Día 16.

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El sonido del celular vibrando me despertó, miré la hora y faltaba exactamente un minuto para que sonara la alarma para levantarme, bufé y abrí el mensaje que me había despertado

T: Hyung, tengo que hablar con usted, ¿puedo verlo a final de clases?

Y: Esta bien

T: ¡Genial! lo veo entonces

Suspiré fuertemente "¿Qué se traerá ahora este chico entre manos?", pensé mientras me rascaba los ojos, bostecé y me entre a bañar y me cambie como todos los días para ir a la escuela. Bajé y mi mamá estaba esperándome con el desayuno como siempre, le sonreí y comimos juntos

-Te ves algo ojeroso ¿estás bien? – me preguntó

-Sí, todo bien – le dije con una sonrisa exagerada arrugando la nariz

-Mira, te hice sándwiches para que compartas con JiMin – me dijo entregándome una bolsa de papel y despelucándome el cabello, sonreí está vez sinceramente

-Gracias, espero tengas bonito día- le dije despidiéndome con la palma abierta.

Salí de casa y allí estaba el niño más guapo del colegio esperándome de nuevo con su bella sonrisa, sonreí abiertamente

-Mi mamá nos hizo sándwiches -le dije mostrándole la bolsa, el rubio dio salticos de felicidad

-¡Qué bonita!- dijo tomándome de las manos y saltando mientras caminábamos, yo solo negaba con la cabeza sonriendo

-Calma es solo comida – le dije fascinado con su actitud de niño pequeño que tanto me gustaba

-No es eso, ella pensó en mi – dijo con aquella sonrisa donde desaparecían sus ojos, yo solo lo seguía con la mirada y sonreía con él, era cierto mi mamá no era una persona de acordarse de mis amigos, pero con JiMin era especial.

Llegamos a la escuela tomados de la mano y podía notar como los chismes aumentaban, cosa que me valía lo mas mínimo, ya que los chismes siempre van y vienen. JiMin se despidió con un tierno beso en mi mejilla y nos dirigimos a nuestros respectivos salones de clase, al llegar vi sin querer como Jin se despedida de NamJoon con un beso rápido en los labios, me acerqué y tosí fuertemente para que notaran que los había visto, me reí, le di un codazo al costado a mi mejor amigo y entre rápidamente a sentarme cuando sonó el timbre. Las clases pasaron muy rápido, no podía dejar de pensar en lo bello que era JiMin, en lo mucho que extrañaría tomarle de la mano, rodear sus pequeñas y regordetas manos con las mías, rozar su tersa piel, escuchar su voz tan única y lo agudo que podía llegar a escucharse cuando estaba feliz, como iba a extrañar el solo hecho de poder compartir tiempo con él, con sus gustos infantiles y su delicada manera de preocuparse por mí y hacer lo posible para que yo estuviera bien, ahora solo pensaba lo mucho que lo iba a extrañar cuando escapara de mi vida, el sonido del timbre interrumpió mis pensamientos, salí del salón y allí estaba el rubio esperándome, me abrazó y luego fuimos al jardín donde nos conocimos a pasar el receso allí.

-Este lugar no ha cambiado para nada- dijo el menor luego de comer y recostarse en el prado mirando al cielo

-Claro que si – le dije mirándole con ternura – ahora es un lugar increíblemente bello y especial para mí – le dije recostándome a su lado de un costado acariciándole el cabello

-¿Por qué? – me dijo curioso con rubor en sus mejillas

-Porque aquí conocí a la persona más increíble del mundo, aunque al inicio parecía un poco engreído – me reí un poco- luego de conocerlo me di cuenta de lo dulce y tierno que podía ser – le dije y el chico solo mantenía aquella sonrisa y sus mejillas completamente ruborizadas, me acerque a su oído y le susurré – además de lo sensual y atrevido que podía ser- al mencionar aquello se cubrió el rostro con las manos

21 DaysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora