- Hazlo.
- ¡No!
- Vamos Char, sólo hazlo. ¡Lo hacemos cada año!
Miré a mi mejor amiga con mi habitual incertidumbre. Llevaba una expectante mirada en su rostro, su rubio y rizado cabello levantado en un moño, sus grises ojos con una pisca de irritación.
Suspiré.
- ¿Por qué tiene que ser con mi móvil otra vez? -Dije, bloqueando la respuesta pero preguntando de todos modos para alargar este momento lo máximo que me fuese posible.
- Porque si llegara a ser un chico, lo querrías para tener tu número, no el mío. -Dejé caer mis hombros, arrojando por la ventana todo ese "entrenamiento de señorita" que había recogido.- Vamos, Char. Es sólo una llamada. -Animó nuevamente.
- A un extraño. -Le lancé una mirada exasperante. Ella rodó los ojos.
- Mira, -Dijo, sus grises ojos buscando los míos. -No conoces a quien responderá y de igual forma él o ella tampoco te conoce. No será la gran cosa.
Todo comenzó durante la primaria.
Un día de verano del sexto grado, durante una de nuestras pijamadas, Stella salió con la fabulosa idea de llamar a un número al azar: el cual estuviera en nuestra área local. Finalizamos llamando a un viudo abuelito y tuvimos una buena/divertida conversación con él. Desde entonces, escogemos un día del verano para hacerlo, únicamente para nuestro entretenimiento.
El 26 de junio de nuestro octavo grado, resultó algo más; algo aparte de entretenimiento. ¿Qué? Te Preguntarás. Bueno, Stella consiguió un novio.
Era caliente. Un jugador de segunda (uno de esos jugadores que van a la escuela primaria). El reconocido Chad Parker de nuestro tiempo escolar.
Pero con el verano cambió, como dicen, al final de eso y el comienzo de la secundaria, el infame Chad Parker fue tomado y reformado. Por si te lo estás preguntando, siguen juntos hasta el día de hoy, desde ese veraniego día de undécimo grado, más enamorados el uno del otro que desde que empezaron a salir.
Todo por esa dichosa llamada.
Stella, es el tipo de persona difícil de persuadir (algo con lo que Chad debe vivir constantemente), marcó ese día con una razón distinta a la llamada de un numero al azar, cada año, el 26 de junio.
¿Qué fue?
Conseguir un novio para MÍ.
Inmediatamente rechacé la idea. ¿Estaba realmente así de desesperada para llamar a algún extraño al azar con la esperanza de que se convirtiera en mi novio? Puedo responder eso con un definitivo NO.
Pero Stella es Stella, tirando otras cartas para incluirme dentro.
- Es por una buena razón. -Dijo con sus suplicantes ojos grises. - Además es único y divertido. Todos saben que lo hacemos cada año, Char. No puedes sólo detenerlo ahora. -Sus ojos tenían un destello de algo más, algo que ahora no puedo describir. Pero sé que tenía distintos motivos.
Ella quiere que tenga lo que ella tiene; amor. Esas cuatro letras. De las que Chad y ella son la personificación misma. Así que, siendo la persona amorosa que ella es, quería emparejarme con alguien; sin importar si no sabe quien es esa persona o como luce.
- De esta manera. -Dijo, cuando habías tenido este argumento por dos años. -Sí consigues un novio fuera de esto, podemos celebrarlo juntos en la misma cita. ¿Qué tan maravilloso puede ser?. - ¿Pero a través de una llamada telefónica? Eso es un poco extremo.
Stella se desmostró cruel, emparejándome a diestra y siniestra con chicos durante los pasados tres años de secundaria, confió plenamente en el 26 de junio, el día en que ella y Chad tuvieron su primera conversación por teléfono, sin embargo buscando emparejarme con un completo extraño.
- ¿Qué pasa sí es un idiota? ¿O viejo? ¿O demasiado joven? ¿O., -Levantó una mano, indicando que detuviera esa bola de preguntas del verano del noveno grado. Entonces me lanzó una mirada llena de seguridad.
- Si eso pasa, estate contenta, como la persona extrovertida que eres y ten una buena conversación. Es simple, Char. Sólo una llamada. Dirigida, a un completo extraño ¿Qué hay de malo?. -Me quedé allí, mi boca transformada en una delgada línea. Entonces solté un largo respiro.
- Además, -Dijo, mirándome con una sonrisa satisfecha. - Tengo la sensación de que el destino no dejara que eso suceda.
Por suerte, el destino ha estado de mi lado los pasados dos años que ella ha tratado de conseguirme un novio, quienes han contestando han sido mujeres, para mi felicidad y para la desgracia de Stella.
Así que aquí estamos hoy, en la enorme habitación de Stella O'Bryan, teniendo nuestra pijamada, con mi teléfono entre mis manos, el número ya marcado, sólo esperando para presionar el ícono verde en la pantalla.
De repente, una explosión de adrenalina viajó por mi cuerpo, haciéndome sentir algo parecido al vértigo; un presetimiento de que algo bueno estaba a punto de suceder.
Mirando a Stella una última vez, quien me dio un asentimiento, pensé para mi misma, mantente lista/o para conocer a Charlotte Everley y Stella O'Bryan, mientras pulsaba el ícono verde, colocando el móvil en altavoz.
El silencio llenó la habitación y la anticipación creció mientras la llamada inició.
Un tono... Dos tonos... Tre-.
Entonces una inconfundible voz masculina, respondió.
- ¿Hola?
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HISTORIA TRADUCIDA. NO ES MÍA.
TODOS LOS CRÉDITOS Y DERECHOS A SU ÚNICA Y REAL ESCRITORA: ForeverYoung411
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His Number /En pausa/
Teen FictionCharlotte Everley y su mejor amiga tenían una tradición. Cada verano, el 26 de junio, llaman a un número telefónico, un numero al azar con el mismo código del área local, únicamente por entretenimiento. Cuando la mejor amiga de Charlotte, Stella enc...