en el toca disco

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Eran las 6:40 de la noche cuando terminaba de mudarme a mi primer departamento, por fin tendría la privacidad y libertad que siempre he querido, terminaba de desempacar y quedaba solo una caja donde se encontraba el viejo tocadiscos de mi fallecida abuela, nadie supo que la llevo a su suicidio, simplemente cundo desapareció uno de sus hijos (mi tío Federico que era el más cercano a ella), después de años he incluso creo décadas decidió dar fin, bueno, mi madre decía que ella tenia unos ataques de ira, depresión y esquizofrenia, no era mentalmente estable, pero era una gran pintora, poeta, compositora musical y sobretodo una muy buena abuela, que todas las tardes encendía su tocadiscos y ponía la misma canción titulada "el llanto de la inocencia" y fumaba sobre su mecedora.
Acababa de darme una ducha para comenzar a preparar mi cena, y decidí utilizar el tocadiscos poniendo el disco de la canción favorita de la abuela Maria, todo iba bien, era musica de orquesta y coral, hasta que comenzó la dichosa canción de "el llanto de la inocencia", la canción empezaba con un violín con una tonada que reflejaba miedo y depresión, cuando empieza el piano dándole un tono aún mas macabro, y cuando por fin el resto de cuarteto de cuerdas empieza y junto con ellos el coro, las voces 4 eran de niños, pero el canto era lo peor y no porque estuvieran desafinados o lo hicieran mal, las voces de estos se oía quebrada como si evitaran llorar, habia un fragmento que decía "mamá perdonenos por ser fruto del pecado, mamá perdonanos por ser fruto del pecado, pero arrepentida mas debes tú estar, por a la lujuria a verte entregado sin pensar, llora la sangre que quieras, o desquitate con nuestros cuerpos rasguñandonos con tijeras en la primavera, pero eso no repara nuestro pacto con el pecado", al escuchar tal cosa lo quite y decidí mejor ver una película o algo que apartara mi mente de lo escuchado. Terminaba de cenar y de ver la película, me dirigí a mi cama y dormí tranquilo sabiendo que mañana seria sábado y que no tendría que trabajar, en mi sueños me encontraba en un lugar oscuro, con solo un camino blanco opaco, y retirado de mi alcanzaba a ver a un niño como de la edad de unos 8 años con una camisa polo blanca, un suéter rojo y pantalón de mezclilla azul, este estaba de espaldas, su pelo se veía alborotado y sucio como si de algo hubiese escapado, camine hacia el, y al llegar lo tome del hombro y le pregunte por el, cuando volteo me horrorizó el ver que su cara estaba desfigurada de una forma indescriptible, a este apenas pudo pronunciar con su boca sin forma "arrepiente fruto del fuego, pues ella te dejo su bendición, arrepiente nieto de la locura, carne de la carne manchada por las lagrimas de Inocencia" al oír eso desperté gritando, estaba paralizado por el horror, con la mirada fija a los pies de mi cama tratando de olvidar lo sucedido, y cuando me descongele vi al reloj para percatarme que ya eran 11:28 de la mañana.

Me ponía a limpiar el departamento por el desorden de la mudanza, al cabo que mis cosas ya estaban en su lugar, sólo tenia que hacerme cargo de basura cómo cajas, periódico, etc, de paso lavaría ropa y esas cosas, decidí esta vez poner musica de mi celular, ya que no superaba lo de la noche anterior. Eran las 2:50 de la tarde y decidí entrar a la ducha, para ello puse a Nancy Sinatra, y mientras tallaba mi cuerpo con el estropajo descubría rasguños en diferentes partes de mi cuerpo, estando concentrado en eso escuche como la música de mi celular se callaba acompañado de la puerta abriéndose de golpe, cerré rápido la llave de agua, y salí rápido, lo que daba más miedo era de que no había nadie, me hubiera gustado que hubiese sido un ladrón o en el mejor de los casos un primo o amigo jugandome una broma, pero no, era el único en la casa, seguía en toalla en la sala buscando con la mirada a alguien, con la esperanza de que hubiera alguien más que yo, pero mis esperanzas volvían a morir cuando de repente salte del susto cuando el tocadiscos sonó, la misma canción pero esta vez desde el sólo que tenia la canción "el llanto de la inocencia" la letra era aún más horrible que antes "perdonanos madre, perdonanos dios, nuestro cuerpo hemos manchado con el pecado en siluetas de manos, el perdón no bastara para quitar nuestro rostro de vergüenza, nuestro rostro desfigurado, perdonanos madre, por ser el fruto del fuego y pecado, nuestra voz no es más que el molesto grito de un impuro, nuestro llanto y alarido no son mas que oraciones al fuego del infierno", al acabar el sólo todo estuvo completamente silencioso, no se oía ni aves ni autos, ni respiración o paso alguno, el disco seguía girando, cuando comenzó a escucharse a los niños del disco gritar desde el volumen mas bajo hasta hacerlo con todo el aire de sus pulmones con solo una respiración, lo diferente en ellos es que ahora eran 5 voces gritando, estas dejaron de ser un solo grito de dolor para convertirse en miles de gritos y suplicas, rogando a que se les deje de torturar, el tiempo era lento y el ruido del disco era lo único que se escucha, se podía escuchar de fondo risas, múltiples, muchas, eran humanas y otras dudaba de que fueran, cuando sólo una voz longeva comenzó a cantar con gritos, llanto y risas de fondo "el humano nunca dejara de ser pecador, siempre miraremos con pecado a otros, siempre tendremos sembrado el mal en nosotros, el humano nunca dejara de ser un asesino o violador", esta al acabar hizo que todo se callara, cuando me di cuenta yo estaba acostado en el suelo con los oídos tapados con las manos y con los ojos cerrados, eran las 6:31 de la noche, me quede asustado, no dejaba de mirar el tocadiscos, quería deshacerme de el pero tenia miedo de que volviera a mi o que si era destruido algo seria liberado, como en las películas, simplemente decidí hacer un cliché de cine que es lo que vi más seguro, encerrarlo en un cuarto con cosas religiosas, solo contaba con un crucifijo y un rosario, y no, no creo en un Dios, pero no le puedo negar nada a mamá, y en este momento ya no sé si hacerlo o no

- Que bueno que accedí a llevarlos. Pense. agarre el tocadiscos y sus vinilos y los puse en un mini cuarto de sobra, donde colgaría la cruz y el rosario lo pondría sobre el disco, decidí cambiarme, lavarme la cara y tratar de dormir, no tenia apetito, no después de escuchar tal aberración, pero no, no podía dormir, en mi mente no podía quitar una sola pregunta que era ¿quien podría hacer tal atrocidad?, no pude evitarlo más y me puse a buscar entre los discos y sus paquetes un patrón, una pista, algo que me diera por donde comenzar, hasta que lo encontré, cada canción con titulo extravagante tenia una lágrima azul cielo en el disco, comenzaba a buscar mas indicios, pero no salía más, hasta que me percate que todos ellos estaban firmados por un tal "Anillos de Saturno", al saber eso no dude en buscarlo en Google, no aparecía ni una foto de quien pudiera ser, me comenzaba a frustrar hasta que después de 15 minutos encontré lo que parecía ser mi respuesta "Anillos de Saturno", compositora de musica coral como lágrimas de bebé, la incógnita, etc, su nombre real es Maria Saucedo, al leer lo último no podía creerlo, era mi abuela, no podía quedarme congelado, busque algo relacionado a "El llanto de la inocencia", no había nada, como si ese disco nunca lo hubiese echo público, pero logre encontrar una foto antes de la grabación de esa pieza, eran efectivamente niños y entre ellos estaba mi tío Federico uniformados como en mi sueño, supe que era el por una foto del álbum familiar y era una foto que mi abuela tenia en un marco, no podía creer lo que estaba pensando, mi abuela, ¿una asesina?, ¿una sadista?, no, no puede ser, pero... ¿Y si si fue ella?, bueno supongo que era la única en el estudio, mamá me contaba que ella producía todo, ¿pero cómo oculto su culpa de la policía?, ¿cómo logro tal crimen perfecto?, ¿me hubiese echo lo mismo?, ¿habra sido obligada a cometer tal cosa?.

cuentos de un niño con insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora