capítulo 2

21 3 0
                                    

Estaban los tres en el patio, sentados en una de las mesas abajo del sol. Victoria lo miraba nerviosa, Mara no, ella lo miraba esperando el momento perfecto para darle un golpe.

-Entonces...-dijo ya cansado del silencio.

-Porqué se lo dijiste? -pregunto Mara con seriedad.

-Me están culpando de algo que, claramente no hice.

-No? -ironizó Mara-. No me fío de vos, quizás Victoria te crea, pero yo no.

Rodó los ojos fastidiado, primero tenía que aguantar los acosos de Mía, la insistencia de sus padres y ahora a ellas culplandolo de algo que no hizo.

-Es tu problema si me creés o no, ya estoy harto de esto -la miro fijamente y le sonrió-. Cuál es el motivo por el que  no tendría que hablar?

-Porque no te conviene Russo -le gruñó acercándose por encima de la mesa-. Porque estás igual que nosotros.

-Basta, por favor -les pido Victoria algo alterada-. Solo nesecito saber si les dijiste o no.

-No.

Y esa respuesta fue un alivio para su alma, pero nada era seguro, había alguien que sabía y le había dicho a Mía.
Victoria miro a Mara, que todavía miraba fijamente al chico rubio frente a ellas.

-Es mejor que nos vallamos -dijo parándose-. Espero que tu respuesta sea cierta, porqué no estamos para juegos.

-Y si no, te la vas a ver conmigo -lo amenazó Mara siguiendo a su amiga.

Eric se quedó ahí, mirando como su ex novia se alejaba junto a la colorada.
Si, habían sido novios, una linda relación de dos años que se arruino por un campamento de porquería, cómo lo llamaba el.
No importó cuantas veces hablo con Victoria sobre lo que pasó, ella nunca iba a decirle nada que tenga que ver con el accidente, pero no la culpaba, el estuvo días sin hablar.
Se levantó soltando un suspiro y caminó hacia sus amigos.

Mía miro hacía donde se iba Eric y maldijo interiormente, ellos planeaban algo, estaba segura de eso.
No podía con todo, tenía a su madre pidiendo que hable, vigilar a Victoria y su amiga, lograr que Eric le diga algo y intentar no colapsar.

-Crees que ellos hablen? -le pregunto David algo preocupado.

-No, ellos no van a decir nada -le contesto con seguridad-. No se van a exponer de esa forma, además Mara está cuidando a Victoria de cualquier cosa.

-Tenemos que tener cuidado Mía, ellos saben mucho -dijo David antes de entrar al salón.

Las horas no pasaban más, estaba demasiado cansada y la profesora de literatura no ayudaba mucho. No había dormido bien, como todas las noches, no sabía cómo hacerlo, no podía hacerlo. Le constaba demasiado cerrar los ojos por la noche y pensaba tanto que dolía.

-Estas bien? -le pregunto Mara tocándole la frente-. Estás algo pálida.

-Solo estoy algo cansada -le respondió intentado sonreír pero falló.

Mara la miro unos segundo y volvió su mirada hacia adelante.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora