzó a sollozar.

—Jo-Joder... Tii...Tiioo... Lo-lo siento...—titubeó llorando ya sin parar. Te digo yo a ti que lo niños mimados son el doble de bipolares que cualquier niño normal. Maldita adolescencia...

—Ey, ey, ey, tranqui hermano, no pasa nada.—y dicho esto, comenzó a llorar el doble. Creía que tenía buena mano para consolar. Al fin y al cabo era yo el que consolaba a los enanos con los que compartía habitación en el orfanato, pero se ve que no.

A lo lejos vi como Ethan se levantaba de la mesa que compartía con la porrista y la chica con la que tengo que hacer el trabajo. Y se acercaba hacía nosotros con un paso muy aligerado. El también mostraba pena, pero por sobre todo arrepentimiento en el rostro y su manera de mirar hacia Kilian. Cuando ya estaba bastante cerca me alejé un poco del aún apenado Kilian, Ethan lo tomó por los hombros, susurrándole palabras tranquilizadoras.

—Ey, vamos Kilian, no seas obvio.— eso me dejó pensando, ¿obvio?. Solo está llorando por algo que desconozco el motivo. Haber eso es raro pero no obvio, y si lo es, entonces yo estoy ciego.— Lo siento Hache, creo que esto de pedirte disculpas se me va a hacer costumbre.— dijo Ethan con una sonrisa triste surcando su rostro.

—Y a mi se me va a hacer costumbre el decirte que no te tienes que disculpar.— le dije con una sonrisa amable. No quería tener amigos, pero tampoco iba a ser un grosero todo el tiempo. No creo que por dedicarle un par de palabras amables quiera ser mi amigo ¿verdad? Ethan solo asintió a modo de respuesta. Comenzó a alejarse junto con Kilian, iba a seguirlos pero justo ahí sonó la campana que anuncia la vuelta a clases.

Lluvia De Recuerdos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora