Capítulo 4 - Justo como ella

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Charlotte POV:

Contemplé la casa que se cernía frente a mí.

Era majestuosa. Se trataba de un clásico, de un pálido color blanco y bastante amplia, dos puertas entrantes, cuatro grandes pilares con forma de arbustos a la izquierda para el toque prestigioso.

O en mis propias palabras, de millonarios.

- Ya sabes –Stella dijo, sacándome de mi trance. –Estoy empezando a pensar que me amas demasiado para dejarme. –Volteándome hacia ella, observé un sonrisa perezosa en su cara. Reí y me disculpe.

- No sé porqué. –Dijo con una mirada pensativa en su cara. –Pero siempre parece que eso es lo que haces. –Una nostálgica expresión  cruzó mi rostro, luego que dijo esas palabras.

- ¿Hacer qué?

- Sentarte ahí y sólo… quedarte en casa.

Encogiéndome de hombros, salí y saqué las cosas que había llevado para la pijamada que estaban en la parte trasera del convertible de Stella. Me siguió. Me estiré para alcanzar mi almohada pero ella la alcanzó primero, forzándome a hacer contacto visual con ella.

- ¿Qué? –Pregunté. Entonces traté de tomar mi almohada de entre sus manos y lo logré.

Pero ella sólo se quedó ahí, inmóvil y fuera de toda curiosidad. Moví mis ojos para ver sus expresiones faciales. Estaba pensativa como si estuviese tratando de indagar algo.

Ignorando todo eso, le lancé una de mis energéticas sonrisas. Ella parpadeó.

-¿Te veo mañana? –Sonrió pero era desconcertante. Entonces asintió.

- Como siempre.

Y entonces me volteé.

Tomando un profundo respiro, comienzo a caminar, sosteniendo la correa de mi bolso con una de mis manos, enfrentando la oscura casa. 

Con la esperanza de que mi padre aun no esté en casa.

- Si. –Digo mientras miro alrededor. Las luces de su estudio no están encendidas. Lo que sólo podía significar una cosa: No estaba en casa. Raramente lo está; para el beneficio de ambos, tanto el suyo y como el mío.

- Hola, señorita Everley. –Jared, nuestro mayordomo, saludó. Un hombre de edad media con un aparente calvicie; sus cabellos bien acomodados con algo de gel a la perfección. - ¿Cómo estuvo su noche en la casa de la señorita O'Bryan? -Preguntó buscando conversación. Le dediqué una pequeña sonrisa.

- Estuvo bien. -Me devolvió la sonrisa, sus ojos con unas algunas pequeñas arrugas en las esquinas.

- Creo que Mary está esperándola en la cocina, señorita. -Mi estado de ánimo automáticamente cambió con la mención de nuestra cálida, chef . Dejando mis cosas a un lado de las escaleras, me escurrí entre la cocina. Llegando a la puerta de la cocina, me detuve.

- Oh, y Jared, -Movió su cabeza para observarme, un poco confundido. -Recuerda, llámame Charlotte. -Entonces asintió y rió, haciendóme sonreír.

Caminando dentro de la cocina, soy instantáneamente consciente del olor de las galletas. Y no unas galletas cualquieras, las famosas galletas de chipas de chocolate de Mary, galletas que son hasta famosas para nuestro actual presidente, el presidente Johnson, de alguna manera.

- ¿Mary? -Llamé, moviendo mi cabeza de izquierda a derecha, mirando alrededor de la gran cocina. Mis ojos se detuvieron en lo que parecía ser un recién horneado, banquete de galletas. Con una largo suspiro, me lanzo sobre ellas. El aroma viaja a través de mi nariz, haciendóme agua la boca, inmediatamente.

His Number /En pausa/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora