título 46

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La luz del sol le dio a sus ojos, provocando su despertar, igual a los días anteriores, con su prometido entre sus brazos recostado en su pecho.

Alaude no pudo evitar una tierna sonrisa en su rotor, mientras mira el pacifico rostro de Giotto.

Esos eran los momentos de paz y tranquilidad, una que muy pocos veces obtuvo en su propia época...y de nuevo aquella duda crece ¿Por qué terminaron en esa época? ¿Por qué su hijo y el de Daemon terminaron cuatrocientos años en el futuro?

Los demás ya no piensan en eso, pero el aun quiere entender que sucedió, ero lo hace en secreto para que su pareja no se preocupe, no quiere preocuparlo para nada, menos en su estado.

Besa la frente de su amado, quien simplemente suspira y se acurruca más, la sonrisa que amaneció en sus labios no desaparece y terminar por cerrar de nuevo sus ojos y dormir otro poco.

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El himno del colegio Namimori se escuchaba en aquella habitación, y Hibari tomo su celular para apagar su alarma, después de hacerlo miro hacia abajo donde su castaño dormía, sus padres le habían permitido quedarse ahí.

Tsuna suspiro entre su sueño y después sonrió acurrucándose más contra el cuerpo que estaba s su lado, para Hibari era todo lo que necesitaba, su pareja estaba ya de seis meses a punto de entrar a su séptimo mes. Pronto sus hijos estarían en sus brazos, una sonrisa genuina salía de sus labios, solo su familia la conocería y cuando estén en casa entrenaría a sus hijos a convertirse en grandes carnívoros...

Y aquello le hizo recordar aquella conversación pendiente con su pareja, cada vez que intentaba tocar el tema Tsuna cambiaba el temas rápidamente

--Mmm Kyoya

--Buenos días Tsunayoshi—exclamo Hibari besando al recién despertado

--¿Iras a la escuela hoy?

--Debo mantener el orden de la escuela

--¿No puedes dejarle eso a Kusakabe? Quiero que te quedes conmigo, por favor—dijo con ojos de cachorro abandonado

--Está bien, le mandare un mensaje a Kusakabe para que se haga cargo, ¿quieres hacer algo en especial?

--No se me ocurre nada por el momento—exclamo el castaño

--Bien porque tenemos una plática pendiente.

Tsuna quien había mantenido su sonrisa desde su despertar, la convirtió en una forzada, esa plática no la quería tener, pero sabía que tarde o temprano la tendrían.

Ambos se levantaron y se vistieron para comenzar el día, Hibari sabía que a su castaño aquella conversación le incomodaba, pero debían tenerla, más ahora que faltaban tres meses para la llegada de sus hijos.

Tsuna observo como Hibari sabía de la habitación y el simplemente saco un suspiro de sus labios, había evitado esa conversación.

Era consciente de que debían tenerla, ya que sus planes principales, de irse a vivir a la mansión del bosque desaparecieron, cuando Reborn y sus padres creen que es mejor que esa casa fuera un refugio de máxima seguridad, la casa donde vivía Nana seria de I-pin y Lambo, sus padres iban a querer su espacio con su nuevo hijo y seria incómodo para él y su papa Giotto que Kyoya y su padre Alaude estarían retándose a batalla.

Así que ellos debían tener una casa y la única opción era el departamento de Kyoya, si bien ahí se había entregado y también se habían declarado, pero...no le agradaba la idea de vivir ahí.

Sintió una caricia y alzo la mirada para encontrarse a su prometido, él le sonrió y bajaron a la cocina a desayunar.

Después de preparar un desayuno de frutas y cereal, se sentaron en silencio.

la verdad de tsunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora