Capítulo 8

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Entró al bar de mala muerte donde lo habían citado, el lugar olía a alcohol y cigarro. Miro a la barra y lo vio, estaba hablando con un tipo mientras tomaba una cerveza.
Daniel se dio vuelta y lo miro con unas sonrisa, abrió los brazos en forma de bienvenida y soltó una risa.

–Por un momento pensé que no venías –dijo haciéndole una seña al tipo para que traiga otra cerveza.

–No pensaba hacerlo, pero teníamos que aclarar las cosas –lo miro con rencor y se sentó.

Daniel soltó una risa y movió las manos restándole importancia.

–Cómo está la muñequita? –pregunto sonriendo.

–No la llames así –le gruñó mirándolo mal.

Daniel volvió a soltar una carcajada y le golpeó el hombro.

–Por lo que escuché no están más juntos –dijo mirándolo de reojo, sabía que ese tipo de conversación le molestaba, pero no le importo.

–Hace meses no estamos juntos -escupio de mala gana–. De todos modos no es algo que te tenga que importar.

–Me preocupo por vos Eric, aunque no lo creas, soy tu hermano –susurro mirándolo, pero esta vez a los ojos–. Deberías hablar con ella.

–Pfff... Sabes cuantas veces lo intente –dijo riéndose y dándole un trago largo a la cerveza–. Esta negada, no va a hablarme, no hasta que no se sienta culpable.

–Por lo de...

–Si -dijo interrumpiéndolo–. Yo no puedo hacer nada más que desearle buena suerte, no puedo ayudarla si ella no se deja.

Daniel asintió tomando su cerveza y Eric soltó una risita.

–Te acordás cuando la conocí? –pregunto sonriendo–. Fue en tu casa.

–Ella estaba mirándote como si fueras lo mejor del mundo.

Se pusieron a recordar cosas del pasado, empezaron a hablar sobre cómo les estaba yendo en la vida, como esperaban que les salga todo y lo mucho que extrañaban su vida de antes.

Eran 04:21 am, ya habían tomado más de la cuenta y la estaban pasando más que bien. Se escucho la campana del bar sonar y todos miraron, menos Eric, el estaba con su celular. Pero Daniel se tensó en cuanto vio tres personas desagradables entrar.

–Miren a quien nos venimos a encontrar -hablo uno mirando a Daniel–. No creí que este lugar fuera para nenitas también.

–Si te dejaron entrar, es más que obvio –dijo Eric girándose–. No creés?

–Cartón lleno -dijo el mismo mirando a Eric con desprecio–. Veo que el destino quiere que nos encontremos.

–No lo creó, vimos a Diego cuando te llamó –se rió Daniel.

–Bueno, yo solo vine a arreglar unos asuntos.

–Espero que tengas suerte –dijo Eric girándose a la barra sin darle importancia.

–La vamos a tener y mucha –lo miro con asco y se acercó.

Daniel se paró y se puso adelante.

–Dante no estamos para juegos –le gruñó.

–Oh, yo tampoco.

Dicho esto le dio una piña en la nariz haciendo que Daniel caiga al piso agarrándose la nariz. Eric se paró y se lanzó encima de Dante, ya estaba harto, siempre era lo mismo.
Jordán y Luca intentaron separarlos pero Daniel los empujo haciéndolos caer, no iba dejar que se metan.

Dante le dio una piña en la boca haciendo que Eric caiga hacia atrás, soltó una risita y lo miro.

–Tus golpes de nena no me hacen nada -dijo mientras Eric se paraba–. No sos más que un estúpido que no sabe cuidar lo que es suyo y...

Y antes que termine la oración Eric le dio una piña en la mandíbula haciendo que Dante tambalee y caiga encima de unos bancos. Se acercó totalmente enfurecido y empezó a golpearlo sin importarle los gritos de Daniel diciendo que pare ni los del barman llamando a los guardias. Se desquitó todo lo que ese desgraciado le había echó, se desquitó por meterse con Victoria y con su hermana.

Alguien tiro de el haciendo que caiga hacia atrás, se reincorporó y se limpio la nariz dispuesto a volver a golpear a Dante, pero Daniel lo agarro del brazo haciendo que quede al lado suyo.

–Basta -le gruño.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora