Torneo Apertura

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Comenzó la etapa de competencia. Esa tarde el sol quemó ansioso, no soplaba aire, mi cuerpo sudaba. Pensé en cuanto sufriría al correr. En pocas horas lo comprobaría: parí cada metro.

 Mi agrupación viajó en caravana al CeNARD —Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo—, lugar donde se desarrolló el primer torneo de atletismo en pista del año, en la ciudad de Buenos Aires. Un par de amigos y yo estábamos inscriptos. Al llegar a la pista, me quedé a un costado y vi las distintas competencias efectuándose: carreras de salto, pruebas de velocidad. Hice tiempo, esperando ver la carrera de ochocientos metros. No faltaba mucho, mis amigos ya entraban en calor y competirían allí.

Un viento caluroso cargó de vapor la pista. La atmósfera estaba pesada.

Los participantes de los ochocientos metros se posicionaron en la pista, ocupando sus puestos. Estaban por largar... Y largaron. Sin tregua: zancadas violentas, respiraciones maceradas y ácido láctico. Se re cagaron a palos. Los competidores cruzaban la meta parejos, sin demostrar mucha ventaja entre sí. Felicité a todos los chicos y chicas que habían corrido; demostraron un gran nivel.

Un rato después se correrían los cuatrocientos metros, donde un amigo se enfrentaría contra rivales de un gran nivel. —Mirá, ahí vienen los galgos —dijo Carlitos, un amigo matero y atleta, al ver llegar un grupo de corredores flacos, largos y de sólida musculatura. Los vimos ubicarse en las partidas y despegar obsesos, magrear sus andariveles a zapatazos y llegar a la meta en menos de un minuto, todo un espectáculo de velocidad.

Terminadas la mayoría de la prueba, llegaba el turno de los tres mil metros llanos.

Varios amigos y yo habíamos entrado en calor, esperando para que nos toque el turno de entrar a la jaula. En la primer serie corrieron dos amigos. Pistoleros. Salieron fuerte de entrada y soportaron el tirón largo. Ni el vapor pudo con ellos. Cuando terminaron de correr, los busqué y felicité; me devolvieron un gracias y una mirada desorbitada, agotada. Pensé en que ahora me tocaba sufrir a mí.

Un amigo y yo debíamos salir en la tercer serie. Estábamos inquietos, así que durante la espera hicimos unas estiradas.  En minutos se acercó una jueza con una lista e invitó a todos los atletas a la línea de largada. Tomó lista: todos presentes. Por el otro lado, un hombre cargando una pistola de juguete nos examinó detenidamente. —En sus marcas. Listos— dijo el juez. La pistola pegó un grito —BOOM—  y salimos matando. El pelotón iba apretujado, sacando chispas de rápido. Nos pegamos unos codazos y unos empujones.

Al pasar los mil metros, compruebo que estaba yendo más lento de lo esperado. Desanimado y cansado, quise abandonar. Observé a mi amigo y unos rivales delante, a treinta metros de distancia. Furia. Me enfoco, esta es la parte más entretenida del día: Correr y sufrir.

En mitad de carrera, me esforcé por subir el ritmo. Una nave. Desde fuera de la pista llega un aliento constante —¡Dale Juan, vos podes!—, dijo una voz irreconocible para mí. El muchacho que estaba sobrepasando se debía llamar Juan, supuse. Estoy agotado pero no me rindo: los corredores van quedado atrás. Dos o tres. Quizás cuatro. Mi amigo queda atrás. 

Estoy en la última vuelta. Aprieto el paso. Solo restan doscientos metros, acá se termina todo. Adelanto un rival. Y otro más. Crucé la meta desorientado; no sé en que puesto quedé; no sé donde están mis amigos;no sé si me ha ido bien o mal. Las incógnitas son demasiadas. Estoy cansado. Me sacan una foto. Me encuentran mis amigos, me felicitan y siento que no aguanto el calor. Tomo agua aliviado, gracias a Dios terminó.

El tiempo pasa rápido, estamos en las duchas. Luego comprando jugo en el buffet. Ahora en el auto de mi amigo, volviendo a casa. Pienso en el partido Racing Club —Por venir a correr, no pude ver el partido—.

Quiero estar en casa. Quiero hablar con mis viejos. Quiero decirle a mi entrenador que me siento bien; que hoy me fue bien... Quiero estar en la pista otra vez.

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⏰ Last updated: Mar 22, 2018 ⏰

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Verano a las corridasWhere stories live. Discover now