Valores.

22.6K 2.4K 763
                                    

           

Baekhyun suspiró largamente al ver a su bebé levantarse con mucho esfuerzo sobre la cama, Chanyeol estaba dormido a su lado lo que hacía una leve barrera para el hijo de ambos que siempre se dormía en el medio, entre los dos.

Era día domingo por lo que no era necesario que se despertaran temprano, pero Jae Seok como siempre no hacía caso de las reglas y hacía lo que quería, a las ocho y media empezó a removerse inquieto hasta que despertó del todo y por consecuencia también despertó él, pero su hijo ya estaba mostrando indicios de querer dormirse otra vez y no estaba seguro de querer dejarlo dormir, algo así como una pequeña venganza, pero cuando Jae Seok se acercó lo suficiente a él con sus inestables pasos, dejándose caer muy cerca de su pecho mientras lo miraba con adoración, esos ojos negros siempre estaban llenos de amor, su hijo era tan inocente, no sentía rencor, rabia y mucho menos odio, no como él.

Le permitió a Jae Seok dormirse mientras él pensaba en todas que le molestaban o a las personas a las que le guardaba rencor, a su padre por nunca apoyarlo y tratarlo tanto a él como a su hijo como si fuera la peor escoria del mundo, a su madre por ser tan terriblemente sumisa y nunca apoyarlo de verdad, era una mujer deprimente llena de miedos que no estaba dispuesta a dar la cara por su pequeño hijo o nieto. A Luhan por haberle robado importantes momentos con Chanyeol aunque fuera de forma inconsciente, a Yifan por arruinar la vida de Luhan y en consecuencia la suya porque el padre de su hijo, que siempre hacía de buen samaritano, estaba dividiendo su atención entre dos embarazados, odiaba también al profesor de gimnasia del cual estaba feliz porque despidieron por involucrarse con un menor de edad, era un hombre repugnante del cual no le extrañaba estuviera manipulando al chico con el que fue descubierto.

Odiaba los exámenes, los días fríos, la fiebre de Jae Seok, los pies fríos de Chanyeol, el canto desafinado de su suegra, los gritos histéricos de Yoora y los pésimos postres de la señora Park, YoungMi. Detestaba esas cosas pero al mismo tiempo prefería soportarlas que perder a las personas detrás de esas cosas detestables, porque ellos a diferencia de su padre o el maestro de gimnasia y Yifan, excluyendo a Luhan porque la verdad no era tan culpable, solo que él era demasiado celoso para su bien, lo querían de verdad, le tendieron la mano a él y a su hijo sin pedir nada a cambio. Que sus suegros los recibieran en su casa sin pedir nada a cambio era hermoso, lo hacía emocionarse hasta las lágrimas, solo tenía agradecimiento para ellos. Por Yoora al ser tan comprensiva, nunca olvidaría como ella voluntariamente se ofrecía a cuidar a Jae Seok cada vez que él y Chanyeol no podían por cosas de la escuela. Y ¿qué decir de Chanyeol? A ese idiota lo amaba a pesar de todo, amaba todas sus estupideces, el que no pudiera distinguir el champú del acondicionador, que muchas veces se abotonara mal la camisa o que se encariñaba tanto con las mascotas ajenas que era difícil separarlo de algunos perros pese a la mirada extrañada de los dueños que observaban a Chanyeol como si estuviera loco. Amaba todo de él, tanto así que no le importaba su mal aliento matutino o sus ronquidos. Era como si estuviera hecho para amar cada parte de Chanyeol independiente de todo el contexto, entorno, situación.

Los miles de problemas que habían tenido daban fe de ello, tener un hijo siendo aún un estudiante en una sociedad como la coreana estaba tan mal visto que la mayoría de esos niños eran dados en adopción en cuanto nacieron, y aunque los progenitores no quisieran si los adultos responsables de esos padres adolescentes lo decidían así no había mucho que hacer, para ellos era mejor preservar el honor de la familia y cuidarse del que dirán que escuchar las suplicas de sus hijos que no quieren separarse de sus bebés. Aunque claro también hay casos más fríos donde son los mismos adolecentes los que deciden no mantener a su bebé, Luhan era un ejemplo de ello, casos como el de él habían muchos en Corea.

Porque claro, hablar de sexo estaba prohibido, siendo que todos lo practican, no debería ser un tabú cuando es tan normal, todos vinimos al mundo porque nuestros padres tuvieron sexo, evitar el tema era tan tonto y mezquino, no por cegarse, no por creer que los jóvenes no hacían eso significaría que es verdad. Los jóvenes son igual que los adultos y con las hormonas alborotadas es un peor, están descubriendo su cuerpo y cuando alguien les habla bonito parece hasta natural llegar a la otra base. Si los padres fueran más maduros para hablar de esos temas con propiedad y altura de miras muchos embarazos, corazones rotos, sueños destrozados y relaciones toxicas se evitarían.

Manual del padre  ̶s̶ᴏ̶ʟ̶ᴛ̶ᴇ̶ʀ̶ᴏ|Chanbaek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora