el amor es una comedia muda

24 0 0
                                    

Era 12 de febrero en 1920 a las 10 pm en New Yorke, salía del trabajo cómo payaso de circo, esa noche hacia mucho frío y no tenía nada que hacer así que fui a un bar, sinceramente odio a todos en el circo, en especial al "hombre mas fuerte", se siente tan perfecto sólo por su físico bien formado, ser alto, de ojos verdes y de un bigote y barba perfecto, mientras yo alto, delgado, parezco un "drogadicto", lampiño, usando maquillaje para ocultar mi rostro y solo ser el miserable payaso del que todos se ríen y odian, salí del bar a las 12 am, más tarde tengo que trabajar. Al llegar a mi tienda de acampar note que sobre mi colchón había un tipo que nunca había visto por aquí, era de tes caucásica, no tan alto y flaco - es lindo, supongo, no importa, lo despertare. Pensé. Decidí despertarle y preguntarle quien es.

- Ey, imbécil, despierta, la hora del sueño acabó. Dije mientras lo picaba con un bate de béisbol. No dijo nada, solo ponía gestos de susto, supongo que era por el bate.

- ¿Qué te pasa inútil? ¿acaso eres mimo?. Dije enojado, el comenzó asentar con la cabeza, afirmando a mi pregunta.

¿Entonces eres mimo?. Afirmo agitando la cabeza de nuevo.

- Okey, pero eso no quita el echo de que no me puedas responder, no estas en un show, puedes hablar. El mimo saco una libreta y un lápiz de su bolsillo y escribió "soy mudo", al leer eso no supe si creer o no.

- Bueno, mudo o no largo de mi cama. Dije con enfado, entonces el mimo comenzó a escribir de nuevo "por favor no me saques, dame hasta mañana y juro que te pagaré". En mi mente por un lado decía "sácalo, no es nuestra culpa su problema", pero por el otro lado decía lo contrario, al final lo deje quedarse, no sé si fue por lástima o por el echo de que sería gracioso he irónico el echo de que un payaso y un mimo estén en la misma habitación. Al día siguiente al despertar lo primero que ví fue al joven mimo cambiarse, no podía creer lo bello que es, su cuerpo marcado por lo delgado que era, con una que otra marca de herida, y un bulto en su ropa interior que era difícil evitar de ver, y cuando por fin pude desconectar mi mente de el pude oír el cómo todos se preparaban para la tarde, revise el reloj de bolsillo y note que eran las 11:25 am, así que me arregle rápido, jale al dichoso mimo del brazo y me dirijí con el con Salomón el dueño y presentador del circo, un hombre de Texas de mediana estatura (1.77), un tanto gordo, de barba completa y de cejas  un tanto poblados, de unos 56 años, que vestía un traje de gala verde oscuro con negro.

- ¿Dime qué hacía el en mi colchón anoche?. Dije con enojado.

- tranquilo Pink...

- Te he dicho miles de veces que si no estoy haciendo de payaso no me llames por ese nombre, mi nombre es Jimmy.

- Cómo sea, la cosa es que el pequeño Gary llegó anoche una hora después que te fuiste nos enseñó lo que hace y le di lugar, y decidí darte un compañero, ya sabes, para que tengas con alguien con quien hablar y estar menos sólo.

- En primera no necesito un compañero, estoy bien sólo, y en segunda ¿cómo pudo decirte su nombre?, Es mudo.

- no me lo dijo, lo escribió, a parte, no hay más habitaciones y decidí dártelo a ti, y ya que estás disfrazado y arreglado, práctica tú acto, ayer estuvo horrible. Dijo mientras se retiraba.

Tomé aire y trate de calmarme, y busque un lugar tranquilo para practicar, lo que me traía enfadado es que Gary me seguía.

- Okey idiota es mejor que dejes de seguirme, ya que comienzas a parecerme molesto. Dije enojado mientras el comenzaba a escribir "perdón si soy molesto pero eres al único que conozco, soy nuevo en América, y quería saber si podrías ayudarme, prometo pagarte todo". En parte no quería pero ocupaba ese dinero, y no sé, algo en su mirada me hizo ceder, así que acepte ayudarle, practicamos nuestros actos y a la vez le platicaba por quienes se conformaba el circo, los hermanos Barrow el mayor de 25 años Vender Barrow un hombre caucásico que canta y toca la trompeta junto a su hermano menor de 23 años Ronnie Barrow que toca el piano y también canta, los llamaban los tenores Barrow, luego estaba Susie Fernández, o conocida cómo la serpiente mexicana, apodada así por su nacionalidad y por su flexibilidad que pareciera de serpiente, muy amada por muchos hombres, envidiada por mujeres por ser la "mujer más bella", de una estatura de 1.67, pelo que llegaba hasta su trasero, una piel morena, con unos labios perfectos y una figura que según muchos, tentaban inclusive a dios, luego estaban los siameses arqueros, pálidos, de ojos pequeños, uno de pelo corto y otro de pelo largo y de una estatura de 1.70, unidos del hombro dejándole con un segundo brazo derecho funcional, uno le daba coordenadas y el otro apuntaba y disparaba a siegas, nunca han dicho su nombre son presentado cómo 6 y 9, luego teníamos a Chester el hombre mas fuerte del mundo, un hombre de 39 años, con una altura de 2.10, una barba perfecta, un cuerpo perfectamente marcado, caucásico y con un enorme ego, luego estaba el hombre zombie o Frederic, un hombre de 18, estatura de 1.89, pálido, parecía desnutrido, ojos claros, y pelo negro y largo, apodado así ya que podía encajarse navajas en lugares de su cuerpo sin recibir daño o dolor interno alguno, su mejor acto una flecha al estómago, claro que después de su acto cosía y cuidaba las heridas, y por último a los cadabra que eran Ashley Queen y Fred Queen, una chica de 1.68, con 21 años, con el ojo derecho claro pero el izquierdo oscuro, pelo negro y atractiva, su hermano menor de 19 años con los mismos detalles pero con ojos oscuro en la derecho, con piel clara pero con pecas, entre ellas habían 3 que formaban un triángulo en su mejilla derecha, dos par de magos.

Llegaban las 6 de la noche y todos nos preparábamos para comenzar, al parecer esta vez hoy tendría una participación con Gary, empezaba el tercer acto abriendo con elefante montados sobre pelotas de circo, pasándose de acto en acto, hasta llegar el de Gary y el mio, cómo no habíamos ensayado esto improvisamos, yo me hacia el gracioso con chistes y bromas, mientras el contestaba con trucos de mímica, cuando se me ocurrió la idea de actuar algo con el con la intención de usar su mímica.

Terminaba el espectáculo a las 10 y decidí irme a beber, Gary me seguía con su cuaderno en mano, mientras yo lo ignoraba encendiendo un cigarrillo, cuando me puso una nota en frente que decía "gracias por tú ayuda, te invito a beber o comer algo", a lo que respondí.

- no gracias, estoy bien sólo. Seguía caminando concentrado en mi cigarro, cuándo me enseñó otra nota insistiendo.

- agradezco el gesto, pero no gracias, estoy bien así, pienso ir por unos tragos, dudo que te guste el alcohol. El escribió "no bebo mucho, pero me gustaría acompañarte por un trago", suspire y dije.

- Entiéndelo, no quiero ser acompañado, ahora lárgate con los demás o no tendrás donde dormir hoy, aparte, ¿Por qué es tanta tú insistencia?. El escribió " no lo sé, me agradas, no eres cómo los demás allá, tú pareces no ser una mala persona". Al verlo a Gary él estaba un poco sonrojado y nervioso, solté aire y dije.

- Okey, acompáñame, a veces me pareces fastidioso. Llegamos al bar y no pasó mucho bebimos, disfrutamos la música de Louis Armstrong, y nos devolvimos a descansar casi a las 11 pm. En el camino, me mostraba chistes apuntados en una libreta aparte que llevaba en su gabardina, y al pasar por un parque cerca del circo vio en el borde que dividía el parque de la banqueta un montón de margaritas, el se acercó por ellas, tomó las flores y me las dio.

- ¿Es chiste verdad?, ¿Y esto por qué?. Dije de forma sería, a lo que escribió nervioso "no lo sé, las vi, y sentí el deseo de dartelas".

- ¿Okey?, creo que esto debemos   hablarlo cuando estemos en un lugar que no sea tan público. El no escribió nada, solo agachó la cabeza. Al llegar a casa lo senté en una silla frente a la cama donde yo me sentaría.

Okey, Gary, supongo que por lo visto en estos dos días que nos hemos "conocido", no lo hemos echo lo suficiente, hay algo que me quieras escrib.... Se abalanzó sobre mi mirándome fijamente, le brillaban los ojos, y sentía cómo me sonrojaba, el acercó su rostro al mío hasta darme un beso, cuando acabó mi respiración se aceleraba, sentía ganas de más, así que lo besé mientras lo desvestía, creo no dormimos esa noche.

cuentos de un niño con insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora