Como solía ser - BIGBANG ver.

Parte 8: No todo debe olvidarse

No todo debe olvidarse.

No era cobardía, era simple temor a afrontar las consecuencias, solo que Seungri no lo notaba y continuaba así llamándose cobarde y de mil maneras peores. Había pasado ya un día de la respuesta de Jiyong por mail, pero no había enviado respuesta porque simplemente no sabía cómo responder a algo así.

Aún tenía esa declaración en su mente, por suerte saldría a despejar un poco la mente, ya que, aunque no quisiera, sus viejos amigos querían aprovechar todo el tiempo que estuviera en Seúl, porque ellos creían que regresaría a L.A. Pronto les diría la verdad, pero por lo tanto se veía obligado a salir, la salida era de noche así que no tenía idea de lo que le esperaba.

Eran las seis de la tarde y ellos lo recogerían a las siete, eso le dejaba una hora perfecta para tomar una siesta. Se recostó en su cama y abrazo una de sus almohadas decidido a dormir.

La sorpresa es que no pudo dormir del todo, en su mente solo se encontraba lo que había escrito Jiyong... "quiero lograr que seas solo mío" Estaba enamorado, y tenía razón porque fue culpa de Seungri, él fue quien lo busco, quien le sonreía, quien lo beso y termino con el sufrimiento de ambos.

¿Pero qué sufrimiento exactamente?

Si, así como morían de ganas por estar juntos, también arruinaron todo en el intento. Y Seungri no quería intentarlo una vez más.

Podrían caer en lo mismo y empeorar la relación.

"Acababa de terminar de grabar cuando salí del cuarto encontrándome una nota de Jiyong que decía que tenía que salir con Jack para arreglar algo del carro, la nota decía que estaría fuera por casi tres horas.

Perfecto. Al fin podría hacer la cena especial que tenía en mente y esta misma noche poder arreglar mis celos de la última vez, no sé cómo pude ser tan tonto pensando en que Ji había traído a alguien aquí, él no me haría eso.

Saque el pollo del horno y no estaba quemado, todo iba muy bien y eso era una señal de que esta noche nos olvidaríamos de todo, incluso hasta podría seducirlo para ir a la cama, teníamos ya más de una semana sin hacer nada más que besos distantes, los que sinceramente no sabían a nada.

Suspire alegre tarareando una canción, encendí un par de velas en la mesa, coloque mantelitos y puse los platos morados que casi nunca usamos. De verdad que me esforcé demasiado, tanto que nadie me lo creería, más valía que la comida quedara buena.

Escuche la puerta abrirse, me quite el mandil y camine hacia él mientras me miraba fingiendo interés, mi corazón estaba acelerado por los nervios.

—Hey —me acerque para tomarlo de la mano y guiarlo al salón donde estaba todo listo.

—H-Hola —contesto nervioso, se tomó un momento para observar todo mientras yo solo sonreía— ¿hiciste esto para mí? —pregunto medio sonriéndome.

—Si —respondí orgulloso.

—G-Gracias... —de nuevo ese tono de voz frágil y nervioso, me acerque temeroso posando una mano en su cintura, deje que mis labios solo rozaran los suyos para provocar que avanzara un poco más, por dentro sentía que iba a morirme en la espera. Él se acercó, pero sus labios solo hicieron presión con los míos sin moverse, se sentía frio, como el típico beso obligado en esos juegos de fiestas.

Entonces me abrazo, yo deje mi cabeza caer en su hombro inhalando ese aroma tan suyo que... no, ese no era su típico olor, ni siquiera era su perfume. Cerré mis ojos aferrándome más a él y concentrándome más en ese aroma que ya con seguridad ya sabía que no es suyo.