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-¿En qué demonios estaban pensando?

Klaus encaró a Rebekah, quién se encontraba sentada en la sala y rodó los ojos

-Solo queríamos divertirnos-. Sonreí.-¿ Se supone que debemos ser unos mártires que se encierran en cuevas por miedo a sí mismos? ¿Ó ahora somos los buenos?-. Permanecí en el sillón, con los brazos cruzados y mirándolo

-Las cosas se salieron de control, pero no fue la intención ser atacadas por unos rencorosos licantropos- Ella contestó

-Pero debemos de evitar llamar la atención-. La miro

-¿Qué pueden hacerles? A diario te escuchó decir tu discurso sobre lo invensibles que son-. Busqué a Elijah con la mirada, sólo para percatarme que había permanecido callado, y su furioso hermano me miraba mientras se servía una copa de Bourbon

-Mia, te están buscando-. Freya se puso de pie, y me miró con cierto reproche en sus ojos

-¿Estás diciendo que yo soy la razón de todo esto?-. Levanté una ceja con una sonrisa

-Así es. Un antiguo chaman te quiere en un sacrificio-. Elijah por fin habló

-Estoy comenzando a pensar que esto de los sacrificios es mi destino-. Crucé mis piernas

-Pero esta vez, el no se apiadará y se detendrá-. Klaus acercó su rostro al mío  mirándome con unas salpicaduras de sangre en sus labios y mejillas, lo cuál me despertaba una extraña sensación

-Pues entonces moriré. Es una lástima. Será una historia con un final diferente: Los valientes y atractivos héroes no salvarán a la chica y jamás encontraran paz interior al menos hasta que conozcan a otra-. Le arrebaté su trago, y vi a Rebekah ponerse de pie, y marcharse. Freya la siguió

-Basta de juegos. Te quedarás aquí y punto-. Elijah vociferó, y yo me puse de pie y me dirigi hacía la puerta. Entonces me detuvo la voz de Klaus

-No, aguarda Elijah. Esta bien, esta claro que ella no quiere su venganza contra su prima bruja con delirios de Reina que asesinó a sus padres-. Llenó otra copa, y yo corrí hacía él, acercándome lo suficiente para obligarlo a mirarme

-Yo tendré mi venganza, a mi modo
nadie vendrá a decirme como satisfacerme. Y lo haré no por mis padres. Si no por mí-. Quité la sangre de sus labios con mi dedo pulgar, y la lami

-De acuerdo. Pero sabes que esa perra también se metió conmigo y mi familia. por lo tanto nosotros también participaremos en esa venganza-. Me miró con cierta rareza

-Bien. Espero que valga la pena.
Iré a comer, ¿tambien quieren participar en esto?-. Caminé hasta la puerta

-Provecho-. Levantó su copa

Me di la media vuelta, y salí de la casa.

Aún era de madrugada, caminé hacia las afueras de la ciudad y me dirigí al bosque, dónde conocí a Klaus.

La noche aún era joven, la luna y las estrellas brillaban cómo las perlas del collar que yo llevaba puesto, corrí por las montañas y al descuidarme del firmamento, noté algo inusual

La luna se volvió roja y por equis razón  levantó más mi apetito

Seguí buscando una presa, hasta que escuché el aullido de los lobos

Yo sabía lo qué una mordida podía provocarle a uno, así que me decidí a salir de allí. Miré hacía arriba y al contemplar la luna por más tiempo tuvo un efecto en mí. Mis ojos se transformaron:
Las pupilas se dilataron por completo, dándoles un tono completamente negro. Retrocedí, y me viré hacía atrás para irme lo más rápido posible ante este extraño padecimiento.

Di la media vuelta, y me encontré con un lobo gris, de ojos amarillos el cuál me miraba directamente

-Tranquilo amigo, yo ya me iba-. Voltee a la dirección contraria para correr y una manada me acorralo

Todos aullaron al unísono.

Eran veinte al menos, no había escapatoria
Y yo tenía tanta hambre...

La luna roja se colocó en su punto más alto, y una fuerza parecida a la de un imán, me elevó unos cuántos metros hacía arriba. Mis ojos volvieron a dilatarse, y me dejé caer sobre las fieras, despedazandolas una a una
Una fuerza ajena a mi me controlaba, en ese momento no comprendí correctamente a que asociarla, pero me hizo sentir euforica y poderosa.

Al terminar con él último lobo, de pelaje negro y ojos azules, sostuve su cabeza frente a mí unos segundos, y después me deje caer en el piso, más hambrienta que nunca

Mis sentidos se afinaron aún más y entre el silencio del bosque, logré escuchar risas a unos dos kilometros del lugar

Corrí por la espesura de los árboles, sintiendo el viento golpearme en la cara, iluminada por la luz de la luna y haciendo tierra con los pies a mi paso
Cada vez las voces eran mas fuertes, así que 20 metros antes, me percaté de que estaba frente a un campamento gitano

Actúe por mero instinto, me acerqué lentamente y corrí alrededor de ellos, para llamar su atención

Un hombre salió del circulo de personas y comenzó a buscar a sus alrededores, con un talismán en la mano.

-Radu Gabori-. Alzó la voz.- ¿Es usted?
Miró hacía todos lados, y dirigí mi atencion al grupo de personas que al parecer no se percataban de esto, desde atrás de uno de los árboles.

Me relamí los labios, y caminé dulce e inocentemente hacía él

-¿Quién eres mujer? ¿Fuiste capturada por las fieras o el diablo te a enviado a hacernos pecar?

-Sólo estoy hambrienta-. Murmure

-Cuándo por el bosque caminaba, Jesús le pidió agua a un campesino. Este se la negó y fue castigado, vagando por toda la eternidad en el mundo, algunos miles de siglos atrás. Pasa por algo de pan y vino de uva, y abrigate, por favor

-No fue mi clase de testigo, y no es mi clase de alimento.

Me abalance contra él, enterrando mis colmillos en su cuello hasta dejarlo sin una sóla gota de sangre, manchando mi rostro.
Arrebatéel amuleto al que inutilmente se aferraba, y arranqué su cabeza.

Caminé hacía el campamento de nueva cuenta, y tiré en medio del circulo de personas el amuleto que era una estrella negra sobre una luna de este mismo tono, seguida de la cabeza de su dueño, y la hoguera iluminó mi cara.

-¿Quién sigue?-. Los miré

-Es la "Szívja a vért" hagamos un círculo de unidad y Onaris aparecerá para liberarnos de su maldad

Desaparecí unos segundos, apagué la hoguera haciéndolo gritar y dejándolos confundidos
La simple luz de la luna me servía para distinguir sus asustados rostros, entonces, tiré el tanque de gasolina que se encontraba en una de las tiendas alrededor de ellos, entré, y solte un fósforo, iluminando toda la estancia después me posicione detrás de la mujer y arranqué su cabeza, deleitándome con su sangre frente a todos los espectadores, que ya no podían correr

-Pues ya se tardo-. Solté su cabeza, y consumí vivos a los demás

La Última SalvatoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora