EJECICIOS DE PURIFICACIÓN.

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Estos son muy fortificantes, no sólo para el alma sino hasta para el cuerpo, recordemos que cuando el alma se encuentra en estado de felicidad lo mismo sucede con el cuerpo.

Unos de esos ejercicios, está el AGRADECIMIENTO que tiene la virtud de purificar el alma terrenal y las relaciones humanas. Al dar las gracias a alguien nos ayuda a purificar la atmósfera entre ambas personas, incluso puede sanar relaciones kármicas y situaciones difíciles, pues la palabra “Gracias” por muy simple que se vea, ejerce un poder liberador, permite el desapego, el abandono a la aceptación, y sobre todo facilita el perdón.

Así que, ese agradecimiento, debe ser una constante en nuestra vida, si no para sanar situaciones del pasado, si para generar acciones positivas en nuestra vida presente y futura.

Está muy claro que existen situaciones que nos han dejado un dolor por alguna persona, en este caso practiquemos el siguiente ejercicio de purificación:

Te sugiero buscar la paz de un bosque o un parque, donde logres tener concentración y tranquilidad, de preferencia hazlo por la mañana y en compañía de una persona de roda tu confianza, quien no sólo te cuidará sino que además puede guiarte al hacer el ejercicio.

Localiza un área donde allá árboles grandes, pasto y silencio, parate en medio, quítate el calzado, cierra los ojos inhala y exhala en siete ocasiones, permítete sentir el pasto bajo de tus píes; siente como se encuentra ligeramente húmedo, siente gota a gota, siente como ese pasto te carga y te sostiene; siente el viento, la ligera brisa del amanecer, escucha e identifica todos los sonidos a tu alrededor, quizá el aire, las aves, los árboles, las hojas, el crujir de la tierra, inhala y exhala lentamente por siete ocasiones, sin abrir los ojos siente la inmensidad del cielo.

Estando ahí y sin abrir los ojos, piensa en el origen de tu vida, tu espíritu y de tu alma, inhala y exhala por siete veces. Mueve lentamente los dedos de tus píes, siente la tierra y piensa en tu individualidad, permítete sentir cada parte de tu cuerpo, siente como te has convertido en la perfecta comunión entre el cielo y la tierra, y vuelve a sentir como todo absolutamente todo gira al rededor tuyo, inhala y exhala nuevamente por siete veces.

Ahora sin abrir los ojos, lentamente siéntate en el pasto, busca tu comodidad, inhala y exhala nuevamente por siete veces, al termino expresa todo tu sentir sobre esa persona que se atrevió a dañarte, imagínalo frente a ti, dile el dolor que sientes y sigues sintiendo, dile cuánto te daño, llora si es necesario, y al final manifièstale que lo perdonas.

Acuéstate sobre el pasto, sin abrir los ojos vuelve a inhalar y exhalar por siete veces, ahira lentamente abre los ojos y observa el azul del cielo, observa como todo ese sentimiento negativo se va en el viento, y tu lo dejas fluir, dejas que se aleje más y más de ti, permanece acostado a acostada ahí por unos cinco minutos cuando menos, relájate, inhala y exhala cuantas veces necesites, tal vez necesites llorar, hazlo, cuando este bien para ti, levantate y sigue adelante, que hay un camino inmenso por recorrer, puedes caminar o correr, mientras purificas tu alma.

Créeme que este ejercicio me fue bastante reconfortante, pues te ayuda a purificar el alma y cuerpo, con ayuda de los cuatro elementos que la propia naturaleza nos regala, aire, luz, agua y tierra recuerda que al final el perdón es como el amor, sólo tú eliges vivirlo.

El Arte de PerdonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora