La mirada que desafía

17 0 0
                                    

Principio:


Soy un transeúnte que rodea a pie los autos estacionados, y también a los que están andando. Mi cuerpo sigue el recorrido aunque mi vista busca refugio en el paisaje cotidiano que estoy aprendiendo a enfocar bajo otra luz. Trato de descubrir en vano cuál es mi misión acá y por qué intento cumplir el sueño imposible de nadie.
Vuelvo a casa con aire de angustiada victoria.


***


Trayectoria:


Estoy castigando a mi sentido de supervivencia. Los azotes son largos, otrora cortos -violentos- ; la única veta que comparten es el ritmo incesante con que se suceden y buscan superarse.
Una consistente explosión, tan fuerte como los tendones de mis gemelos, hace carne en el vientre; mientras que los ojos perdidos tambalean en la ausencia de presión sanguínea e idealizan competir en la estructura de mi ser biológico. Un cuerpo duro - sometido- , logra voltear y tiende a poetizar un movimiento agónico más.
La visión enfila hacia un lugar muy lejos en el espacio y se abstrae en un punto donde todo es perfecto; aquella cima donde nacería el final de esto.


***


Sintonía:


No es la primera vez que la fusta está en mi mano, aunque embarco en esto más como un viejo marino que como un atleta de oficio. Cada latido exhibido en la ruta es un escalón más que se sucede en mi avance a aquel templo donde se sacrifican los malestares que me abaten.
Aún consciente de lo correcto en el andar, prefiero mostrar un rostro difícil de encontrar y fugar de los aciertos, porque el reconocimiento tiene un sabor ingrato cuando es inesperado.
Emprendo la vuelta en comunión con este héroe que escapa de las tinieblas.

Verano a las corridasWhere stories live. Discover now