Capítulo 2

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Los meses pasaron muy rápido, mi amistad con Alex había crecido, lo cual me sorprendía ya que ella y yo teníamos muchas cosas en común.

-¿Que vas a hacer hoy?-. Decía Alex mientras salíamos de la escuela- Es Viernes y estoy harta de la escuela?

-No se me ocurre nada bueno, ¿tienes planeado algo?

-podemos ir a cenar y celebrar que es viernes si quieres- paso su brazo por encima de mis hombros.

-Si- sonreí- podemos ir a la cafetería de Nick si gustas.

Una enorme sonrisa se dibujo en su rostro, hacia un par de semanas atrás habíamos ido a una cafetería que un chico le había recomendó a Alex, cuando entramos lo primero que vimos fue a un atractivo chico con el cabello largo y brillante de color castaño, y ella aun no podía sacarlo de su cabeza pero de algo estaba muy seguro, ella conseguiría su numero.

-Entonces nos vemos a las 8 ahí-. Dijo mientras se subía a la auto de su madre y agitaba su mano alejándose.

Empecé a caminar mientras sacaba mis audífonos y mi celular pero no lo sentí en mi pantalón

-MIERDA! -. Recordé que lo había dejado en el salón.

Camine rápido por el gigantesco pasillo que daba a mi aula, solo se podía oír el sonido de mis zapatos y la vos de algunos maestros que estaban en la dirección

Entre a el salón y ahí estaba mi celular pero un chico lo tenía en sus manos.

-Hola... ese es mi celular. - sonreí nervioso.

El volteo y sonrió amablemente.

-¿Es tuyo?- su voz gruesa sonaba en todo el salón y Cada vez se acercaba más a mi -Deberías tener cuidado en donde lo dejas.

-Si yo.. Creo que me distraje.

-Está bien-. Sonrió mientras se acercaba a mi.- Solo... Voy a ponerlo aquí-. Su cuerpo estaba muy cerca del mío, puso su brazo contra las pared impidiéndome salir.

-Aquí tienes, Christian-. Su aliento olor a fresas golpeó mi rostro, mientras sentía como su mano se metía en bolsa trasera de mi pantalón y dejaba mi celular ahí, un escalofrío paso por toda mi espalda.

Salí del salón un poco agitado camine por el pasillo hasta llegar de nuevo a la salida, no pare asta salir de la escuela, afuera me quede parado esperando un taxi, cuando estaba a punto de subirme a el, vi salir a el mismo chico pero ahora acompañado de un hombre alto.

Me subí a el taxi y por curiosidad voltee a ver, el hombre se dio cuenta y me sonrió, no le preste atención y me quede pensando en esas personas todo el camino.

Cuando llegue a casa mi madre estaba en la sala platicando con una señora que no conocía.

- Ya llegue, voy a estar arriba-. Dije rápido subiendo las escaleras

Me senté en la cama agitado, me sentía raro, como nervioso, la puerta sonó interrumpiendo mis pensamientos.

-Cariño, ¿estas bien? -. Dijo mí madre detrás de la puerta.

-Si, en un momento bajo, me estoy cambiando de ropa.-. Mi voz sonaba agitada.

Me cambie rápido y baje a la sala donde mi madre todavía platicaba con esa señora.

-Hola-. Dije agitando mi mano a la señora, que por cierto, me recordaba a Muriel de coraje el perro cobarde.

-Christian, ella es Carmen y a partir de mañana nos ayudará con los deberes de la casa- mi madre se paró del sillón, se sentó al lado mio y tomó mi mano.- habrá veces en las que llegare muy tarde y no podré atenderte como la hacia antes.

Supongo que mi rostro debió cambiar drásticamente pues Carmen me veía confundida.

-Si, yo podré atenderte cuando gustes y podrás contar conmigo para lo que necesites... si es que tu estas de acuerdo claro-. Carmen dejo su taza de café en una mesita de vidrio y tomó sus manos.

No necesitábamos a nadie, yo sabía muy bien por qué mi madre había contratado a Carmen, mientras pensaba, oía la vos ronca de un hombre en el televisor, anunciaba una gran tormenta y mucho viento para el resto de la semana.

-Entonces Chris- mi madre me interrumpió- ¿estas de acuerdo?.

-Si... Supongo-. Levante mis hombros indiferente.

Mi madre continuo platicando con Carmen, cuando terminaron de hablar, ella se despidió de mi y mi madre la acompañó a la puerta, yo subí a mi cuarto, las horas habían pasado y ya se me había echo tarde para llegar a la cafetería.

Estaba en el armario escogiendo mi ropa, detrás de mí oí unos pasos.

-¿Vas a salir amor?

-Si, iré con Alex a una cafetería-. Conteste seco y dándole la espalda.

Mi madre se acercó tocando mi hombro haciendo que girará.

-Se que esto de contratar a alguien no te gusta, pero es por tu bien.

-Mamá, ya van varios meses en los que no me dan los dolores de cabeza, estoy bien-. Cruce mis brazos.

-Lo se pero... que pasaría si un día te desmayas y golpeas tu cabeza contra algo- en su rostro se veía la preocupación- jamás me perdonaría que te pasase algo.... eres lo que más amo en esta vida.

Me acerqué a ella y le di un fuerte abrazo, podía oír como trataba de no llorar, sabía que lo hacía porque me quería así que no me quedaba otra opción que aceptarlo.

-Está bien solo... no quiero que se hable tanto del tema ¿okay?

-Si, hable con Carmen y le pedí que no dijera nada enfrente de ti- sonrió - voy a dejar que termines lo que estabas haciendo, no quiero que llegues tarde.

Mi madre salio del cuarto cerrando la puerta y yo me metí a bañar, el agua caliente caía por todo mi cuerpo, afuera se oían los truenos y la luz de los relámpagos entraba por la ventana del baño, quería olvidar esa platica, hablar de aquel tema me traía recuerdos que me hacían sentir inseguro y débil asía mucho tiempo que no me sentía así, eran recuerdos que quería olvidar.

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Si te gusta puedes dejar un comentario y una estrellita, significa mucho para mi, besos xoxo.

Midnight Shadows (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora