Capítulo 12

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Estaban las tres sentadas comiendo, ninguno decía nada y el ruido de los cubiertos rompían un poco el silencio.

–Perdón –susurro Mia dejando el plato de lado.

Mara y Victoria se miraron de reojo.

–Esta bien –la miro Victoria–. La palabra perdón es muy grande, sabías?

–Se la merecen.

–Quieren postre? –pregunto Mara cambiando de tema.

Se levantó sin esperar respuesta dejando a Victoria y Mía solas.

–Yo...

–No me vengas con eso de que hay que dejar todo de lado, yo sé que hice las cosas mal y lo aceptó  –la interrumpió Mía–. No sé cómo reparar esto, pero quiero terminarlo de una vez por todas.

–Qué?

–El día que pasó todo yo estaba, Camila me lo contó pero no le preste atención porque no la creí capas de tanto, nunca en mí vida pensé que ella iba hacer algo así.

–Mía.

–No Victoria, no! –se exaltó parándose–. Éramos amigas gracias a ella, en mí vida pensé que iba a pasar momentos lindos como los que pase, nunca me sentí tan sola como cuando nos peleamos y les eche la culpa dejándome afuera. Yo estaba segura de que ustedes no se iban a hablar nunca más y no nos íbamos a ver, hice las cosas mal desde el principio y hoy me arrepiento.

–Vos sabías? –la siguió hasta la ventana–. Vos sabías y no fuiste capas de avisar antes.

No había forma de explicar cómo se sentía en ese momento, tenía tantas emociones juntas, Mía sabía y no fue capas de avisar.

–Tenía mis problemas –se defendió–. Ese día salí como pude cuando ella me escribió, mí hermano me había golpeado porque no quería quedarme en casa y llegue como pude, pero ella ya estaba arriba sentada –lloro mirando el piso–. Cada vez que cierro los ojos la veo ahí mirándonos y pidiendo perdón, todo paso tan rápido, estábamos solos y de la nada había tanta gente mirando todo mientras yo no sabía que hacer.

-Ese día paso por mi casa, me dio unas cosas y se fue...-dijo con la voz rasposa-. Yo... Yo estaba enojada con Eric por una estupidez, le dije que no lo quería ver más-le picaban los ojos de las ganas de llorar y veía todo borroso-. Ella me mandó un mensaje con la dirección de donde estaba y con Mara fuimos lo más rápido que pudimos, casi me tiro del auto cuando la vi sentada en el borde y te juro que nunca sentí tanto miedo.

-Vi...

-No! -le gritó parandola-. No me dio tiempo a bajar del auto para gritarle o quizás poder darle un abrazo, no pude verla sonreír por última vez -se sentía sofocado y quería vomitar-. Cuando llegue ya estaba ahí tirada, no sabía que hacer, no escuche el ambulancia ni la policía, nada más estaba ahí, mirando. Pero vos, vos pudiste correr o gritarle, pero no.

-Tenía miedo! -le gritó Mía tapándose la cara-. Pero Eric estaba arriba y no llegó, ella no le dio tiempo a poder agarrarla, se tiro como si no le importará nada y nos dejó! Nos dejó ahí para que la recordemos así!

Necesitaba aire, sentía la garganta seca y la boca pastosa.
Se acercó a una ventana y la abrió dejando que el aire frío le toque hasta los huesos.

-Eric estaba ahí -dijo con los ojos cerrados aferrandose al marco de la ventana-. Eric la vio mientras caía, el no llegó.
 

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora