Abstinencia

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Me despertó un ruido tremendo, algo cayendo al suelo o mejor dicho, alguien. Mis ojos hinchados tardaron en abrirse, ni siquiera recuerdo cómo quedé dormido ya que lo único que tengo en mente es el rechazo de Taeyong del día anterior y yo llorando desconsoladamente y ahora me siento ridículo por eso.

En mis cinco sentidos levanté mi cuerpo de la cama con mucho trabajo. 

-Maldita sea, ¡¿qué pasó?!

El coreano yacía en el suelo con varios golpes en el rostro, sus labios partidos, nariz ensangrentada, una ceja rota:

-¡TAEYONG! Tienes una cortada en el abdomen. 

Pareciera hecha por alguna navaja, le quité la playera para revisarle bien la herida, maldije en tailandés, coreano y hasta en inglés, parecía serio y no era opción llevarlo al hospital, solo empeoraría todo. Respiraba a malas penas y temblaba como un cachorro asustado. Esto es terrible de ver, estaba entrando en pánico, ¿a caso este chico, el que amo tanto, moriría ahora entre mis brazos? 

Empezó a articular palabras para nada entendibles, y capté hasta que apuntó en dirección al baño. Todo esto hizo que perdiera la racionalidad y tardé en recordar que había alcohol y vendas. No perdí más el tiempo y fui por ello, tomé una toalla, la más limpia que encontré, la remojé en agua para pasarla delicadamente en el lugar de la puñalada. Se quejaba con cada toque y a mi me dolía casi a un nivel maternal ya no tanto porque fuese la persona por la cuál estaba perdidamente enamorado. 

-Debes estar bien, Tae.

Le susurraba, aunque lo hacía más para darme esperanzas a mí. No tengo ni un tipo de experiencia haciendo esto pero le ponía tanto empeño que pareciera que estaba llevando a cabo una cirugía. Ya estaba sudando cuando al fin logré detener el sangrado y el peor momento fue cuando le apliqué el vendaje empapado de alcohol. Se retorcía incontrolablemente y recibí uno que otro golpe por sus movimientos bruscos, nada que no pudiera soportar. Quedó rendido y aun con el rostro empapado en lágrimas, se durmió.



-Tenías que dejarme morir.

Fue lo primero que dijo al abrir los ojos y una mezcla de emociones invadió todo mi cuerpo, entre enojo, tristeza, impotencia. 

-¿Cómo puedes decir eso?

Tomé todas las fuerzas posibles para no llorar.

-No merezco más vivir.

-Basta, deja de decir esas cosas. No lo soporto.

-Ten, ¿no te das cuenta que estando a mi lado solo vas a parecer?

-¡Claro que sí me doy cuenta! Me he estado drogando sin cesar, la otra vez casi me violas, ya fui al hospital y ayer me rompiste el corazón pero sigo aquí. ¿Eso no significa nada?

Taeyong solo hacía expresiones de dolor, no sé bien si por su herida que no parecía mejorar o por las palabras que estaba recibiendo de mi parte, es crudo pero es real, porque al fin y al cabo el amor que le tengo es más adictivo que todo lo que puede existir en el planeta y todo en exceso es dañino. 

Las personas aman el exceso y yo amo a Taeyong.

-Yo decido cuándo irme de aquí, ¿te queda claro?

No recibí respuesta y sin duda eso me dio miedo, su silencio me da pánico. Vamos, di algo, por favor, lo que sea.

Silencio, miedo y dolor: las tres palabras que describen nuestro lazo.

Adicción// NCT~ TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora