Parte 20

1.4K 57 9
                                    

Scarlett

Estaba rescostada en el viejo catre boja abajo. Si mis cuentas no fallan, hoy es la boda de Styles con Charlotte.

Te dije que no valía la pena, ningún hombre la vale... susurró la voz en mi cabeza.

Quizás... pero... ¿por qué me siento de esta forma?. Mantenerlo lejos de mi es lo mejor que puedo hacer, él se volio eso que necesitas para poder respirar, ¿por qué duele de esta forma?, ¿como fue que él me afecta tanto?...

Sólo es una fase, él no vale la pena, al final se casará con Charlotte.

Charlotte no lo merece, Styles es demasiado hombre para ella, ni siquiera lograrán llevarse bien... Harry merece algo mejor...

¿Scarlett Ivanove? ¿eso es lo "algo mejor"?.

Dios,  no puedo estar torturandome más. Solté un suspiro lleno de pesadez y un extraño ruido, como si hubiesen contardo la electricidad se escucho y fue entonces que caí en realidad. Todo, estaba en completo silencio, lo cual era extraño ya que siempre se escuchaban murmurós y risas de los asquerosos guardias.

Lentamente me incorporé hasta sentarme en el borde del viejo catre. Mire a mi alrededor, no había absolutamente nadie y todo estaba oscuro, sólo entraba la luz de media tarde por las pequeñas ventanas en los muros. No entendía que estaba pasando, nunca me dejaban sola, por lo menos debía haber cuatro guardias vigilandome. En ese instante unas tenues luces rojas iluminaron todo el lugar, lo cual le daba un toque realmente aterrador.

El ruido de unos pesados pasos llamo mi atención, un hombre encapuchado y armado caminaba hacia mi patética jaula, tengo que aceptar que los nervios me invadieron, sin embargo debía controlarme, él hombre introdujo la clave de seguridad de mi celda y la abrió, sin pensarlo rápidamente me levanté del catre.

-Te sacaremos de aquí.- habló el hombre, su voz era raposa y fuerte, yo conozco esa voz.

-¿Hedeon?.-pregunte y él sólo asintió.

No pude evitarlo, una sonrisa triunfante y perversa se dibujo en mis labios.

-Incluso en las peores condiciones sigues siendo una mujer fascinante.- murmuró Hedeon.

Él me hizo una señal para que lo siguiera y eso hice. Caminábamos a paso apresurado por un largo y oscuro pasillo, el cual se me hacía vagamente familiar.

-¿A dónde vamos?.-pregunte confundida.

-Ya lo verás.- respondió Hedeon.

Me detuve en seco al ver la puerta al final del pasillo. Ya he estado aquí antes. Fue entonces cuando los perturbadores recuerdos llegaron a mi cabeza, fue en esa habitación donde los repugnantes guardias me violaron, golpearon y agredieron sin piedad alguna.

-Esto va a gustarte.- la voz raposa rasposa de Hedeon me saco de mis pensamientos.

La puerta se abrió y no podía creer lo que estaba viendo.

Les llegó su hora...

Camine dentro de la habitación y una enorme sonrisa triunfante se dibujo en mis labios. Todos y cada uno de los malditos guardias que abusaron de mi estaban aquí, todos desarmados, todos incados, todos para mi. También había más hombre encapuchados los que seguramente trabajaban para Hedeon.

-¿Pero qué tenemos aquí?.- mi tono era divertido.

-¡¿Cómo planeaste todo esto?!.- gruño uno de los guardias.

No conteste nada y sólo me limite a sonreír. Y ahora que lo pienso, yo no planie nada de esto, dehecho se supone que nadie sabía mi ubicación, ¿cómo es que Hedeon pudo encontrarme?. En fin le preguntaré después, por ahora tengo una venganza pendiente.

-Voy a divertirme mucho con ustedes.- sonreí malvada.

-No tenemos mucho tiempo Ivanove.- hablo Hedeon.

-Es una lástima.- fingí una cara triste.- ¡En fin!.- sonreí de nuevo.

Tome una de las armas de la gente de Hedeon y le dispare al primer guardia en la cabeza. El resto de los guardias soltaron unos gritos suplicando piedad, sin embargo no me detuve. Uno a uno fui disparandoles sin piedad... sin misericordia. Sin embargo deje al primer maldito que me violó hasta el final.

Me incline hacia él y lo apunte con el arma en la yugular. Sus ojos y los míos se encontraron, su mirada era suplicante y por alguna extraña razón eso sólo provocó que me diera más coraje, al recordar que ninguno de ellos tuvo piedad de mi.

-Recuerda bien mi rostro.- susurre.-Porque nos veremos en el infierno.

Sin esperar respuesta, jale del gatillo. La sangre de ese bastardo salpico ligeramente mi rostro, un suspiro lleno de pesadez se escapó de mi y una lágrima de coraje corrió por mis mejillas.

El tacto de una mano pesada en mi hombro me trajo de vuelta a la realidad, rápidamente limpie la lágrima y me gire hacía Hedeon.

-Debemos irnos.- ordenó y yo sólo asentí.

La gente de Hedeon salió primero y después él y yo.

-Hedeon...-lo detuve del brazo y él se giró hacía mi.- ¿cómo supiste que estaba aquí?, ¿Quién te lo dijo?...-pregunte confundida.

-Sabes bien que nunca revelamos el nombre de quien contrata nuestro servicio.- respondió con tu intensa voz rasposa.- Sin embargo quien me contrató me pidió que te diera un mensaje...

-¿Qué mensaje?.- lo mire curiosa.

-Que dejaras de enagarte a ti misma.- una ligera sonrisa se dibujo en sus labios.- Supongo que entiendes mejor que yo.- me guiño un ojo.

Hedeon tenía razón, ahora todo tiene sentido, ahora se como logró encontrarme y sacarme de esa maldita prision tan fácil, ahora se porque sólo los guardias que me hicieron daño estaban ahí... Fue Harry... él contrató a Hedeon y creo que entendía perfectamente su mensaje.

No caigas de nuevo con el soldado, él sólo te trae problemas... murmuró la voz en mi cabeza.

-¡Ay tú cállate!.- dije en voz alta.

-¿Cómo?.-Hedeon me miró confundido.

-No es nada.- fingí indiferencia.- Hedeon tengo otro asunto pendiente ¿me ayudarías?.- sonreí con picardía.

-Supongo que no tengo opción.- correspondió mi sonrisa.- ¿Qué necesitas?.

-Un auto, uno muy rápido.- sonreí.

-De donde podemos conseguir uno.- respondió y yo sólo asentí.

Esto haría quizás era la misión más importante de toda mi vida y no podía  darme el lujo de fallar. Hedeon y su gente me sacaron de la prisión y me llevaron a una especie de escondite, donde rápidamente me cambie el sucio rasgado traje naranja, por sexy lencería de encaje negra y un abrigo largo que parecía más un vestido, con unas botas que llegan arriba de la rodilla con un alto tacón. Arregle un poco mi aspecto, tomé un par de armas y nos encaminamos a nuestro destino.

La boda de Styles.

GLORIOSO PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora