Ryder POV:
- Vamos amigo, tienes que sacarme de aquí.
- Claro porque pondré mi vida en peligro pasando a los guardias de seguridad para que así puedas escabullirte. –Rió. Corrí una de mis manos a través de mi cabello, frustrado. Caminando alrededor de la habitación, tratando de encontrar otra forma de escape.
- Además, sabes que es tu culpa estar castigado. –Salté a detenerlo.
- No. No uses esa palabra. –Gruñí. Él rió otra vez. Y por supuesto, no me escuchó.
- El pequeño Ryder de dieciocho años está castigado. –Canturreó. Rodé mis ojos mientras me dejaba caer en una silla.
¿Por qué era amigo de este bueno para nada?
Sabes el por qué, dijo una voz en mi cabeza. Sacudí mi cabeza, sacando esos enfurecidos pensamientos que estaban por venir. Entonces dejé escapar un áspero respiro.
- Bien, si no ayudarás, me las arreglaré yo sólo. –Finalicé la llamada, rápidamente y lancé mi móvil en mi bolsillo. Entonces miré alrededor.
Caminando hacia la ventana, removí las cortinas y miré alrededor.
- Veamos. –Miré fijamente las afueras; tan cerca y tan lejos a la vez. –Un portón, árboles... –Moví la mirada cuando vi a uno de nuestros chefs, Mason, botando la basura de la izquierda. –Sí él trabaja en el primer piso y yo estoy en el tercero... significa que tengo que bajar dos partes de escaleras.
Pensé por un momento. –Demonios, ¿cuántos guardias hay ahí?
Entonces volví mi mirada a Mason, quien estaba volviendo de tirar la basura.
¿Cómo conseguiría salir? Pensé para mí mismo mientras él desaparecía de mi campo visual.
Un toqué en la puerta hizo disipar mis pensamientos.
- Sr. Johnson.
Podía sentir la irritación bajo mi respiración pero de igual forma respondí. – ¿Si?
La puerta se abrió mientras me alejaba de la ventana, pasando una mano por mi cabello. Maxwell entró, usando su habitual uniforme y su encorvada postura.
Estando con mi familia desde que era pequeño, Maxwell es parte de ella. Uno de los buenos amigos de mi padre, encabeza la seguridad y es, prácticamente, mi segundo padre.
Pero entonces, cambié y me llama "Sr. Johnson" desde entonces. Pero, esa es una historia para otro momento.
- Max... –Dije, secamente. Su cara permaneció con esa expresión impasible.
- Maxwell. –Me corrigió. Apreté la mandíbula.
- ¿Qué es lo que quiere? –Chasqueé. Mi paciencia se había esfumado. Observé como apretujaba su mandíbula.
- Sus padres quieren hablar con usted. –Dijo. Abrí mi boca para decirle que no había manera alguna de que fuera, puesto que digo y cito "me castigaron" y han de añadir que "no puedo dejar esta habitación". Pero antes que pudiera decir palabra alguna, dijo algo en su intercomunicador, haciendo que un grupo de guardias entraran a la habitación sin haber pasado al menos tres segundos. Las protestas se quedaron muertas en mi boca.
- Ellos te acompañarán hasta allá. Solo para que así no se te ocurra ninguna idea. –Observé a los seis guardias alrededor, ahora a mí alrededor.
- Ustedes piensan en todo, ¿no? –Dije, sarcásticamente. Frunció sus labios e ignoraron mi comentario.
Salimos de mi habitación y miré la parte trasera de de la cabeza de Maxwell mientras caminaba delante de mí.
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His Number /En pausa/
Ficção AdolescenteCharlotte Everley y su mejor amiga tenían una tradición. Cada verano, el 26 de junio, llaman a un número telefónico, un numero al azar con el mismo código del área local, únicamente por entretenimiento. Cuando la mejor amiga de Charlotte, Stella enc...