El Rey David

Familia

Joab peinó con sus dedos su cabello desordenado mientras observaba su reflejo en la vasija de boca ancha que estaba junto a la puerta de salida de su casa sencilla de madera.

Cerró cuidadosamente la puerta de la casa,sus padres aún dormían y si su madre llegaba a despertarse, todos sus planes se desvanecerían.
Con un saco al hombro y marchando al lado de su asno, Joab dejó su casa materna para seguir el camino de su tío a las montañas.
Si su madre se hubiera enterado de sus planes, indudablemente hubiera tratado de impedirselo, Sarvia era famosa por su elocuencia y el carácter de un oso hambriento ,cosa que el mismo habia heredado, incluso había logrado refrenar la ira de Saúl que amenazaba con desatarse en la persona de Joab.
Por esa razón el joven había decidido fugarse esa noche de su casa.

La negrura aterciopelada de la noche acompañó al muchacho hasta llegar a la parte efratea de Judá, a la ciudad de Belén.

Luz asomaba por las rendijas de la casa de Isaí, su abuelo y padre de David, hasta donde sabía, todos sus tíos estaban despiertos en la casa aguardando su llegada con la prometida ubicación de su hermano fugitivo.

Llamó a la puerta un par de veces y el rostro bello de su tía se asomó, para dejarlo entrar a la casa con mueca de preocupación.

Todos, incluso Sama y Eliab estaban sentados en el suelo moviéndose nerviosos, cuando Joab ingresó todos se pusieron de pié aguardando noticias.

-¿Cómo está él?- preguntó el viejo Jesé con rostro afligido-¿Sigue con vida?

-Si el está bien- aseguró Joab- el espía del palacio, le confirmó a Saúl que los filisteos lo dejaron ir creyendo que se volvió loco.

-¿Loco dices?- Sama alzó las cejas confundido-¿Cómo es posible?

-Tu hermano es astuto tío, no olvides que los malos espíritus protegen a los locos y los perturbados- sonrió Joab- Debe de haber fingido su locura para salvar su pellejo de los filisteos.

-¿Crees eso?- sonrió Jesé- Se dice que Aquis es un hombre astuto y difícil de engañar.

-Estoy seguro abuelo, además sé que se oculta en Adulam- el semblante de Joab tomó un nuevo brillo de convicción- Esta noche partiré para encontrarme con él ¿Qué van a hacer ustedes?

-Mañana hablaré con el clan efrateo y probablemente los convenza de acompañar a mi hermano-habló autoritariamente Eliab el mayor- Sigue tu camino esta noche Joab, pero no le comuniques a David nuestras intenciones.

-De acuerdo, pero me llevaré el caballo de mi madre que está aquí, en cambio dejaré mi asno.

-Llevatelo- dijo Jesé- pero vete pronto.

-Shalom- saludó Joab antes de cruzar el umbral y regresar a la negrura abrazadora de la noche.

Hola a todos, bueno se que es corto pero en seguida publicaré otro. Quería contarles que estudio en un internado en medio del campo y que por eso se me hace difícil publicar.

Los quiero!