capítulo 13

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07:17 pm.

Era el día que tanto había intentado evitar, nadie era capas de decir nada y el silencio reinaba la sala de espera.

Mara y Victoria estaban sentadas juntas, tenían las manos entrelazadas y estaban apoyadas en la pared.

Eric estaba sentado con los codos apoyados en las rodillas mirando el piso y soltando suspiros nerviosos.

Mía y David estaba juntos como siempre, Mía golpeaba las uñas contra la mesa mientras David tarareaba una canción.

Y la mayoría de los estudiantes estaban igual, todos tenían un discurso preparado hace meses, nadie quería ser interrogado y meter la pata.

Los policías se movían por toda la habitación con confianza, hablaban y los miraban de vez en cuando.

-¿Que vamos a decir? -pregunto David nerviso.

-La verdad -le respondió Eric mirándolo.

-Tenemos que hacer esto rápido -opinó un compañero y la mayoría lo apoyo.

-Con decir la verdad lo hacemos rápido -les dijo Eric mirándolos mal-. No inventen ninguna mierda, digan lo que saben y listo, fácil para todos.

Se sentía demasiado frustrado para decir otra cosa y quería matar a alguien de la tensión que tenía en el cuerpo.

El corazón  de Victoria latía tan rápido que sentía que se le iba a salir del pecho, le había pedido a sus padres que la esperen afuera, no quería sentirse presionada.

Mara intentaba mantener la calma, inhaba y exhalaba, no quería perder el control y terminar con alguna crisis.

Mía no podía parar de golpear la mesa, los nervios se la comían viva y David mo ayudaba queriendo hablar cada cinco minutos.

-Bien -dijo un oficial parandose en medio de la sala-. Vamos a empezar, quiero que pasen de a uno y vallan hablando. Saben como es esto, más tardan y más van a tener que volver, así que les recomiendo decir todo y no quedarse con nada -todos asintieron y se removieron incomodos-. Ahora, Mía Pérez nesecito que pases.

Mía se paro acomodandose el pantalón y camino atrás del oficial sin mirar a nadie.

El oficiale abrió una puerta dejándola entrar y cerro dándole una mirada de pena.
La habitación era demasiado pequeña, tenia una mesa, tres sillas, una lampara y una ventana donde entraba el sol.
Camino hasta una de las sillas y se sento poniendo las manos encima de la mesa.

La puerta fue abierta por una oficial bastante joven y atras de ella había un oficial con cara de pocos amigos.

-Hola Mía -la saludo con una sonrisa-. Soy Ana y el es...

-No estamos para hacer una presentación Ana -dijo interrumpiendo a la chica y miro a Mía alzando una ceja-. Qué nos vas a contar?

-Todo lo que tengas -dijo la oficial Ana sentándose-. No tengas miedo.

-Bueno -suspiro Mía con la voz temblorosa-. Esa noche yo estaba en mi casa, recibí un mensaje de Camila despidiéndose, yo no entendía nada así que le pedí que me dijera donde estaba y me costó bastante que me diga pero al final lo logre -dijo tragandose las ganas de llorar-. Quise salir de mi casa para ir a donde estaba ella, pero mi hermano no me dejo y seguí insistiendo, pero lo único que logre es que el se enoje y me golpee, le pedí por favor que me deje ir, pero no quería así que... -se quedo callada cuando se dio cuenta lo que iba a contar, volvió a tomar aire y empezó a hablar-. Al final logre salir de mi casa y intenté llegar lo mas rápido que pude, pero cuando llegue ella estaba, ahí mirándonos y pidiendo perdón. Lo unico que recuerdo después de eso es un grito y la gente corriendo entre nosotros.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora