Parte 17

1.3K 62 10
                                    

Nota: En este capítulo se narrará dos veces la misma escena pero desde la perspectiva de Scarlett y Harry.


Harry

Me quedé parado frente a los barrotes a pocos centímetros mirando fijamente a la mujer que destruyó mi poco sentido común.

-Voy a casarme con Charlotte en una semana.- dije rompiendo el incómodo silencio que se había impuesto entre nosotros.

-Ya veo...-suspiro.- Al final los dos recibiremos el castigo por nuestros pecados, yo me quedaré encerrada y tú...-sonrió burlona.-... te casaras con Charlotte.- sus últimas palabras causaron cierta incomodidad y molestia en mi.

-Casarme con Charlotte no es ningún castigo.- hable serio.- Es lo mejor que puedo hacer, ella es una mujer increíble y buena...

-¿Buena?.- soltó una carcajada.- Esa perra es todo menos buena Styles y nadie mejor que tú lo sabe.

-¿Estás celosa?.- pregunte con una ligera sonrisa divertida.

-¿Celosa yo?.- sonrió.- Es patético que pienses que estoy celosa cuando tú nisiquiera me importas.

Sus últimas palabras dolieron más de lo que esperaba.

-Y si no te importó, ¿por qué me salvaste?.- pregunte serio.

-No te salvé a ti...-murmuró.- Vladimir me tenía harta y era un buen momento para deshacerme de él.- sonrió.- Prácticamente sólo fuiste mi conejillo de indias.

Sentí el coraje apoderarse de mi cuerpo, Scarlett Ivanove era muy astuta y si lo que quería era provocarme, lo estaba consiguiendo. De un impulso, atrevese mis brazos por los barrotes y la tomé de los hombros con fuerza acercandola a mi fuertemente interponiendose sólo los fríos barrotes.

-Dime que no te intereso, dime que sólo jugaste conmigo... dilo una vez más.- gruñi a centímetros de su rostro.

Ella no dijo nada, se quedó en silencio, podía sentir su agitada respiración golpeando mi rostro.

-Quiero que lo digas....-baje la mirada.-Y repitelo hasta que pueda odiarte, hasta que las ganas de hacerte mia una vez más desaparezcan, dime que no te importó hasta que pueda sentir que te repudió, hasta que pueda creerte...- mis palabras estaban llenas de coraje y rencor.

Alce mi mirada una vez más y sentí como si me hubiesen dando un fuerte golpe en el estómago al ver el rostro de Scarlett lleno de lagrimas.

-Sueltame...-susurro, pero yo la ignore.- ¡Sueltame! ¡Quiero que me sueltes!.- dijo con más fuerza.

-¡NO!.- grité.- ¡No voy a soltarte hasta que lo digas!.

Mire a Scarlett a los ojos, esa mirada fría y calculadora había cambiado por completo, sus ojos reflejaban un inmenso dolor y tristeza.

-Por qué no sólo aceptas que al igual que yo te mueres por tenerme...-susurre.

-Si eso fuera cierto...¿qué caso tendría?, tú vas a casarte y yo me quedaré aquí para siempre.-respondió con voz cortada.

-¡Entonces dilo, di que no te importó!.- dije un poco más desesperado.

-No me importas, vete y casate con tu mujer perfecta, olvídate de mi y de lo que pasó porque nunca significó nada...-su voz tenía cierto toque de coraje y varias lágrimas corrían por sus pálidas mejillas.

-Repitelo...-susurre.- ¡REPITELO HASTA QUE PUEDA CREERTE!.- grité molesto.

Ella sólo se quedó en silencio, sollozando, mi frente estaba pegada a los fríos barrotes, mi respiración era jadeante y mi corazón latía más rápido que nunca, deseaba tanto sentir sus labios... deseaba sentirla a ella.

(...)

Scarlett

Harry se quedó parado frente a los barrotes, su intensa mirada estaba clavada en mi. Mi cuerpo se estremeció ante su acción sin embargo tuve que fingir.

-Voy a casarme con Charlotte en una semana.- su intimidante voz ronca rompió el silencio, esas palabras dolieron más de lo que quisiera aceptar.

-Ya veo...-suspire.- Al final los dos recibiremos el castigo por nuestros pecados, yo me quedaré encerrada y tú...-fingí una sonrisa burlona.-... te casaras con Charlotte.- decir eso último era bastante incómodo y me molestaba.

-Casarme con Charlotte no es ningún castigo.- hablo serio.- Es lo mejor que puedo hacer, ella es una mujer increíble y buena...

-¿Buena?.- solte una fuerte carcajada.- Esa perra es todo menos buena Styles y nadie mejor que tú lo sabe.

-¿Estás celosa?.- pregunto con una estúpida sonría en los labios.

-¿Celosa yo?.- fingí una sonrisa.- Es patético que pienses que estoy celosa cuando tú nisiquiera me importas.

-¿Y si no te importó, ¿por qué me salvaste?.- pregunto serio.

-No te salvé a ti...-mentí.- Vladimir me tenía harta y era un buen momento para deshacerme de él.- fingí una sonrisa triunfante.- Prácticamente sólo fuiste mi conejillo de indias.

Su rostro era serio, se quedó en silencio por un par de segundos y de un movimiento ágil cruzó sus fuertes brazos por los barrotes y me tomo de los hombros con fuerza y me acerco a él.

-Dime que no te intereso, dime que sólo jugaste conmigo... dilo una vez más.- murmuró entre dientes a escasos centímetros de mi rostro.

Me quedé en silencio, mi respiración se había vuelto agitada y mi corazón latía tan fuerte que sentía que podía atravesarme en cualquier momento.

-Quiero que lo digas....-bajo la mirada.-Y repitelo hasta que pueda odiarte, hasta que las ganas de hacerte mia una vez más desaparezcan, dime que no te importó hasta que pueda sentir que te repudió, hasta que pueda creerte...- cada una de sus palabras me atravesaban como si fuesen afiladas navajas, dolían y dolían mucho...

Lágrimas llenas de dolor comenzaron a correr por mis mejillas, Harry alzó la mirada y sus hermosos ojos verde esmeralda me miraron fijamente.

-Sueltame...-susurre, sin embargo él me ignoró.- ¡Sueltame! ¡Quiero que me sueltes!.- dije un poco más desesperada.

-¡NO!.- gritó molesto.- ¡No voy a soltarte hasta que lo digas!

Harry me miraba a los ojos, no sabía exactamente que estaba pasando conmigo, miles de sentimientos encontrados se habían apoderado de mi, me sentía vulnerable...

-Por qué no sólo aceptas que al igual que yo te mueres por tenerme...-susurro y pude sentir su fresco aliento golpear mi rostro.

-Si eso fuera cierto...¿qué caso tendría?, tú vas a casarte y yo me quedaré aquí para siempre.-respondí con voz cortada, estaba a punto de quebrarme.

-¡Entonces dilo, di que no te importó!.- Hablo desesperado.

-No me importas, vete y casate con tu mujer perfecta, olvídate de mi y de lo que pasó porque nunca significó nada...-mis palabras estaban llenas de dolor y rencor, eran más difíciles de decir de lo que me gustaría aceptar.

-Repitelo...-susurro frustrado.- ¡REPITELO HASTA QUE PUEDA CREERTE!.- gritó molesto.

No podía más con esto, me había quedado sin palabras, no sabía que hacer o que decir, lo único que sabía es que si estos barrotes no nos separan me encantaría sentirlo una vez más... así fuera una última vez.



GLORIOSO PECADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora