Parte 11 Cita 1 de...

91 6 0
                                    

jueves, por alguna extraña razón ODIO los jueves, el lunes es mejor día que los jueves, aun no sé por qué peto por alguna razón espero con ansias la cita con Mike, el lobo es muy guapo y por dios, su hermanito es la cosita más tierna que había visto en toda mi vida, era tan adorable, sus orejitas, sus patitas, sus grandes ojos de color amarillo, esta para abrazarlo, supongo que también espero la cita debido hacia unos días lo vi podar su jardín, se quitó la playera tendiéndola en la podadora, seco su sudor de la frente levantando el cuello, el muy bastardo lucia tan bien, su torso tenía un pelaje aún más largo que el resto de su cuerpo, su abdomen era plano y mostraba un poco de musculatura, bajando más tenía un short deportivo un poso más debajo de su cintura que mostraba algo, su cola que su curvaba un poco, sus piernas que se veían gruesas y no creía que fuera grasa acumulada, esas piernas parecían de mármol tallado. No tenía idea si Mike ya había hecho algo al respecto la beca, si había comprado útiles, zapatos nuevos, ropa nueva, mochila, siquiera si ya se había inscrito siquiera en una escuela, si no lo había hecho me iba a enojar muchísimo, se lo preguntaría en la cita, sería un buen tema de conversación. En la mañana que me levante me vestí, baje a desayunar y me fui a la escuela con los felinos que aunque a veces me sacan de quicio con su filantropía y su estupidez, mis clases con ellos no fueron un problema, quizás algunas cosas de física y matemáticas, pero en el resto de las materias rendí muy bien, aunque es el mismo tiempo de siempre por alguna razón sentí que paso muy rápido, terminando la escuela fuimos a tomar el autobús de regreso

-Sua, ¿quieres ir al centro comercial a caminar?-

La felina me volteaba a ver a sonriendo, acomodo sus gafas y su cabello quitándolo de su cara

-sí, podríamos pasar por una hamburguesa con papas fritas y refresco-

dijo Jorge  que seguía caminando estirando sus brazos y tronando su cuello

-lo siento, pero no puedo, tengo que ir a casa y prepararme, tengo una cita-

Ambos me voltearon a ver sorprendidos

-¡¿Cómo que una cita?! a que te refieres con eso?-

-A qué voy a salir con un chico, pasear, comer algo, charlar, ya sabes, citas, ¿no has estado en una Cheetah?-

-en primera eres un idiota, y en segunda, si, se a lo que te quieres referir, pero... creí que no querías tener amigos, no pensé que quisieras siquiera salir con alguien-

La gata lo fue empujando un poco, ella tenía una expresión de felicidad que me aterraba un poco

-eso es muy nuevo en ti, será que en el fondo eres una gran persona amable, cariñosa y gentil que quiere ser amado-

-no empieces con tus palabras dulces de color de rosa gatita, soy un engendro salido del infierno y si no lo mato es porque hay mucho gante, nada más, no intentes lavarme el cerebro para que sea un hippie-

Me le quede mirando a Gwen mientras me alejaba de espaldas subiendo al autobús, sus artimañas de madre teresa no lograran purificar mi centro corrupto y amargo

El jaguar se rio un poco mirando a Gwen

-je je... gatita...-

-eres un idiota cheetah-

-¡oh no! ¡No empieces tú!-

Subieron al autobús conmigo y nos fuimos cada quien en dirección a sus casas, los tres vivíamos en la misma calle, pero no tan cerca como para que nos visitemos caminando, solo al llegar a casa subí a mi habitación, solté mi mochila y lo primero que hice fue contemplar mi closet, toda esa ropa mirándola desde cerca inspeccionando que llevaría para salir, tan solo mirar mi closet llena de ropa y no tener nada que ponerme así que me puse nervioso, hubiera preferido un pantalón de vestir bonito y un suéter, pero ¡no tenía nada que ponerme!. Saque prenda pro prenda, pantalón playeras camisas, jeans, zapatos, suéteres, el cuarto medio limpio que tenía quedo sepultado en ropa que no recordaba que tenía, me estaba desesperando

Grow And LiveWhere stories live. Discover now