El día era bastante gris y frío, una espesa neblina se había formado en el cielo y una fuerte lluvia caía, mi madre y yo estábamos exhaustos, no habíamos podido dormir en toda la noche pues las ventanas de mi habitación y la cocina estaban rotas, aunque el barrio era tranquilo nos daba miedo que algún ladrón pudiera entrar, tampoco pude dormir por que estuve toda la noche pensando en el lindo mensaje que me había mandado Dylan; en la cafetería, habíamos quedado en ir a conocer la ciudad, hoy era el gran día.El dolor en mi nariz era insoportable, pero lo era aún más el asqueroso olor a sangre seca dentro de ella, mi madre se había ido a su habitación a descansar un poco y yo salí un momento al patio, era un desastre, la lluvia caía muy fuerte contra el techo de los autos y los truenos sonaban tan fuerte, que parecía que el cielo se iba a caer.
-Hey!... ¿estas bien? -.Grito Thomas saludandome desde la puerta de su casa.
-Si, solo salí a tomar un poco de aire.
El, con una sonrisa en su rostro me miraba fijamente, parecía que el si había podido dormir, pues se veía tan relajado y alegre, sin embargo yo podía haber jurado que me veía feo y demacrado, sentí tanta vergüenza que lo único que puede hacer fue bajar la mirada.
-¿Quieres venir a desayunar conmigo?-. gritó, pues la lluvia no dejaba que su vos se escuchará, dude un poco, no lo conocía muy bien y no quería dejar a mi madre sola, tampoco quería decirle que no, al fin y al cabo había ayudado a mi madre con su pierna y a mi con mi nariz.
-Está bien- sonreí -solo... voy a buscar una chamarra y voy para aya.
Subí rápidamente a mi habitación en busca de una chamarra pero no encontraba ninguna, asta que gire asía mi cama, ahí vi la chamarra de Dylan, no dude ni un segundo en ponermela, baje rápidamente sin hacer ruido pues no quería despertar a mi madre.
Camine a su casa, el viento era muy frío podría jurar que si me quedaba un momento más afuera me congelaría, toque el timbre por unos segundos hasta que el abrió.
-Pasa por favor, si te quedas ahí te vas a congelar.
-Gracias por invitarme... aunque ya has echo demasiado por nosotros Thomas-. Dije mientras pasaba por su lado
-Solo hago lo que cualquier persona haría por su vecino.
<<Claro, yo también invitaría a un desconocido a mi casa>> pensé, habían cajas por todas partes y muchos libros regados por el piso, la mayoría eran sobre medicina lo cual me hacía pensar que era doctor o alguna de esas cosas.
-Siento mucho el desastre, aún no logró acomodar las cosas en su lugar-. Dijo rascado su cabeza.
-Está bien yo... se lo frustrante que es acomodar todo-. El me hizo una señal para que lo siguiera a la cocina.
-Lo se y el tiempo en el hospital no ayuda- tome asiento en la mesa mientras el me servía una taza de café -dime Chris ¿como sigue tu nariz?
-Amm... creo que bien, aunque me duele un poco todavía, pero supongo que es normal.
-Si que lo es, aún que tu rostro se veía muy lindo así, parecías un chico rudo-. ¡Mierda!, eso me había echo sentir incómodo y no sabía que responder.
-Y ¿ahora no me veo como uno?. Definitivamente el no esperaba esa pregunta.
Se acercó a la mesa y puso frente a mi un plato de macarrones con queso, una taza de café; tomó asiento frente a mi.
-Pues... no pareces de ese tipo- tomó un trago de café -eres mas como tímido y reservado.
-lo siento mucho es que... no acostumbro a socializar demasiado.
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Midnight Shadows (Gay)
Teen FictionLos días aquí son muy obscuros y fríos, el cielo cambia de gris a negro, la lluvia cae fuerte contra el pavimento y a decir verdad, es genial, todos aman la lluvia pero es bueno debes en cuando ver un poco de luz en la oscuridad. Christian esta dis...