07:17 pm.
Era el día que tanto había intentado evitar, nadie era capas de decir nada y el silencio reinaba la sala de espera.
Mara y Victoria estaban sentadas juntas, tenían las manos entrelazadas y estaban apoyadas en la pared.
Eric estaba sentado con los codos apoyados en las rodillas mirando el piso y soltando suspiros nerviosos.
Mía y David estaba juntos como siempre, Mía golpeaba las uñas contra la mesa mientras David tarareaba una canción.
Y la mayoría de los estudiantes estaban igual, todos tenían un discurso preparado hace meses, nadie quería ser interrogado y meter la pata.
Los policías se movían por toda la habitación con confianza, hablaban y los miraban de vez en cuando.
-¿Que vamos a decir? -pregunto David nerviso.
-La verdad -le respondió Eric mirándolo.
-Tenemos que hacer esto rápido -opinó un compañero y la mayoría lo apoyo.
-Con decir la verdad lo hacemos rápido -les dijo Eric mirándolos mal-. No inventen ninguna mierda, digan lo que saben y listo, fácil para todos.
Se sentía demasiado frustrado para decir otra cosa y quería matar a alguien de la tensión que tenía en el cuerpo.
El corazón de Victoria latía tan rápido que sentía que se le iba a salir del pecho, le había pedido a sus padres que la esperen afuera, no quería sentirse presionada.
Mara intentaba mantener la calma, inhaba y exhalaba, no quería perder el control y terminar con alguna crisis.
Mía no podía parar de golpear la mesa, los nervios se la comían viva y David mo ayudaba queriendo hablar cada cinco minutos.
-Bien -dijo un oficial parandose en medio de la sala-. Vamos a empezar, quiero que pasen de a uno y vallan hablando. Saben como es esto, más tardan y más van a tener que volver, así que les recomiendo decir todo y no quedarse con nada -todos asintieron y se removieron incomodos-. Ahora, Mía Pérez nesecito que pases.
Mía se paro acomodandose el pantalón y camino atrás del oficial sin mirar a nadie.
El oficiale abrió una puerta dejándola entrar y cerro dándole una mirada de pena.
La habitación era demasiado pequeña, tenia una mesa, tres sillas, una lampara y una ventana donde entraba el sol.
Camino hasta una de las sillas y se sento poniendo las manos encima de la mesa.La puerta fue abierta por una oficial bastante joven y atras de ella había un oficial con cara de pocos amigos.
-Hola Mía -la saludo con una sonrisa-. Soy Ana y el es...
-No estamos para hacer una presentación Ana -dijo interrumpiendo a la chica y miro a Mía alzando una ceja-. Qué nos vas a contar?
-Todo lo que tengas -dijo la oficial Ana sentándose-. No tengas miedo.
-Bueno -suspiro Mía con la voz temblorosa-. Esa noche yo estaba en mi casa, recibí un mensaje de Camila despidiéndose, yo no entendía nada así que le pedí que me dijera donde estaba y me costó bastante que me diga pero al final lo logre -dijo tragandose las ganas de llorar-. Quise salir de mi casa para ir a donde estaba ella, pero mi hermano no me dejo y seguí insistiendo, pero lo único que logre es que el se enoje y me golpee, le pedí por favor que me deje ir, pero no quería así que... -se quedo callada cuando se dio cuenta lo que iba a contar, volvió a tomar aire y empezó a hablar-. Al final logre salir de mi casa y intenté llegar lo mas rápido que pude, pero cuando llegue ella estaba, ahí mirándonos y pidiendo perdón. Lo unico que recuerdo después de eso es un grito y la gente corriendo entre nosotros.
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Victoria
Short StoryEn el verano de 2016, 10 de enero para ser más exactos, paso una de las trajedias más habladas en uno de los mejores colegios de Buenos Aires, haciendo muchos de los alumnos responsables por lo sucedido. Hay muchas dudas, pocas pruebas y bastantes c...