Capítulo 2.

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Ya han pasado más de 3 años, me encontraba con mi niño en brazos. Gavin y yo ya formamos una pequeña familia con nuestro hijo Joshk. Ya Alen, tenía 14 años y se estaba generalizando para seguir el camino de su tío. Gavin y yo desde esa aquella noche, nuestra primer noche, estamos juntos, sin poder demostrar nuestra humilde relación ante todos, nosotros igual estábamos felices de ello. He salido sólo 4 veces afuera de esta casa, solo que descubran que no soy uno de los tantos alemanes, me llevarán al fin.

-       ¡ALEN, AYUDA A JOSHK! – Mi pequeño estaba atascado en uno de los cuartos, y Alen acató mi orden.

No he visto a Gavin en 3 días, algo que ya era de preocupación, lo tendría que esperar para que fuera a comprar la comida. Esperando que no fuera yo otra vez a ir a comprar. Esperé aproximadamente 3 horas y no tenía señal de que iba a llegar, Alen y Joshk me replicaban sus ansías de hambre. Me preparé para alistarme, me vestí simple, obviamente no quisiera llamar la atención; al casi salir, le pedí a Alen que cuidará bien de Joshk mientras yo volviera pronto.

Salí y seguía ese hormiguero en mi estomago de los nervios, caminé hasta un pequeño puesto de alimentos y compré todo lo que necesitaba. Algunos me miraban de reojo, pero luego seguían en su asunto, al casi llegar a la casa, un señor me detiene.

-       Hallo, sind Sie Deustch? - En este momento, agradecí mis lecciones de alemán. Me preguntaba si era alemana, y tuve que mentir con gracia.

-       Offensichtlich Mr. – Dije con todo el acento alemán que pude.

-       Könnten Sie ID zeigen? – Me había preguntado mi identificación como alemana, y yo no podría tener uno, notó mis nervios.

-       Sorry, habe ich nicht mitgebracht. – Le notifiqué que no traje mi identificación conmigo, supuestamente.

El hombre me miró por un segundo, y se fue. Ya al fin respirando con normalidad, y mis nervios en calma, me fui en camino a la casa; ya a la cuarta cuadra, un hombre uniformado me tomó fuerte de la muñeca.

-       Sie müssen folgen – Dijo que lo siguiera, yo asustada, asentí.

 

Seguí al “guardia” o uno de los tantos nazis, otra vez sentí esa oleada de nervios. Llegamos a un pequeño edificio, con otros hombres y mujeres uniformados además, armados.

-       Warum habe ich an diesen Ort? – Pregunté de que haría en este lugar.

-       RUHIG SEIN! – Me mandó a silenciar, y empezó a sacar su pistola y colocarla en su mano.

Tragué saliva, y me quede paralizada al ver una sombra, bien conocida. Salió Gavin con su uniforme, increíblemente atractivo pero traté de desviar ese pensamiento; al ver, obtuvo una reacción de asombro pero la tuvo que disimular al ver al nazi que me acompañaba. Le pidió permiso y los dos se dirigieron a un cuarto, obviamente sabía que Gavin me iba a sacar de esta miseria del momento. Después de esperar unos minutos más, salieron ellos juntos con unas sonrisas. Me miró y se acercó a mi oído “Ya nos vamos”, esas simples palabras hicieron que me contagiara de su sonrisa. El nazi me seguía mirando pero no le presté ni la mínima atención.

Salimos de ese lugar, y los dos estábamos en pleno silencio, caminamos hasta que llegamos a la casa.

-       Tía, ¿por qué tardaste tanto? – Dice Alen al verme. Cuando voltea y vea a Gavin, su sonrisa se agradeció.  - ¡TÍO, LLEGASTE!

-       Hola compañero. – Dijo Gavin con simpatía mientras me tomaba de la mano.

-       ¿Dónde está Joshk? – Dije al mirar a todas partes y no localizarlo.

-       Está tomando la siesta, tía. – Me dijo dulce Alen. – Tía, ¿ya vas a preparar algo?

-       Claro.

Dejé las cosas arregladas, vi a mi Joshk dormido en su cama y le di un beso en su mejilla, y deje que siguiera en sus sueños. Fui a la cocina, y preparé uno de los platos favoritos de Gavin. Al estar casi lista la cena, Gavin me tomó por la cintura y me dio varios besos en el cuello. Yo felizmente, le seguí; tuvimos que detenernos a  ver a Joshk acercándose.

-       ¡PAPI! – Dijo abrazando a su padre, y Gavin lo carga con tremenda felicidad.

-       ¡Mi pequeño! – Dijo Gavin.

Todos comieron la cena, charlamos sobre varios temas, y estuvimos hasta casi la media noche compartiendo entre todos. Al acabar, lavé todo y me fui al cuarto, estaba Gavin sin camisa, y su cabello mojado.

-       ¿Por qué no viniste a estos tres días? – Pregunte mientras me sentaba cansada en la cama mientras lo observaba.

-       Me estaban cambiando de campo de exterminación. No fue trabajo fácil – Dijo y a la vez se pasó la mano por su cabello. – Trabaje fortísimo.

-       ¿Cómo están los judíos allá?

-       Ya van más de quinientos mil muertos entre adultos, de ancianos y niños como setecientos mil. – Dijo serio y con la mirada perdida.

-       ¿Cómo se atreven a matar a tanta gente inocente? – Dije con la voz fuerte y un poco alzada. – ¡Ellos no hicieron nada!

-       Ava, nosotros tenemos nuestras razones, son… inútiles, imbéciles, y traen a Alemania gran… - Se calló por un momento, y me miro mi cara de enfado. – Disculpa, Ava.

-       ¡ENTONCES SOY IMBÉCIL! – Dije parándome ya preparada para salirme de ese dormitorio.

-       Ava, por favor. No discutamos. – Trató de detenerme.

-       Dime Gavin, ¿a cuántos has matado? – Miré alterada. - ¡¿Estoy con un asesino?!

-       He matado, no me sé el número exacto, pero no me arrepiento. – Quedé perpleja a su comentario. – Es una promesa.

-       ¡¿NO TE ARREPIENTES SER UN ASESINO DE VIDAS INOCENTES?!

-       Inocentes no son – Dijo serio

-       Niños han sido matados, son el puro de la inocencia, e igual no te arrepientes de ello… - Ya estaba en el marco de la puerta, ya lista para irme. – Animal.

Al decirle, me fui de su cuarto, me trasladé al mío. Ahora ya comprendía, su “´promesa”  era matar a los judíos. Me sorprende que no me haya matado desde el principio. Enfadada, decepcionada y rellena de un mar de sentimientos negativos, no quería verle la cara, no era capaz de hacerlo. Cerré mi puerta con llave, y me fui a dormir; uno que otros golpes desde la puerta junto con la voz de Gavin, pero no, no podría abrirle como si nada hubiese pasado.

Historia de una judía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora