10- Llego El periodo

86 6 0
                                    

Las cosas han andado bien, la verdad es que me encanta estar con este hombre y pues siento me estoy enamorando de él, el tiempo de convivencia está por acabar y la verdad es que me siento un poco triste, ahora pasaremos más ocupados puesto que debemos tomar clases y eso, no podremos dedicar tanto tiempo a estar juntos. todo iba perfecto pero saben que, si chicas es lo que piensan, el periodo llego, y si antes era insoportable, ahora soy peor. tenía ya dos meses de retraso, la verdad eso para mí es normal. El punto es que desperté en la bandera de Japón y a Owen también me lo llevé. Estaba enojada pues ustedes chicas saben cómo uno se pone en estos días, lo desperté con gritos, empujones y de todo, el pregunto qué pasaba, lo ignore completamente, pero este chico de veras se comportó demasiado lindo, al punto de que cuando me duche hurgó entre mis cosas y tomó la ropa más ligera y suelta, una de las bragas más encubridoras y una toalla extra larga, cuando salí de bañarme me encontré con mi ropa en la cama y una nota arriba de ella "Se que estás sufriendo linda, ponte esto, imagino que lo que menos quieres es estar apretada, no te preocupes, siempre te ves sexy y olvida tu maquillaje, te ves bella. Sal y tómate el té que deje en la cocina para ti" salí y en efecto había una taza de té en la cocina y bajo de ella otra notita, me pareció algo muy tierno de él "Toma esto princesa, ayudara con tus cólicos, Estas hermosa" sonreí mientras tomaba el té que mi ángel había preparado para mí, cuando sentí unos brazos tomarme por atrás y al instante colocar sus manos en mi vientre, lo acariciaba y me decía cosas lindas al oído, era él, Owen, no reaccione a más que dejar mi té y besarlo, que hombre tan lindo me había encontrado, qué suerte. Pensaba, hace mucho que no pensaba así, además de que su rico olor, el rico sabor de sus besos, y la manera de besarme fundamentaban demasiado bien el hecho de que tuve mucha suerte.
- ¿Porque eres así conmigo? - Dije mirándolo y tomando su cara con mis manos
- Porque me gustas, estas guapa - abrazando mi cintura
- tonto - dije riendo
- ¿Entonces princesa? ¿Debemos jugar o lo dejamos para luego? - dijo mordiéndose el labio
- ¿Jugar a que? - dije sería
- A esto - dijo mientras pego mi cintura a él y me besó - ¿Quieres?
A quién iba a engañar, si quería, de verdad lo quería - vale - dije tratando de sonar desinteresada
- Jugaremos así, el primero que logre morder el labio de su oponente, gana y decide qué hacer todo el día con el perdedor y este será su esclavo
- vale - dije yo ansiosa por empezar
Me acerco otra vez a él, tomando mi cintura y juntándola a su torso, empezó a besarme, sentía como sus dientes querían atrapar mis labios, que recorrían los suyos con velocidad, sentía la forma en que su lengua se movía dentro de mi boca, tratando de despistarme para luego ganarme, pero no lo deje, me quede un momento quieta solo besando su labio inferior y cuando sentí que sus dientes empezaban a apretar un poco, clave mis dientes en su labio y lo hale hacia mí. ¡Le había ganado! Luego de eso seguimos besándonos, era difícil parar la verdad, bastante, cuando por fin nos quedamos sin aire.
- ganaste preciosa, soy tu esclavo - dijo riendo
- si, te gane - dije traviesa - tu primera misión es cargarme y llevarme a la habitación - mirándolo, mientras me mordía el labio, él asintió sin más, me cargo, entro a la habitación, me acostó en la cama y se quedó parado
- listo ama - dijo muy serio
- ahora te ordeno que te acuestes conmigo que me abraces y que estés conmigo así todo el día, se tiró a la cama sin pensarlo tanto, me abrazo, me beso en todas las partes del cuerpo que pudo, tomo mi mano y pasamos todo el día viendo pelis, además de mandarlo a comprar helado, chocolates y golosinas. Debía aprovechar

NARRA OWEN
Debía hacer algo hoy por ella, la entiendo a pesar de que nunca he sangrado por mi genital, la entendía, e imaginaba el dolor que sentía, no me moleste por el hecho de que me había manchado todo el pantalón, pues porque fue algo que ella no controlo al fin y al cabo no era yo quien estaba soportando todo el dolor, así que decidí levantarme y ayudarle a preparar sus cosas, viendo cómo se viste se iba a poner esas cosas ajustadas a pesar de que no iba a estar cómoda. así que decidí buscarlas yo por ella, lo más suelto que encontré me pareció perfecto, la braga más encubridora, y la toalla más larga para que estuviera segura, no encontré los sostenedores así que no puse uno de ellos, empecé a escribir una nota, tome las cobijas manchadas que había cambiado y salí de inmediato a preparar un té, escribir otra nota y luego ir a lavar las cobijas manchadas por mi mujer, cuando iba a la habitación la vi sonriendo leyendo la nota y saboreando el té que con mis propias manos hice, así que decidí correr abrazarla y hacer caricias en su vientre, jugamos e hicimos muchas cosas, la verdad nada me encantaba más que ver a esta mujer feliz, y si yo podía ayudar a reducir un poco su dolor lo iba a hacer a toda costa quería que estuviera tranquila, ya dos meses y no había bajado su menstruación, pensé que me había mentido acerca de que era virgen y estaba embarazada, me preocupe así que llamé y pregunte a mi tía ginecóloga si era normal que una chica tuviera retraso de dos meses, dijo que en algunos casos lo era. Así que decidí creer que era su caso, puesto que hoy amanecí manchado sin duda lo era.

La verdad pasó muy tranquila rara vez se quejó del dolor de su vientre, lo que me hacía sentir cómodo y muy tranquilo, claro estuve pendiente de preparar tés y de mandarla a cambiar su toallita, ella parecía feliz de que la cuidara tanto y yo realmente lo estaba.

Aciertos de Amor : Jugando a enamorarse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora