Right In Front Of You. Snowbarry.

Capítulo 19

Siento no actualizar tan rápido pero tengo -0 imaginación, lo siento.
Además, tengo la sensación de que habéis perdido el interés por la historia 😢.

—¡Bartholomew Henry Allen! -Caitlin se cruza de brazos y entra en la sala, seria.
—¡No me congeles, Cait! ¡Ha sido sin querer! —Barry se tapa la cara con ambas manos y trata de ocultar su sonrisa.
—¿Qué ha pasado? —Cisco se acerca a ellos y se apoya en la mesa central.
—Barry se ha cargado todas mis ventanas. —Su novia se cruza de brazos otra vez y le fulmina con su mirada.

—¡No he medido mi fuerza! —Promete, tratando de no dejar que una risa se escape.
—¡Voy a enseñarte yo a medir tu fuerza! —Sus ojos se vuelven azules y se acerca peligrosamente al ojiverde.
—¿Vas a matarme a besos? —Se burla, sonriendo de lado.
—Si. —La castaña sonríe cínicamente. —Pero helados. —El muchacho cambia de gesto bruscamente y se vuelve serio y temeroso.
—¡CISCO! ¡DILE QUE PARE! —El latino rueda los ojos con una sonrisa y niega.

—Snow, dejale. —Le pide.
—¡Cisco Esteban Ramón, no me digas que hacer! —Vibe abre los ojos con sorpresa y traga saliva.
Barry está a punto de salir corriendo pero antes de hacerlo, estalla en carcajadas.
—¿Esteban? ¿En serio? —Trata de recomponerse pero se dobla sobre sus rodillas.
—Tú callate, Bart Simpson. —El velocista ignora su comentario y sigue riendo con fuerza.

—¿Quieres pelea? —Cisco se acerca a Barry y le obliga a mirarle. Éste trata de permanecer serio pero no lo logra.
—Esto ha sido culpa de Caitlin, ella nos ha provocado a pelear. —Le recuerda y ambos dos la acusan con su mirada.
—Maldita seas, Snow. —La señala su mejor amigo y se cruza de brazos.
—Bien dicho, Cis. Maldita seas, Caitlin... Snow. —Y entonces, las miradas de los chicos vuelven a conectarse. Sonríen.

Caitlin traga saliva al notar lo que ocurre.
—¿Cuál es tu segundo nombre? —Su novio da un paso hacia ella. Las comisuras de sus labios están alzadas y tiene expresión de burla.
Ella retrocede.
—No tengo. —Afirma. Pero él sabe que es mentira.
—¡Mentirosa! —La acusa su mejor amigo y ella le lanza una mirada envenenada.
—Estoy dispuesta a utilizar mis poderes si es necesario. —Amenaza, levantando ambas manos.

La alarma suena y Cisco sale de escena para no interrumpir a sus amigos.
Barry sonríe de lado y antes de que Caitlin pueda reaccionar, corre hacia ella y la toma en brazos.
—¡Allen! —Exclama ella. Podría haberle detenido pero, en el fondo, quería que lo hiciera.
Él sonríe y la besa.
Sus labios son la perfecta combinación, encajan como las piezas de un puzzle infinito.

—Mira. —Susurra el velocista. Y entonces, corre hasta encontrarse en el Río y detenerse.
—¿Cómo lo haces? —Pregunta su novia.
Los dos están parados, suspendidos encima del agua.
—Estás moviéndote conmigo. Nos movemos tan rápido que el resto del mundo se vuelve lento. —Ella mira a su alrededor, fascinada.
Está literalmente caminando sobre el agua.
—Tu velocidad fué hecha para detener el mundo. —Susurra la joven, poniendo sus manos alrededor de Barry.

—No, Cait. Nuestro amor fué hecho para detener el mundo. —Sus labios vuelven a unirse.
Sobre el agua, yendo a la velocidad de la luz y con el atardecer cayendo sobre sus cabezas.
Pero la verdadera magia, está en su amor.
Porque como Barry mismo ha dicho, su amor fué hecho para detener el mundo.

Después del largo día, Caitlin se queda a dormir en el ático de su novio.
—Hay tantas cosas alucinantes que podemos hacer... ¿Crees que alguien se acordará de nosotros cuando hayamos muerto? —El ojiverde sonríe, lento y profundo.
—Las personas a las que hemos salvado, las vidas que hemos cambiado. Siempre nos recordarán, Cait. Siempre. —Ella asiente, convencida de ello y las comisuras de sus labios se alzan.
—Alisson. —Suelta de repente. El silencio se recrea hasta que el chico brinda una sonrisa enorme.

—Caitlin Alisson Snow. —Repite.
—Suena como la princesa de un cuento aburrido. —Bufa. El castaño lanza una carcajada y niega.
—Suena como la poderosa mujer patea-culos de la que me enamoré.
—Sus corazones se sincronizan al mismo tiempo que sus labios.

Los nombres por supuesto son inventados. (Menos el de Barry, claro)