Capítulo especial

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A petición de ZafiroAllenSnow
Normalmente no suelo hacer estas cosas pero... 🙊

5 AÑOS DESPUÉS

—...Y entonces, la heroína Killer Frost llegó con su pasarela de hielo y ¡Boom! Derrotó a la villana de un sólo golpe. ¡Y salvó toda la Ciudad! —El pequeño Matthew sonríe mostrando sus dientes de leche y da varias palmadas.
—¿Y Flash la ayudó, verdad Papá? —Barry asiente mientras alza las comisuras de sus labios.
—Como siempre, cariño. Donde está Frost, está Flash. —El pequeño se mete bajo sus mantas y Barry le deposita un beso en la frente.

Entonces, ambos escuchan un llanto.
—Papi, Nora está llorando. —El velocista se palmea la frente y niega aunque no deja de sonreír.
—Cuando seas mayor, le puedes recordar a tu hermana todas esas noches que no te dejó dormir con su llanto. Te doy permiso. —El pequeño niño rubio suelta una risita.
—Mamá seguro que se enfadará. —Su padre hace una expresión de terror.

—Tienes razón, mejor no. Mamá tiene muy mal carácter cuando se enfada. Se vuelve muy... Fría. —Se ríe sobre su propio chiste interno y el niño le mira sin entender nada.
—Te quiero, Matt. Buenas noches.
—Te quiero, Papá.

Barry camina hasta el salón de su hogar y ve a su esposa con la bebé en brazos.
—Nora cariño, calmate. —Susurra Caitlin. El ojiverde sonríe ante la escena y toma a la niña entre sus brazos.
—Dejame a mi. —Caitlin toma una goma en su muñeca y se hace un moño desprolijo.

Lleva un camisón blanco de seda y su barriga aún está abultada por su reciente embarazado y parto.
Y para Barry, Caitlin todavía es la mujer más hermosa que ha podido conocer en toda su existencia.

La Doctora Snow-Allen se lleva a la niña de apenas tres meses a la cuna y la acomoda ahí. Vuelve al salón con su esposo y le abraza, acomodándose en su pecho por la diferencia de altura.
—¿Estás bien? —Susurra su esposo. Ella asiente.

Barry le aparte un mechón salvaje de su pelo ahora rubio medio y le da un beso en la coronilla.
Ahora el castaño tiene el pelo un poco más largo y un par de arrugas debidas a sus ya más de treinta y cuatro años.
Pero su sonrisa es aún más brillante que nunca. Porque ahora su vida es completa.

Imperfecta a veces, complicada siempre. Pero completa.

Caitlin le mira y el ojiverde puede jurar que sus ojos aún siguen llenos de vida adolescente aunque ella también haya cruzado bastante la línea de los treinta.
Y tal vez sea el amor. Tal vez sea la locura. Pero todavía se enamora de ella cada mañana.
Todavía sueña con ella cada noche.

—Te amo, Barry. Mucho. ¿Lo sabes, verdad? Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Y cuando tenga el pelo completamente gris, quiero verte allí a mi lado. Quiero volverme una viejecita amargado contigo. —Sus corazones de aceleran. Como los de dos chicos de quince años mirándose por primera vez.

—Incluso cuando seas una vieja gruñona y a mi me cueste recordarte, volverás a hacer que me enamore de ti cada día, Caitlin. —Le confiesa. Y sus labios se unen con delicadeza.

Barry la toma entre sus brazos, justo como en los viejos tiempos.
Como cuando apenas eran dos niños de veinte años que acababan de conocerse.

Aunque la edad y sus experiencias de vida ya comiencen a pesarles, aunque el tiempo haya pasado y todo haya cambiado.
Hay algo que nunca cambiará.

Y es que Caitlin Snow, la joven doctora de veintetres años, se enamoró de Barry Allen, el joven CSI de veinticuatro años.
Y la Caitlin Snow de treinta y tres años, sigue enamorada del Barry Allen de treinta y cuatro años.

Porque nunca importa cuanto tiempo pase.

Barry Allen siempre estará enamorado de Caitlin Snow.

Y Caitlin Snow siempre estará enamorada de Barry Allen.

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Right In Front Of You. Snowbarry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora